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- 22.06.2017
COMUNA 1
Comienza la restauración del Teatro Nacional Cervantes
La obra de restauración del Teatro Nacional Cervantes tendrá un plazo estimado de 12 meses y contará con un presupuesto de casi 36 millones de pesos.
Ayer miércoles se firmó la licitación para las obras de recuperación de la fachada del Teatro Nacional Cervantes. El acto, del que participaron el ministro de Cultura Pablo Avelluto, el secretario de Cultura y Creatividad Enrique Avogadro, el director del Teatro Alejandro Tantanian y representantes del Ministerio del Interior, se realizó en el foyer del Teatro Cervantes, ubicado en Libertad 815.
La obra, que tendrá un plazo estimado de 12 meses y contará con una inversión de $35.764.856,53, consiste en la recuperación y puesta en valor de los muros, carpinterías, solados, herrería, iluminación y sistema de desagüe pluvial. Desde principios de 2007, la fachada del único teatro nacional de la Argentina está cubierta por andamios que se colocaron después de un desprendimiento de mampostería. Los trabajos se adjudicaron, mediante licitación pública, a la empresa Estudio Ingeniero Villa S.R.L y permitirán recuperar el frente del edificio, que además es Monumento Histórico Nacional.
Villa explicó a Clarín que la restauración se concretará en dos etapas: una que encarará la refacción de la fachada que da a la calle Libertad, y posteriormente otra que hará lo propio con la de la avenida Córdoba. En una segunda etapa, el Ministerio de Cultura de la Nación llamará a otra licitación para encarar las reparaciones del interior del edificio, que deberán concentrarse en la restauración de las salas, la tapicería y los frescos que decoran las paredes.
"Creo que este teatro durante mucho tiempo, quizás por una zona empática entre la arquitectura, que invita a una zona más solemne, más arqueológica, más museística, estuvo muy ligado a cierta idea de 'lo clásico' en términos representacionales y teatrales", explica el director del teatro Alejandro Tantanian, en diálogo con Infobae. "Nuestra manera de ver un teatro público es como tensión entre la tradición y el presente, sin abandonar lo que es nuestro pasado, pero no trabajarlo desde un punto arqueológico. Lo que hay que lograr es que haya un rasgo de enorme contemporaneidad en el escenario en términos visuales y expresivos que friccione con esa zona más clásica y que genera por ahí una distancia con el espectador. Y ahí empieza a verse una tensión que, creo, es la que tiene que llevar adelante un teatro público y pagado por dinero de todos los habitantes de este país".
"El teatro es un arte vivo y no podés estar todo el tiempo visitando el pasado, por eso es importante dar a conocer a los artistas contemporáneos, no solamente en la dirección y en la actuación, que no podés hacer otra cosa porque con los muertos no podés trabajar, sino también con los autores. Empezar a pensar que este teatro tiene la obligación de poner en escena a los que podrían llegar a ser los clásicos del futuro. Hacer una programación basada en el pasado es muy fácil, porque está todo probado. El riesgo es cuando tomás a alguien que era muy periférico, como es el caso de Copi, que hoy por hoy es un autor central, pero que no ha llegado nunca a la centralidad de una escena pública, siempre ha estado en la periferia; digo en Argentina, porque afuera sí. El gesto de poner a Rafael Spregelburd en la primera obra grande en la sala María Guerrero tenía que ver exactamente con eso: es un autor contemporáneo, de menos de 50 años, argentino, con una obra enorme. Fue un éxito increíble, vinieron más de 28 mil personas a ver 40 funciones, una locura lo que pasó. Esto prueba claramente que la gente tiene avidez de eso", comenta Tantanian.
El Teatro Nacional Cervantes tiene una superficie de 2900 metros cuadrados y cuenta con tres salas. La principal, María Guerrero, con capacidad para 860 espectadores entre la platea principal, palcos y balcones; la Orestes Caviglia, que permite recibir a 150 personas, y la Luisa Vehil, que no cuenta con escenario ni plateas y se utiliza para puestas no convencionales u otras actividades.
El edificio está compuesto por el teatro original, de 1921, diseñado por los arquitectos Fernando Aranda Arias y Emilio Repetto, y la torre anexa, diseñada por el arquitecto Mario Roberto Álvarez, construida luego del incendio de 1961 e inaugurada en 1968.
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