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- 10.08.2016
COMUNA 15
Renace el legendario Mirador Comastri de Chacarita
Al Mirador Comastri lo hizo construir un inmigrante a fines del siglo XIX. Ahora, por iniciativa de los vecinos, intentan devolverle su esplendor.
Una manzana muy particular del barrio de Chacarita es la delimitada por las calles Loyola, Bonpland, Aguirre y Fitz Roy. Allí de entre una añosa arboleda de olivos, magnolias y palmeras, emerge una singular cúpula de hierro y vidrio, se trata del Mirador Comastri que se encuentra en una antigua casona de planta cuadrada construida entre los años 1870 y 1875 en estilo renacentista italiano que gracias a la movilización de los vecinos y al tataranieto de su original propietario, don Agustín Rafael Comastri, se salvó de la piqueta y hoy está en proceso de reconstrucción.
Comastri fue un inmigrante italiano que por el año 1860 vino en busca de un futuro promisorio. Vino desde la Toscana con su mujer Clementina Cataldi y de a poco fueron armando un establecimiento industrial en lo que era el Partido de Belgrano – Chacarita. Dedicaron esas tierras que llegaron a ocupar unas 60 manzanas aproximadamente entre las actuales calles Corrientes, Niceto Vega, Dorrego y el arroyo Maldonado, a la horticultura, cultivaron árboles frutales, tuvieron viñedos y hasta fabricaron ladrillos.
En una de esas manzanas, Comastri le encargó al arquitecto Eugenio Biagini una casona para su ya multitudinaria familia al estilo de las señoriales viviendas campestres llamadas “villas”. Biagini la enclavó estratégicamente en el terreno. La hizo de planta cuadrada, simétrica con una importante galería en el acceso y con los pisos superiores que se van escalonando hasta rematar un particular mirador de acero y vidrios de colores.
A mediados de los 80 el futuro promisorio de Comastri empezó a desdibujarse: ya le habían expropiado parte de sus tierras para hacer el “Ferrocarril al Pacífico”, luego para ampliar el Cementerio de Chacarita. Para rematarla, según cuenta a Clarín el historiador Diego A. del Pino, Comastri invirtió en una compañía financiera que quebró. Cuando el pionero falleció en 1891, a los 61 años de edad, las tierras se dividieron entre la viuda y los 10 hijos, quedando solo en pie la manzana del Mirador.
En la década del 20, los herederos se la alquilaron al Consejo Nacional de Educación que instaló la “Escuela al Aire Libre N° 4” que funcionó hasta que pasó a ser una residencia para estudiantes universitarios y luego, a partir del año 1957, la ocupó la actual Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N° 34, “Ing. Enrique Martín Hermitte”.
A la “villa” Comastri la dejaron caer casi hasta el estado de ruina, se realizaron construcciones sin criterio alguno y poco afortunadas. Pero ahora, gracias a la iniciativa y movilización de los vecinos, de la Junta de Estudios Históricos de Chacarita y Colegiales, de la Asociación de Amigos del Parque Los Andes y el seguimiento persistente del arquitecto Raúl Comastri, entre otros, el edificio y el predio están en vías de recuperación.
El edificio pasó de manos del Ministerio de Educación al de Cultura porteño; en 2004 la Legislatura lo declaró Sitio de Interés Cultural y fue catalogado con Protección Estructural por la normativa de Áreas de Patrimonio Histórico. Ya se cumplieron las dos primeras etapas de la restauración. Los equipos de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural del Gobierno porteño consolidaron su estructura, restauraron los revoques exteriores, las carpinterías, la galería y la galería que da al frente. También recuperaron su esplendor los interiores de una de las alas del edificio.
Ahora falta una tercera etapa, en la que además de recuperar el resto de las habitaciones del edificio y los jardines, el proyecto del Gobierno incluye “correr” el cuerpo posterior que no es original para volver la villa a su condición natural. Los vecinos siguen el pulso del Mirador Comastri de cerca. Vienen bregando desde hace mucho para que se convierta en un centro cultural.
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