COMUNA 15

El Centro Cultural Sefarad abrió en La Paternal

Queda en Seguí y Espinosa y está abierto a la comunidad. Tiene una programación integrada por charlas, seminarios, cursos, cine, presentación de libros. Muchas de las actividades son gratuitas.


Nos recibió Liliana Benveniste en este centro cultural que abrió en Alte. F. J. Seguí 2160, en el barrio de La Paternal, en julio. Sefarad tiene más de 10 años de existencia pero no tenía una sede propia, sus actividades se realizaban en distintos espacios que les iban prestando según la ocasión. Hoy Liliana y Marcelo, que son matrimonio, están muy contentos de llevar adelante este sueño hecho realidad.
 
Liliana es embajadora en Argentina de la Red de Juderías de España, cantante y profesora de ladino. Nos contó todo acerca del Centro Cultural Sefarad.
 
¿Cómo se les ocurrió abrir Sefarad?
Nuestro objetivo es concentrar en un solo sitio la información referente a la cultura judeo-española para la difusión de la historia, costumbres, noticias, eventos, actividades y artículos exclusivamente de temática sefaradí.
Nuestra cultura tiene mucho de español, ya que fue expulsada de España, luego fueron al Imperio Otomano y se siguió manteniendo hasta hoy en día aquel español antiguo, mezclado con palabras del turco, del griego, del búlgaro, eses es nuestro idioma que se llama ladino. Tiene que ver con la cultura griega, de medio oriente.
Queremos abrir nuestro espacio al público en general porque es historia universal. No teníamos espacio propio y siempre estábamos pidiendo a la comunidad tal o cual si nos podía prestar una sala para una conferencia, para la presentación de un libro, para un ciclo cultural, siempre todos estuvieron muy bien predispuestos pero a veces nos pasaba que no estaba libre el día y horario que necesitábamos.
Pensamos en un emprendimiento propio y llegamos acá sin pensarlo porque era una utopía que teníamos con mi marido. Los dos tenemos nuestros trabajos aparte porque de la cultura no se vive en este mundo, es de corazón más que por otra cosa.
 
Y encontraron este espacio…
De casualidad descubrimos este lugar y lo arreglamos, era una herrería que tenía 100 años y estaba bastante destruida sin cañerías, sin pisos, había pérdidas en el techo. Estuvimos un año y medio con reparaciones, de a poquito quedó esto. Todos los que visitan el lugar se quedan enamorados.
 
¿Qué actividades tienen?
Los lunes ofrecemos un taller de ladino, que es como se llama la lengua de los judíos expulsados de España que se fueron al Imperio Otomano. Los miércoles hay un taller de danza sefaradí, danza de medio oriente con música nuestra, es muy lindo. Viene una profe con muy buena onda, pueden participar personas que no pueden caminar, lo hacen sentadas, la gente está muy contenta.
También tenemos cine, recitales de música, cursos de cocina, presentación de libros. Hay un movimiento de jóvenes que está aprendiendo sobre la música sefaradí.
 
¿Qué público se acerca?
Nosotros logramos renovar un poco el público. La gente grande viene a recordar lo que había sido su infancia o a contar lo que había sido la inmigración. Pero empezamos a renovar el público a través de las propuestas con profesores más jóvenes con temas más cotidianos.
Vino mucha gente a los cursos por el tema de la nacionalidad española para sefaradíes. Fue una legislación que surgió en España en 2015, con un vencimiento de dos años, con prórroga por tres más. Esto era como una especie de reparación por aquella expulsión de 1492. Se supone que todos los sefaradíes venimos de ahí y nuestras familias y antepasados fueron expulsados y fuimos a parar a distintos países del mediterráneo y después a América. Esta ley tiene ventajas para los que pueden comprobar que son descendientes de sefaradíes.
Con esa cuestión, mis cursos de ladino que vengo dando desde hace 11 años, que tenían 15 alumnos como mucho, desde el 2016 los cursos son de 25, 50 personas, tres cursos por semana, porque la gente necesita el certificado que nosotros damos para presentar como uno de los requisitos de la ley.
Viene gente de otros países como Suiza, Brasil, del interior del país. Eso trajo muchos jóvenes que se van contentos, interesados con su propia historia.
 
