- Opinion
- 09.11.2015
POLÍTICA PORTEÑA
Los desafíos de Lousteau
Este año estuvo a tres puntos de desbancar al PRO en la Ciudad. Si quiere ir por la revancha en cuatro años, debe conservar unido a su bloque heterogéneo y mantenerse como referente porteño. ¿Su anuncio de que vota a Macri lo desperfila?
En sus dos mandatos frente al Gobierno porteño, el macrismo contó siempre con una ventaja: no tenía enfrente un referente opositor claro. Aníbal Ibarra lo había sido en 2003 pero el incendio del boliche Cromañón, donde murieron 194 personas y su posterior destitución lo corrieron de ese lugar. En lugar de una figura estable que se posicionara como la alternativa frente a una fuerza política, el macrismo enfrenó a candidatos que aparecían para la elección y, mientras se sacaban el paracaídas, comenzaban a hablar de temas de ciudad sobre los que no habían estado hablando en los años previos con asiduidad. Noten que no estoy refiriéndome a las virtudes y defectos de Daniel Filmus o Mariano Recalde, sino a una cuestión más estructural. El electorado no tenía una referencia de una alternativa al PRO que se hubiera instalado durante años. La prueba más notoria de esto fue el eslogan de Filmus: “Si lo conocés, lo votas”.
Pasaban los años y la situación se reiteraba, con victorias rutilantes de Macri ante el candidato de turno. Pero este año fue distinto. Tal vez porque ya no era Macri el que competía, tal vez porque Martín Lousteau logró reunir algunas características que había concitado en su momento Ibarra: una distancia con el Gobierno nacional, que le daba un perfil independiente, tirando a progre. Sea por los motivos que sea, esto le dio a Lousteau la posibilidad de llegar en forma competitiva a la segunda vuelta. Tres puntos lo separaron de un final abrupto para el macrismo.
Los desafíos que se le plantean a Lousteau ahora pasan por no repetir errores del pasado. Algunas preguntas van surgiendo en su camino. La primera: ¿puede mantener unido el interbloque de ECO que se formó con experiencias heterogéneas (lo integran los radicales, los lilitos, los socialistas, SUMA+, Graciela Ocaña)? Desde el PRO tienden a cuestionar esa diversidad: “Nunca votan juntos. No son un espacio real”, suelta un viejo dirigente macrista, que conoce la Legislatura como la palma de su mano. La diversidad puede ser un valor o un problema.
¿Puede mantener unido el interbloque de ECO que se formó con experiencias heterogéneas (lo integran los radicales, los lilitos, los socialistas, SUMA+, Graciela Ocaña)?
Otro interrogante: si gana Macri, ¿el bloque de ECO se puede fundir con el del PRO para formar un super-bloque de 50 legisladores? Los diputados de Lousteau contestan sin dudarlo: no. “Tenemos diferencias profundas que no se modifican por lo que ocurra en lo nacional”, insisten. Y señalan que ya tienen un objetivo en la mira: ganarle al PRO en 2017 las elecciones legislativas y ampliar el bloque para darle gobernabilidad a Lousteau en cuatro años.
¿Podrá Lousteau mantener la mira puesta en la Ciudad o se verá tentado por los temas nacionales? “Es la tentación de todos los referentes importantes porteños. Él no piensa hoy en pegar el salto a lo nacional. Se lo ve muy enfocado en la Ciudad”, asegura otro dirigente de ECO. Incluso, sostienen que desde febrero o marzo, Lousteau va a recorrer la Ciudad para construir una plataforma participativa con los vecinos. Lo mismo que hizo María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Esto implicaría que hay un candidato que empieza a hacer los deberes.
¿Podrá Lousteau mantener la mira puesta en la Ciudad o se verá tentado por los temas nacionales?
Lo que nos lleva al último interrogante: ¿su apoyo a Macri en la segunda vuelta lo desperfila? A los ojos de los votantes más antimacristas suena confuso que quien buscaba desbancar a Macri en la Ciudad ahora diga que es la mejor de dos opciones nacionales. “Sabemos cómo gobernaron la Ciudad y por eso tenemos profundas diferencias, pero en lo nacional, ante la posibilidad de que continúe el kirchnerismo, preferimos un cambio”, es el razonamiento que enarbolan por estas horas en ECO.
Si no coinciden en cómo gobernaron en la Ciudad, ¿por qué les dan su voto para que gobiernen en lo nacional? Por momentos, esa argumentación bordea cierta esquizofrenia que ya Lousteau tuvo que sortear en la campaña porteña. De hecho, evitó todo lo que pudo hablar de candidatos a presidente. Luego dijo que en primera vuelta votaría por Ernesto Sanz o Elisa Carrió si le ganaban la interna a Macri y, si no, votaría por Margarita Stolbizer. En la provincia de Buenos Aires, lo respaldó a Felipe Solá. Pero no dijo a quién votaría en el ballotage hasta esta semana. Y finalmente admitió que lo votará a Macri. “No lo hago con mucho entusiasmo”, aclaró. También dijo que “si gana Macri las tres principales cajas de publicidad (Nación, Provincia y Ciudad) van a estar concentradas y eso no es bueno para la transparencia”, en una alusión a la investigación judicial por los 11 millones que desaparecieron de la pauta publicitaria porteña.
¿Su apoyo a Macri en la segunda vuelta lo desperfila? ¿Le juega en contra o le juega a favor definir su voto?
¿Le juega en contra o le juega a favor, entonces, definir su voto? En ECO sostienen que no lo desperfila, sino que le estaba hablando a su base (se trata de un dirigente porteño y en la primera vuelta el 50,55 por ciento de los votantes de la Ciudad lo eligieron a Macri). Que lo mantiene precisamente en el lugar en el que se posicionó en la campaña: elogiaba algunas políticas del Gobierno porteño y criticaba otras. Fueron casi las palabras textuales: “Seremos una oposición constructiva: lo que esté bien lo vamos a apoyar y lo que esté mal lo vamos a remarcar". Opositor moderado en lo nacional y más pronunciado en lo porteño. Lousteau tendrá que caminar esa delgada línea de ahora en más.
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- Werner Pertot
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