OPINIÓN

Ser agente de tránsito y morir precarizada

La muerte de una agente de tránsito volvió a mostrar que el 70 por ciento son monotributistas. Entre los agentes de prevención, el porcentaje llega al 90 por ciento. Y según un informe de ATE llegan a 18 mil en todo el Gobierno. La Auditoría porteña había advertido a Larreta.

Werner Pertot


“Cinthia murió monotributista después de seis años”, contó, angustiado, uno de sus compañeros en una manifestación de agentes de tránsito. La frase condensa lo ocurrido con los agentes de tránsito Cinthia Choque, quien murió tras ser atropellada, y su compañero Santiago Siciliano, herido de gravedad. La marcha que hicieron los agentes de tránsito fue para que pagaran los gastos médicos de este último e indemnizaran a la familia de ella, dado que por la precarización no contaban con ninguno de los derechos laborales del trabajo en planta. Si bien el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, se lamentó por la muerte de la agente de tránsito, no hubo respuesta desde su Gobierno ante las evidentes malas condiciones en las que tienen a sus compañeros y compañeras.

Choque tenía 28 años. Siciliano tiene 30. Jóvenes y precarizados, como tantos otros agentes de tránsito. Como se conoció tras la tragedia, de los 2750 agentes que integran la repartición, solo 900 están en planta permanente. Es decir que casi el 70 por ciento son monotribustistas que no cuentan con ART, ni seguro de vida, ni tienen cubierto el sepelio. Y son los que envían a trabajar a la calle. No tienen indemnización y, en caso de un accidente, tienen máximo 45 días justificados. Después de eso, no les renuevan el contrato. Los agentes dependen del secretario de Transporte, Juan José Méndez, que intentó defender la precarización y dijo que, después de algunos años, se los pasa a planta. Hay cientos de testimonios de lo contrario, incluso el caso de Cinthia Choque lo demuestra. Ni siquiera le pensaban pagar el sepelio.

Los monotributistas trabajan turnos de siete horas y media y doce los fines de semana por 25 mil pesos. Por supuesto, no hay aguinaldo y cuentan con 14 días de vacaciones para siempre, dado que al ser una “locación de servicio” no tienen nunca antigüedad. En ellos y ellas depositan la tarea de hacer los controles vehiculares de velocidad, de alcoholemia y estupefacientes y ordenar el tránsito cuando se rompe un semáforo. Para eso, se los entrena durante tres meses en cómo es el trabajo, cursos de reanimación y en no replicar la violencia de los conductores, que sufren a diario.

La Auditoría General de la Ciudad, en uno de sus informes, había advertido ya al Ejecutivo sobre esta situación: “Cabe consignar que en el Cuerpo de Agentes de Tránsito tiene 554 agentes personal transitorio y 461 Agentes Contratados, mientras que 465 solamente revisten como planta permanente”, decía.

A lo largo de la semana, se fueron conociendo más y más casos de trabajadores precarizados del Gobierno de la Ciudad. Otros son los agentes de Prevención, es decir, los que tienen que cuidar los senderos escolares, hacer controles en estadios y recitales y tareas de monitoreo en el espacio público. En ese caso, es aún peor: el noventa por ciento son monotributistas. De 800 personas, sólo 72 son trabajadores de planta. De nuevo, los contratados no tienen ART, ni viáticos, ni nada. Solo una muda de ropa para salir a trabajar, en este caso, por un sueldo básico de 22.300 pesos (a lo que hay que restarle los tres mil del monotributo). En el caso de ellos, solo con un curso de 30 días ya salen a la calle. Aprenden las diferencias entre contravención, robo y hurto, algunas nociones legales, un curso de dos días de reanimación cardiopulmonar (RCP) y gimnasia. Y a caminar y caminar.

En una columna de opinión, los dirigentes docentes Eduardo López y Mariano Denegris ampliaron la problemática: “Los agentes de tránsito no son los únicos cuyos derechos son violados sistemáticamente por el Gobierno de Rodríguez Larreta. De los 182 mil trabajadores públicos porteños, sólo 46 mil están en planta permanente y tienen los derechos laborales cubiertos en su totalidad”. Sobre el sistema educativo en particular, cuentan: “El programa Jornada extendida tiene actualmente más de 1200 trabajadores, la mayoría con contratos precarios, sin estabilidad, sin aportes, sin obra social, sin posibilidad de sindicalizarse y con salarios en negro aportados por Nación que representan la mitad de lo que cobra un docente bajo estatuto”.

Según ATE Capital, que alertó sobre la falta de estadísticas oficiales sobre la problemática, serían unas 18 mil personas las que trabajan en el Gobierno porteño en forma precarizada. De acuerdo a un informe de ATE Capital, los monotributistas son más del 55 por ciento en algunos ministerios y llegan a ser casi la totalidad en algunos programas. Por ejemplo, el de Acompañamiento Social tiene 98 por ciento de contratados. La Dirección de la Mujer, 50 por ciento. El Ministerio de Espacio Público, 52 por ciento.

La precarización en la gestión PRO, más que la excepción, parece ser la regla. Hay una pregunta que me hago siempre en estos casos: ¿tenía que morir una persona para que empecemos a hablar de esto? Así como espero que haya Justicia para Cinthia Choque, también sería bueno que el Gobierno porteño se haga cargo de regularizar la situación de todos sus compañeros y compañeras. No es una cuestión secundaria.

COMENTARIOS