UNA RESPUESTA POLÍTICA

#Orgullo2018: Fiesta y reclamos en las calles porteñas

Este sábado se vivió la XXVII edición de la Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires y miles de personas se movilizaron desde Plaza de Mayo al Congreso de la Nación.



Luego de varias polémicas y de que algunas organizaciones históricas se retiraran de la Comisión Organizadora, el sábado la Ciudad de Buenos Aires vibró con la XXVII Marcha del Orgullo LGBTIQ+. Alrededor de 400 mil personas, según estimaciones de los organizadores, marcharon desde Plaza de Mayo al Congreso de la Nación.

La convocatoria comenzó a las 11 de la mañana frente a la Casa Rosada, donde hubo ferias, stands y shows musicales.

Alrededor de las 14, Nadia Echazú leyó un documento consensuado por las organizaciones que integran la Comisión Organizadora. Se pidió: “Basta de genocidio travesti trans; basta de ajuste; aborto legal; seguro y gratuito para personas con capacidad de gestar; aprobación y efectivo cumplimiento del cupo laboral travesti trans en todo el país; urgente sanción de una ley de VIH; separación de la Iglesia del Estado; basta de lesboodio y absolución para Higui de Jesús y Mariana Gómez”, entre otros reclamos.

Además, distintas identidades del colectivo leyeron sus mensajes. “Somos foco de persecución, exclusión y estigmatización. Basta de genocidio trans”, reclamaron las mujeres trans. Por su parte, los intertsex reivindicaron el color amarillo que “no es del Gobierno, ni del Vaticano”. Los varones trans pidieron que se respete la ley de identidad de género para personas privadas de su libertad.

A partir de las 17, las carrozas empezaron a marchar por Avenida de Mayo hacia el Congreso Nacional donde se leyó el documento final: “Las disidencias no vivimos en un tupper. Somos trabajadores y sufrimos el ajuste. La nueva ola de derechas hace que hoy por besarse echen a dos varones de una pizzería de Palermo y a dos chicas del Mercado de San Telmo. El ajuste, la violencia y la discriminación que vivimos, tienen responsables: este gobierno. Macri y la Iglesia son antiderechos. Pero la ola feminista y disidente va por más”. 






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