Cada vez más personas recorren calles buscando árboles frutales

En la Ciudad de Buenos Aires, hay un árbol cada siete habitantes. Alrededor de 5600 son frutales y en esta época “están en flor”. Para identificarlos y recolectar sus frutos, un grupo de vecinos sale a recorrer las calles porteñas. Guiados por Ludmila Medina, próxima a recibirse de la facultad de Agronomía de la UBA, los participantes escuchan atentos las explicaciones. 

Algunos expertos afirman que la contaminación ambiental es un factor de riesgo y aconsejan no consumirlos. Argumentan que están expuestos a la combustión de vehículos, a palomas y roedores. Otros especialistas opinan que, bajo ciertas pautas, se pueden ingerir. Aconsejan evitar zonas de mucho tráfico, conocer la fecha en la que el árbol fue fumigado, volcarse por frutos que tengan una cáscara gruesa, lavarlos con agua o vinagre y pelarlos.

En sus recorridas, Ludmila Medina dice que hay que ser cuidadosos al tratar con hojas y plantas medicinales: por su ubicación, están más expuestas a deposiciones de animales. Sobre las frutos afirma que no hay estudios que muestren que la polución del aire los afecte y que éstos no tienen agroquímicos ni pesticidas.

El patrimonio verde de la Ciudad comprende 5600 árboles frutales en las veredas de la Ciudad. El árbol de palta lidera las calles porteñas con 1238 ejemplares. Lo sigue el níspero con 1066 y el limonero con 1033. La mayor concentración de frutales está en la Comuna 9, integrada por Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. En el otro extremo está Recoleta con dos ejemplares.