Las librerías viven el peor semestre en 10 años

Buenos Aires se caracteriza por ser una ciudad lectora por ello, y por la tradición, sorprendió el anuncio del cierre de la librería Adán Buenosayres, ubicada en la avenida Corrientes 1671. Su dueño había informado del cierre en redes sociales y pidió a los porteños que se acercaran a comprar los libros, que estarían en liquidación, para poder pagarle la indemnización a sus empleados que pronto se quedarían sin trabajo.

Una gran cantidad de lectores se acercó a la librería y la fila no tardó en hacerse notar. La situación llamó la atención dentro del rubro de librerías ya que Prometeo, en Palermo, y la sucursal de Distal, en Caballito, habían cerrado también sus puertas hacía pocas semanas.

Ecequiel Leder Kremer, de la librería Hernández, le explicó al diario La Nación que "Esos cierres causaron estupor y preocupación. El primer semestre de este año fue el peor en 10 años, y vendimos un 15% menos de ejemplares que en 2015". Es que, señaló Leder Kremer, cuando la economía apremia, los libros y los viajes en taxi son uno de los primeros gastos que la población recorta para llegar a fin de mes.

Por su parte, Mario Benítez, de Edipo Libros, sostuvo que en estos meses la venta fue mala. Los libros usados "sostuvieron el negocio. Si vendiéramos solamente lo que venden todas las cadenas de librerías, nos habría ido peor", aseguró. 

El alquiler aumentó un 50% respecto de 2015 y los servicios lo hicieron un 400%. "Tratamos de ahorrar electricidad y sólo tengo a un empleado en la librería", dijo Benítez. 

Pero la delicada situación que vive el rubro librería también se sintió en los puestos de Parque Rivadavia. Allí los vendedores coincidieron en que el lugar está más tranquilo los fines de semana porque "hay menos plata en los bolsillos de la gente".

Débora Yánover, de Norte, cuentó que las ventas de mayo cayeron un 10% respecto de abril de 2016. Y un 20%, comparadas con las de 2015.

La crisis se sintió también en las editoriales. Carlos de Santos, director de Manantial, confirmó que las ventas de sus libros están un 10% abajo. Por su parte, Carlos Pereiro, de Ediciones del Dock, indicó que el año pasado solían vender 10 o 15 ejemplares de cada título (todos de poesía) por mes. Ahora la venta se redujo a tres ejemplares. 

Desde la Cámara del Libro, un informe sobre el estado de la industria editorial durante el primer cuatrimestre de 2016 revela que las editoriales nacionales redujeron sus tiradas. Pero en mayo advierten un dato aún más preocupante: además de la cantidad de ejemplares, el mes pasado se redujo el número de novedades publicadas.