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- 20.01.2016
COMUNA 14
Cambios positivos en la calle Godoy Cruz
La calle Godoy Cruz de Palermo albergó las usurpadas ex bodegas Giol y una zona roja; los vecinos destacan el impacto positivo de un polo científico y un shopping.
Hace poco más de cuatro años atrás, para los vecinos del barrio de Palermo no era agradable transitar por la zona de la calle Godoy Cruz, algunos incluso la evitaban. Hoy todo cambió gracias al arribo de un centro comercial y del Polo Científico Tecnológico al lugar que ocupaban las ex bodegas Giol, esto dio más vida al barrio y lo volvió más placentero.
Eugenio Zuñiga vive en Godoy Cruz y Soler desde hace 32 años. Pudo ver cómo su barrio se transformó con el paso del tiempo. "Los cambios fueron muy positivos. Antes, sólo caminaba por Godoy Cruz si era necesario. Era un foco muy inseguro. Estaba todo usurpado", recordó a La Nación.
Atrás quedaron esas imágenes, de las ex bodegas Giol ya no hay rastros. En abril de 2011 fue demolida la última estructura que quedaba en pie. Allí residieron, durante un tiempo, 39 familias de cartoneros que ocupaban el inmueble que corría riesgo de derrumbe. A lo largo de los 200 metros sobre Godoy Cruz, entre Soler y Paraguay, se erigió el moderno Polo Científico Tecnológico.
En el polígono fueron emplazadas, durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, las sedes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), entre otros organismos. A pocos metros funciona, desde fines de 2014, el centro comercial a cielo abierto Distrito Arcos.
El ir y venir de personas en la zona se volvió constante. Conviven vecinos que sacan a pasear sus perros con empleados estatales que salen e ingresan de las oficinas. "Me gusta mucho el barrio. Voy al trabajo por Godoy Cruz porque está lleno de gente", dijo a La Nación Emilse, que trabaja en el Conicet. La mujer aclaró que algunos compañeros se quejaron de que al otro lado de las vías, sobre la avenida Juan B. Justo, el corredor está menos iluminado.
Los ciclistas circulan con confianza por la bicisenda que recorre Godoy Cruz. "Hace unos años ni pensaba en sacar la bici para ir a la facultad. Ya me habían asaltado y no quería correr el riesgo de que me sorprendieran con la bicicleta porque no podría correr", contó Lorena Alerce desde su rodado de dos ruedas. La joven vive en ese rincón de Palermo desde hace ocho años.
"¡El barrio está mucho mejor!", resaltó a La Nación Huber Olivera que vive justo enfrente del shopping. El hombre destacó que hay mayor iluminación y seguridad. "La seguridad privada que tienen dentro de los predios da una sensación de que alguien está cuidando", reflexionó el vecino.
Leidy Quiroz siente lo mismo: mayor resguardo. La joven, de nacionalidad boliviana, caminaba tranquila por la calle Guatemala, a metros de Godoy Cruz, con sus pequeños perros Teo y Niño. "Quedó muy bien la zona. Antes daba miedo recorrer el barrio porque parecía abandonado. Poca gente venía por acá. Pero ahora hay más movimiento", dijo a La Nación.
Carlos Torre destacó lo placentero de caminar por el renovado barrio, contó: "Al regresar del trabajo puedo caminar por Godoy Cruz. Cuando los predios estaban tomados recorría tres cuadras de más para no pasar por esa calle. Bah, nadie iba por ahí. No sólo porque se tenía miedo a los ladrones, sino porque en el camino te cruzabas con ratas enormes o te metías en la zona roja". Se refería a otro problema que padecieron los vecinos: la presencia de travestis y prostitutas que ofrecían sus servicios a lo largo de la calle.
En un tiempo, y como parte de la puesta en valor del barrio, los transeúntes podrán disfrutar también del Parque de las Ciencias, un espacio verde que se reacondicionó detrás del polo científico con mobiliario, una especie de auditorio y hasta un colorido puente que atraviesa la plaza. Está casi terminado, pero aún permanece cerrado porque resta concluir algunos detalles, según pudo saber La Nación.
Gloria, que hace 14 años vive en el barrio, también se mostró conforme con los cambios, pero reclamó: "Las veredas frente a los nuevos emprendimientos están destrozadas". Y así es, a la altura del 2200 y del 2500, algunas baldosas rotas fueron reemplazas por viejas alfombras; en otros tramos, la caminata se vuelve una especie de rally.
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