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- 25.01.2017
COMUNA 2
El Malba abrirá un espacio en el barrio Saldías
El Malba tendrá una sede con programas sociales y educativos abiertos a los vecinos del barrio Saldías; ocupará un edificio en el que actualmente ensayan unas 70 bandas musicales que le rinden culto a Spinetta.
Un inmueble en el barrio Saldías, que pertenece al Estado nacional, pero está concesionado a una empresa de logística que tiene su depósito de mercadería en un galpón contiguo, parece ser el elegido por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) para ampliar sus actividades e instalar un museo social.
El presidente del Malba, Eduardo Costantini, anunció el proyecto de ampliación. En septiembre pasado, en una fiesta por los 15 años del espacio, había anticipado su intención de tender un puente cultural entre la sede de Figueroa Alcorta 3415, el barrio Saldías y las Villas 31 y 31 bis, aunque no brindó detalles. Pero en las últimas semanas, las conversaciones avanzaron para llevar el Malba al Polo Cultural Saldías.
Según reconstruyó La Nación, el pedido fue elevado a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que maneja el inmueble donde se instalarían programas sociales, educativos y culturales, además de un espacio público, accesible a los vecinos, según explicaron desde el Malba. Cuando avancen las negociaciones "se abrirá una convocatoria de proyectos" para detectar las mejores propuestas "de talleres y actividades enfocadas a la integración de la comunidad de Saldías".
En septiembre, Costantini planteaba: "El nuevo Malba buscará ser nexo en varios sentidos: Norte/Sur y Este/Oeste, desarrollando una acción a distintos niveles, integrando a comunidades y públicos diversos, donde todos reconozcan al museo como propio y se desarrollen a través de su propuesta". También movilizaba la idea de despersonalizar la institución e involucrar otros filántropos en esa búsqueda.
Hoy el espacio es regulado por una asociación civil que cuenta con 300 miembros y son 70 las bandas que alquilan un espacio. Los músicos que gestionan el Polo Cultural Saldías le dijeron a La Nación que tuvieron reuniones con enviados del Gobierno porteño en las que conocieron las intenciones del Malba.
El movimiento musical se inició hace 10 años en el edificio que, hasta hace pocos meses y antes de los anuncios de urbanización de Saldías, muy pocos conocían. Dos hermanos, de una empresa familiar que concesiona el predio, dieron el primer paso. Luego, el de boca en boca hizo el resto. Hoy, los músicos se preguntan qué pasará con ellos.
Todo indica que deberán mudarse a un predio a unos 300 metros del edificio actual, entre el barrio Saldías y la parte trasera de la Villa 31. Varias razones los hace verse en desventaja: el interés creciente del Malba, el aval del Estado para que el museo se instale allí y la concesión de la empresa de logística que está llegando a su fin. Con el permiso de explotación caducado, el traslado sería inevitable.
El Polo Cultural Saldías está sobre la calle San Pedro de Jujuy, a metros de las vías de los ferrocarriles Mitre y Belgrano Norte, en una zona con abundante circulación de transporte de carga.
Las transacciones comerciales de frutas y verduras se reemplazaron por canciones compuestas en oficinas hoy convertidas en salas de ensayo usadas por músicos que llegan desde distintos barrios porteños. Muchos se sienten vecinos de Saldías por las actividades que organizan con el barrio, como bautismos y recitales de fin de año.
El espacio le rinde tributo a Luis AlbertoSpinetta. La sala principal lleva su nombre; allí preparó, durante tres meses, el recital de las Bandas Eternas, que se realizó en 2009 en el estadio de Vélez Sarsfield. Los ensayos, de los que participaron músicos reconocidos del rock nacional, quedaron plasmados en un libro de fotos y anécdotas. Todo gira en torno de Spinetta. Los pasillos llevan los nombres Almendra, Spinetta Jade, Pescado Rabioso, La La La y Socios del Desierto, nombres de bandas o discos del Flaco. Por esa razón, los músicos no quieren mudarse de allí. Ese sitio, dicen, es especial, con una historia que no tendrá ningún otro.
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