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- 07.10.2019
CRISIS ECONÓMICA
Los trabajadores del bar Plaza Dorrego de San Telmo empezaron a autogestionarlo
Luego de que el locatario cerró el histórico bar el miércoles pasado, sus trabajadores comenzaron a autogestionar el lugar. Abren de 8 a 23 horas y duermen allí.
Unas horas después de que el bar Plaza Dorrego se cerrara de manera provisoria el último miércoles, los empleados decidieron ponerse al hombro el negocio e iniciaron un proceso de autogestión.
Les adeudan tres meses de sueldo, el conflicto legal con el empleador no está resuelto, pero los trabajadores pelean por su fuente de trabajo, por ese lugar que sienten propio. "Estamos atendiendo de 8 a 23 desde el jueves pasado. Con lo que sacamos de las ventas podemos comprar mercadería. Nos arreglamos bastante bien", cuenta a La Nación Fernando Aramayo.
Su vida y la de sus siete compañeros transcurren por completo en la confitería: "Nos quedamos acá todo el tiempo. Nos turnamos para bañarnos y dormir porque el espacio es chico", explica Aramayo. Los empleados denuncian que el locatario del inmueble y dueño del bar, Rubén Yufera, tuvo problemas para administrar la histórica confitería durante la última etapa; no se compraba mercadería, se atendía al público solo cuatro horas por día, no les habían abonado dos sueldos y hace más de dos años que no les realizan los aportes y contribuciones a la obra social y jubilatoria.
El bar Plaza Dorrego está ubicado en Defensa 1098, justo enfrente a la plaza que lleva el mismo nombre, tiene 140 años de trayectoria y por él transitaron figuras emblemáticas de la cultura nacional, como los escritores Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato. En medio de un clima de tensión, el miércoles el empleador decidió bajar las persianas del local.
"Por ahora, continuamos con el proceso normal respecto del empleador. Iniciamos las acciones prejudiciales, como intercambios telegráficos, de cualquier situación laboral similar", indicó el abogado de los trabajadores, Luis Palmeiro.
Algunos de los trabajadores tienen entre 25 y 30 años de antigüedad. “Esta situación no es un hecho aislado, es parte del desguace que está ejecutando el Gobierno Nacional, que pone a los trabajadores en un estado de absoluta desprotección y abandono laboral”, analizan los trabajadores.
En paralelo, avanza otro camino para resguardar el espacio. La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos propuso declarar al bar "bien de interés". El arquitecto asesor del organismo, Jorge Caramés, explica a La Nación que esta catalogación "no tiene la misma jerarquía que un monumento, pero significa una restricción: no se puede cambiar graciosamente el uso actual porque es justamente el motivo de interés". El pedido debe atravesar algunas instancias administrativas para concretarse.
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