VARIOS JÓVENES HAN SIDO VICTIMAS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

El show debe continuar: No son cinco muertos

Las muertes en boliches o en fiestas de música electrónica salieron a la luz por la tragedia de Costa Salguero. Desde el año 2008 ya son 18 los muertos en este tipo de eventos.

Esta historia no empieza en Costa Salguero, sino ya muchos años antes en otros boliches que regentaba Víctor Stinfale, como Palacio Alsina o Punto Límite de Villa Gesell, o en otras fiestas electrónicas, como MoonPark –también vinculada a Stinfale- o Ultra Music Festival. En un rastreo parcial –porque muchos casos no salen en los diarios- son 18 los jóvenes que en los últimos cuatro años murieron en boliches y fiestas electrónicas. Las condiciones varían, pero hay algunos factores comunes: las drogas sintéticas, la falta de agua, una desatención general.

“Todos los fines de semana hay un Cromañón por goteo. –dice José Iglesias, cuyo hijo murió en ese boliche- Cuando se muere alguien, lo tiran afuera y no sale en los medios. Esto viene pasando desde hace años. ¿Qué pasó en Costa Salguero? Les estalló mediáticamente: hubo cinco muertes que pusieron en evidencia el problema”.

El primer caso figura en los diarios en marzo de 2008: Jorge Nazareno Cruz,  fue dejado en la entrada del boliche dark Soma, en Retiro. Era de Laferrere, vomitó sangre y lo sacaron a la calle, donde murió. 

 Leandro de la Cruz Spadafora, murió el 27 de febrero de 2012, en Palacio Alsina, un boliche ubicado en Alsina 940, que pertenece a Stinfale. También es conocido como Big One, Club One o State. Leandro tenía 26 años y a su madre, Alejandra Grittini, dice que hay dos cosas que nunca pudo hacer: ir a ver el boliche y ver los videos que hay de los últimos momentos de su hijo.

En esas filmaciones, se comprobó que Leandro se descompensó cerca de las 2 de la mañana en la planta baja del boliche. “Por metro cuadrado había 20 personas. Estaba habilitado para 1900 y había más de 5000. Tenían cortada el agua y sin ventilación. No hubo control del Estado. Ellos saben lo que pasa en esas fiestas y los habilitan”, indicó Alejandra. Uno de los testigos dijo que “la temperatura era muy elevada. El aire quemaba”. “En Costa Salguero no les permitían sacar agua. En The Roxy no pasan música electrónica y ocurre lo mismo con el agua. En One, hicieron lo mismo”, señala la madre de Leandro.

Una chica intentó ayudar a Leandro, pero un patovica lo levantó y se lo llevó “como escudo humano” atropellando a la gente hacia el sótano. Allí, entre cajas de bebidas, funcionaba la enfermería del boliche. La médica Lidia Britos está actualmente procesada por presunto abandono de persona seguida de muerte. Según describió Alejandra, a Leandro lo dejaron en el piso, con convulsiones mientras la médica psiquiatra le daba la espalda y atendía a una chica que le sangraba la nariz. (S)Cuando lo atendió, a Leandro lo sostenían tres patovicas y uno le ponía una rodilla en el pecho. Recién cuando la situación se agravó llamaron a una ambulancia. “Después le plantan un tubito de popper”, dice Alejandra, en referencia a una de las drogas que se suelen consumir en las fiestas electrónicas.  El abogado de Stinfale salió esa mañana a hablar con los medios y repitió una sola cosa: “Habría consumido alguna sustancia, ketamina o cocaína”. Actualmente, los abogados de Alejandra empezaron a avanzar sobre los dueños.

El segundo caso de 2012 es el de Kevin Lima, que nunca salió en ningún medio. Sus familiares se pusieron en contacto con Alejandra y le contaron que el  11 de marzo de 2012 había muerto en el boliche Acqua de Puerto Madero. “Se desvaneció dentro del salón y fue sacado a la vereda por patovicas sin la atención de un profesional idóneo”, indicó su padre, Fabián, en una carta a la madre de Leandro.


