COMUNAS 6 Y 11

Algunos Puntos Verdes juntan libros y los prestan gratis

Los Puntos Verdes de la plaza Arenales en Villa Devoto y de Parque Centenario juntan libros y los prestan gratis.


En la plaza Arenales del barrio de Villa Devoto se ofrecen libros gratis de todo tipo, sin contraprestación ni condición alguna. Y si alguien intenta pagar porque encuentra algo interesante, incluso uno o varios ejemplares valiosos, la respuesta es: “Esto es un servicio para el barrio. Si tiene libros que le sobren, tráigalos para que otros lo puedan leer”, explica Adrián Cupolo, uno de los nueve empleados del Gobierno porteño que lanzaron “Libros circulando”, una original iniciativa que nació un poco por casualidad y que ya se extendió al Parque Centenario.
 
La propuesta fue adoptada por la Agencia de Protección Ambiental, que depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, que administra y gestiona los Puntos Verdes, lugares establecidos para el acopio de material reciclable. Hay un total de 32, distribuidos por Ciudad, de los cuales dos son especiales, porque además de recibir vidrios, metales, plásticos, cartón, papel y envases tetrabrik, allí aceptan electrónicos, impresoras y computadoras sin funcionar.
 
“Muchas veces nos traen cosas en buen estado: sillas, platos y ropa, que nos da mucha lástima tirar. Con los libros pasó lo mismo. Al principio, los pusimos en un canasto para regalarlos y así empezó todo”, recuerda Laura Ruiz, otra de las que impulsaron la biblioteca.
 
El Punto Verde de la plaza Arenales es uno de los más concurridos. Se trata de un contaneir reciclado, que está ubicado sobre la calle Mercedes, casi esquina Nueva York, en uno de los extremos del espacio verde. A diferencia de otros y “debido a la gran concurrencia de vecinos, funciona de martes a domingos de 10 a 19 horas y los fines de semana el horario se extiende hasta las 20 horas”, explicó a Clarín una fuente del Gobierno porteño.
 
La mayoría de las personas creen que están a la venta. “Es habitual que quieran pagar. Es muy raro, porque cuando decís que los libros son gratis, hay gente que le da vergüenza y hasta culpa”, dice Cupolo. Muchos vecinos están enterados, ya conocen la mecánica de “Libros circulando” y van directo a la biblioteca a revisar para ver si encuentran algo interesante y, como contrapartida, llevan libros, enciclopedias, fascículos y material de lectura en desuso.
 
“Llevo y traigo libros desde hace un año. Algunos los leo y otros los reparto en geriátricos, hospitales y en las charlas de literatura que doy. Los hago circular con la idea de que nunca vuelvan a una biblioteca”, señala a Clarín Luis Noseda. “Cuando la gente se da cuenta, pierde el miedo y entiende la dinámica, se engancha”, describe Cupolo.
 
El éxito es tal que muchas veces las donaciones de libros superan a los encargados del Punto Verde. Cuentan un caso de alguien que estaba a punto de emigrar y dejó varias valijas repletas de libros. “No sabíamos dónde ponerlos pero por suerte se los llevaron casi todos ese mismo día”, explica Cupolo. 

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