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- 20.09.2017
COMUNA 10
En algunas calles de Villa Real la velocidad máxima será de 30 km/h
Empezaron ayer en el barrio de Villa Real las obras para obligar a los autos a circular más despacio; es una prueba en 12 calles, que podría extenderse a más lugares.
Casi 50 manzanas del barrio de Villa Real pasarán a formar parte de la primera "Zona 30" de la Ciudad que consiste en obligar a los automovilistas, mediante la modificación de la velocidad máxima y pequeñas intervenciones en la calzada, a conducir a no más de 30 km/h en las calles. Con este reordenamiento del tránsito, el Gobierno porteño busca reducir la cantidad de siniestros viales registrada en ese rincón de la Ciudad, informa La Nación.
La obra, estimada en $ 13 millones y a cargo de la empresa Miava S.A, empezó ayer martes en medio del reclamo de un grupo de vecinos que denuncian que se generará un colapso en las calles que, en muchas ocasiones, sirven como vías de escape cuando hay embotellamiento en la colectora de la avenida General Paz, distante a dos cuadras.
El inicio de las tareas había sido frenado en dos oportunidades, el 17 de julio y el lunes pasado, porque los vecinos afirman que no fueron consultados antes del llamado a licitación y que la iniciativa hará que se restrinja la cantidad de espacios para estacionar autos. Desde la Secretaría de Transporte y Tránsito porteña lo negaron.
El polígono comprendido por las calles Ramón Lista, Irigoyen, Nogoyá y el eje Juan E. Martínez/Cúneo/Esquina fue el elegido para la prueba piloto de la "Zona 30" o "Zona calma", dado que tiene una elevada tasa de accidentes -89 entre 2010 y 2016-, una alta densidad de escuelas y la presencia de una población de edad mayor.
El objetivo es bajar un 75% los siniestros viales, mediante la disminución a 30 km/h de la velocidad de circulación en 12 calles donde actualmente se puede conducir a 40 km/h. Este límite, según los informes técnicos realizados en el barrio, habitualmente no se respeta: se constataron aceleraciones de hasta 63 km/h.
El límite de 30 km/h no es azaroso, sino que responde a que en un impacto a esa velocidad sobreviven nueve de cada diez peatones; a 45km/h, cinco, y a 60km/h, uno.
La propuesta contempla instaurar el nuevo tope de velocidad en 12 calles dentro de ese perímetro. Para favorecer su cumplimiento, se construirán 15 "chicanas reductoras" u "orejas" en ambas márgenes de algunas de las calzadas, de modo que por ese pequeño desvío en la marcha el conductor se vea obligado a ir a una velocidad moderada y constante. También habrá una nueva ciclovía sobre Víctor Hugo y se colocarán maceteros en las esquinas con plantaciones bajas.
Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable del Gobierno porteño, explicó a La Nación que "La obra es un beneficio total para el barrio y la queremos replicar en otros lugares porque son intervenciones menores de infraestructura, pero de alto impacto. En ningún caso se va a restringir el paso vehicular, sino que a través del diseño se va a obligar al conductor del vehículo a hacer un zigzag, a que reduzca la velocidad y a prestar atención".
Pero hay muchas voces contrarias a este proyecto como los dueños de las fábricas que funcionan dentro del polígono, porque deberán modificar el circuito de recorrido de los camiones que transportan la materia prima para su producción.
Inés Rivoir, vecina de Villa Real, dijo a La Nación que con la creación de la "Zona 30" se va a "afectar la identidad del barrio". Y agregó: "No estamos en desacuerdo con que bajen la velocidad, pero que busquen otras formas, como las fotomultas o los lomos de burro". Susana, otra habitante del barrio, opinó que "hay cosas más importantes para hacer que unas macetas que no solucionan nada y nos quitan espacio para estacionar".
Los cuestionamientos se hicieron oír tanto ayer, cuando finalmente empezaron las obras, como el lunes, cuando se impidió que los operarios de la empresa a cargo realizaran las mediciones correspondientes en la esquina de Cortina y José Pedro Varela, elegida para la colocación de uno de los maceteros.
Los vecinos disconformes mantienen un seguimiento del proyecto con visitas periódicas a la sede de la Comuna 10, a la Legislatura porteña -donde la Comisión de Tránsito y Transporte estudia un pedido de informes al Ejecutivo por este tema- y a la Defensoría del Pueblo, que oficia como organismo mediador.
En una carta enviada al Gobierno porteño, señalaron que "la creación de nuevos obstáculos para la circulación vehicular (las chicanas y los maceteros) va a crear caos en las calles del barrio" y advirtieron que "un camión de bomberos tampoco tendría libre acceso al barrio porque no podría maniobrar libremente en algunas esquinas".
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