PATRIMONIO

¿Sabías que hay 80 chimeneas sin humo escondidas en la Ciudad?

Estas chimeneas son todas iguales, fueron fabricadas en serie por un mismo constructor. Son chimeneas que servían para ventilar el primer sistema cloacal de la Ciudad.


Estas chimeneas sin humo tienen una base cúbica de donde emerge una columna octogonal de ladrillo a la vista rematada con detalles de estilo y pararrayos. Están diseminadas por toda la Ciudad, son chimeneas que servían para ventilar el primer sistema cloacal de la Ciudad.
 
Según datos de Aysa, hay 80 chimeneas o ventiletas desparramadas por la Ciudad y el sur del conurbano bonaerense. Están a una distancia de 3 a 4 kilómetros, entre sí. Hay tres modelos de chimeneas: tipo A de 35 metros de altura, tipo B de 30 metros y tipo C de 25 metros.
 
Las chimeneas están construidas con ladrillos hechos en la fábrica que Obras Sanitarias de la Nación tenía en San Isidro. Permitían tanto el venteo de los gases que emanaban los residuos cloacales y su oxigenación, como su escurrimiento, evitando el vacío por succión.
 
Algunas de las chimeneas más visibles se encuentran en Álvarez Thomas entre Forest y 14 de Julio, en Colegiales y en Washington y Congreso en Coghlan. Otra aparece en el fondo de una casa ubicada en Humboldt y Murillo, en Villa Crespo. Hay varias también por la zona de Parque Centenario. En Inclán y avenida La Plata, cerca del Carrefour de San Lorenzo. En Gaona y San Nicolás en Floresta, en Murguiondo y Garzón en Mataderos. En Recoleta en Pacheco de Melo y Austria y en Anchorena y Juncal.
 
Jorge Tartarini, director del Museo del Agua y de la Historia Sanitaria de Aysa, explica a La Nación que “Hubiera sido muy fuerte el olor y el material orgánico hubiera generado contaminación a través del gas metano. Aysa es responsable del mantenimiento de todas las ventiletas, en caso de que hayan quedado en la casa de algún vecino, se interviene con la autorización de los propietarios”.
 
Como toda construcción porteña de más de 50 años, las chimeneas no pueden ser demolidas ni transformadas sin pasar por la Comisión de Monumentos. “Yo lucho a capa y espada para mantener las chimeneas, creo que es patrimonio que la Ciudad debe preservar, es parte de nuestra historia”, cierra Tartarini.


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