 Poco después, el 18 de marzo de 2012, murió Ezequiel Savone Tenaglia, de 23 años, en el Festival BATBs Trance que se hizo en el Club Argentino Juniors en Paternal. El joven era de Saladillo. Según contaron los familiares, la ambulancia privada que tenían contratada para esa fiesta funcionaba como salita y se negaron a llevarlo hasta el Hospital Tornú, que estaba a unas pocas cuadras. Recién después de varias discusiones, dejaron de esperar al SAME y lo trasladaron.  A fines de 2012, murió Agustín Ignacio Milán en la fiesta MoonPark, vinculada a Stinfale, que se  hizo en Costa Salguero. Los nombres y los lugares se repiten.

El 23 de febrero de 2013, murieron otros dos jóvenes en Costanera Sur, en la fiesta electrónica Ultra Music Festival. Eran Federico Martins Serafín y Nicolás Abramec. Magalí, la hermana de Federico, relató a Nueva Ciudad: “Fueron con cinco amigos del barrio. Llegaron cerca de las 11 de la noche a Costanera Sur. Fue una noche climáticamente muy similar a la de Costa Salguero: mucho calor y una tormenta. Había una carpa y escenarios al aire libre. Todo el mundo se agolpó en las carpas. A eso de las 4.30 en el escenario de afuera toca Armin, que era uno de los DJ por el que mi hermano había ido. Fue con mi primo, que tenía 19 años, que había ido con mi hermano para que no tomara nada. Mi primo le dice: ‘No doy más’. Él le dice: "Andá que yo estoy bien". Al final de la fiesta, a las 6, no lo encuentran”.

Un testigo relató que encontró a Federico afuera del festival, con convulsiones. Le llamó la atención que pese a que estaba todo embarrado, Federico había llegado hasta allí limpio, como si alguien lo hubiera trasladado hasta allí. “Le piden a la gente de seguridad que mandara a la ambulancia. El servicio médico era el mismo de Costa Salguero: SEMEC. Le hicieron señas de que no, que no era su responsabilidad, que le correspondía al SAME. Mientras tanto, él se moría. No sabemos bien cuanto tiempo pasó. Los testigos dicen que tardaron bastante, los de la ambulancia dicen otra cosa. Recién los llamaron cuando pasó un policía”, contó Magalí.  En el hospital, tuvo tres paros cardíacos.

A Nicolás Abramec lo encontraron, en cambio, dentro del predio, tirado cerca de los baños y en un charco de agua.  “Lo sacan con vida del predio y fallece en el hospital a las cinco y media. El servicio médico no parecía estar preparado para las situaciones complejas que se presenta con lo que los chicos consumen”, indicó Magalí. Los organizadores de la fiesta Ultra Music Festival estaban vinculados al Grupo Crobar. Figuraban Agustín Cabo Villot, ex novio de la modelo Jazmín de Grazia, y Nicolás Barlaro, quien fue pareja de Florencia Macri, hermana menor del presidente. Barlaro fue condenado a prisión por el secuestro en 2002 de Adrián Strajman, a quien le cortaron un dedo como prueba de vida. La condena fue en 2006 y Barlaro pasó 19 meses en prisión hasta que salió por buena conducta.

“El agua gratis a la hora de la fiesta ya no había más. El servicio médico eran unas carpas que estaban inaccesibles”, advirtió Magalí las similitudes de la fiesta electrónica de 2013 y la de Costa Salguero. “¿Dónde está el Estado que, sabiendo lo que pasa, habilita las fiestas y después no controla? –se preguntó- ¿No se supone que acá hay lucha contra el narcotráfico? Yo creo que la responsabilidad por parte del Gobierno está. No pueden desconocer lo que pasa. Costanera Sur y Costa Salguero son predios del Estado. Las habilita el Estado”. La investigación sobre esas dos muertes se caratuló como muerte dudosa y fue archivada, sin ninguna investigación.

No obstante, los casos continuaron: le siguió Mariano Nicolás Solá en 2013 en una fiesta electrónica en Ciudad Universitaria; otro joven en el boliche Groove de Palermo en octubre de 2014. Por esa misma época, falleció Francisco Mignola en una fiesta electrónica en La Falda, Córdoba. Felipe Baldenote murió en 2015 en el boliche Punto Límite de Villa Gesell, también vinculado a Stinfale. Lucio Correa falleció ese año en otra fiesta electrónica en el Planetario. Yésica Uscamayta murió en una fiesta en Melchor Romero este año.  A estos, se suman los cinco que murieron en Costa Salguero: Nicolás Becerra, Francisco Bertotti, Bruno Boni, Martín Bazzano, Andrés Valdez



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