El nuevo Centro de Exposiciones tendrá una plaza con flora nativa

El flamante Centro de Exposiciones está escondido, yace bajo unas lomadas artificiales sobre la Avenida Figueroa Alcorta, entre la Facultad de Derecho y el Parque Thays. La obra está prácticamente terminada, solo falta para que entre en funcionamiento el equipamiento que deberá poner el concesionario que gane la licitación internacional que abre el 28 de abril.
 
El Gobierno porteño encontró en el nuevo Centro de Exposiciones un punto común para atender dos cuestiones. Por un lado, generar más espacios verdes, tal como reza el Plan Verde anunciado en octubre pasado por el  jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Por el otro, dotar a Buenos Aires de un sitio de nivel internacional para celebrar conferencias y eventos.
 
Para conectar la plaza República Federativa de Brasil con el Parque Thays, se construyó sobre el Centro de Exposiciones y Convenciones una cubierta verde que aportará 55.200 m² de espacio verde para el disfrute de los vecinos. La misma está conformada por un sistema de desniveles verdes y veredas vinculantes con áreas de descanso y miradores.
 
El nuevo Centro de Exposiciones se construyó semienterrado y se coronó con una plaza de flora autóctona, que equilibra el paisaje lindero, las grandes plazas de la zona norte de la Ciudad. Ahora, estiman funcionarios porteños, hay una armonía con el Parque Thays, el Parque de las Naciones Unidas que contiene la Floralis, reinaugurada el año pasado.
 
Tiene 22 mil metros cuadrados y está semienterrado. Siete metros de subsuelo y otros siete hacia arriba. Se desciende por unas escaleras y rampas hasta una plaza seca, con cuatro tipas históricas conservadas y un futuro espejo de agua, que une la Facultad de Derecho (UBA) y alojará la futura estación del subte H (Recoleta-Parque Patricios). También hay unos estacionamientos en construcción. El Centro cuenta con dos grandes salas y una de menor tamaño.
 
Entre 2012 y 2013, el Gobierno porteño se reunió con hoteleros y organizadores de ferias y congresos para repensar este espacio de nivel internacional. El estudio del arquitecto Edgardo Minond ganó el concurso para diseñarlo.
 
La idea era que la plaza le pase por encima. “Que la terraza fuera ondulada, un verdadero paisaje quebrado como los campos cercanos a Buenos Aires; con desniveles, para mirar desde distintas alturas como sucede en plazas como las de Barrancas de Belgrano, Plaza San Martín o Parque Lezama”, resume a Clarín Edgardo Minond.
 
Como valor agregado se creó este parque de flora nativa que tiene senderos educativos y espacios de esparcimiento. Tal es así que al recorrerlo “por la biodiversidad que produce la flora y la fauna, te encontrás con mariposas y picaflores”, cuenta a Clarín la Licenciada en Planificación del Paisaje (UBA), Lucía Ardissone, del Estudio Bulla, encargados de la propuesta paisajística.