¿Cómo es la clase de ladino?
La clase no es solo de idioma, está mechada con costumbres, tradiciones, con cosas de la vida cotidiana que hacen las familias y que no saben de dónde viene y por qué. Trato que sea algo ameno, que tenga chistes, música, que la gente cante. En un día se van pudiendo leer el ladino.
Lo acompañamos con un buffet con delicias sefaradíes. La gente dice: “esto es lo que hacía mi abuela, lo que había en mi casa”. Nos gusta que la gente tenga una identidad, una pertenencia y el que viene de la parte cristiana de lo español también va a encontrar muchas cosas en común.
 
¿Cuál es el objetivo de Sefarad?
Tratamos de hacer un espacio cultural, no específicamente sefaradí. Tenemos propuestas de gente que necesita un espacio para dar clases, cursos, el espacios está abierto al barrio y la comunidad.
La Paternal es un barrio que tiene mucha historia judía. Tengo ganas de armar una exposición sobre el barrio, que los vecinos aporten material y puedan venir a ver la exhibición con fotos, mapas, historias, etc. Sé que Ezequiel Semo (vecino del barrio) tiene una importante investigación al respecto.
Queremos que este sea un lugar de pertenencia, que la gente venga cuando tenga un rato libre a tomas un café, por ejemplo. No es un espacio religioso, es una comunidad fuera de la comunidad. Queremos lograr eso que pasaba antes en las comunidades y que ya no pasa, que la gente sienta que es el lugar al que pertenece, el lugar del barrio. La idea es que vengan a hacerse amigos.
 
¿Tienen habilitación del Gobierno de la Ciudad?
Sí, estamos terminando con los trámites. Ahora tenemos una oblea provisoria para funcionar. Tenemos casi toda la documentación presentada.
 
¿Qué proyectos tienen?
Estamos pensando nuevas actividades, la gente va pidiendo. Hicimos una clase de cocina con recetas temáticas con música y explicaciones de cuándo se hacen esas comidas y luego se degustó lo cocinado. Trabajamos con una chef, ella es la profesional de la cocina y canta y yo canto profesionalmente y cocino. Hacemos una buena dupla.
Pensamos hacer una exposición sobre la red de juderías y visitas turísticas. Con distintas clases de cultura. Queremos que la gente del barrio se acerque.
 
¿Cómo festejan las fiestas judías?
Ahora viene rosh ashaná (año nuevo), nosotros le decimos roshaná, los sefaradíes tienen la costumbre de acortar mucho, tiene costumbres que en la parte ashkenazí se dejaron de hacer y los sefaradíes siguen cumpliendo. Por ejemplo, para pesaj (pascuas) y roshaná hay una serie de rituales y oraciones a seguir. Se comen una serie de verduras, los nombres en hebreo o arameo de esos alimentos son parecidos a palabras sobre deseos para el año que viene como manzana con miel, dátiles, remolacha, acelga, calabaza, todo muy colorido.
Así como en pesaj hay una bandeja con una serie de cosas representativas que se usan en la mesa para evocar lo que fue el éxodo de Egipto y la pasada por el desierto, en rosh ashaná, que se celebra la creación del mundo, hay una bandeja que lleva un poco de estas verduras, además de los platos que se presentan en la mesa.
 
¿Cómo es la comida sefaradí?
Coincidimos con las comidas griegas, turcas, israelíes, con todo lo que hay en el Mediterráneo. Tiene que ver con ensaladas, tortillas, verduras rellenas, salsas, condimentos, pescados fritos o al horno. Es una cultura muy variada y heterogénea.
Con la chef vamos a hacer otros cursos como de berenjenas, dulce y salado, todo con almendras, amasados, con rellenos, cada clase va a ser diferente.
 
Vos también vivís en el barrio, ¿hace cuanto tiempo?
Hace 33 años que vivo en La Paternal, primero alquilé, después pude comprar, siempre en 5 cuadras a la redonda. Me gusta el barrio, lo que conserva, que voy por la calle y me cruzo con el señor que cerró el negocio que le compraba hace años.
La avenida San Martín se está llenando de edificios, espero que no lleguen muy adentro. Era un lugar de industrias, artesanos, herrerías, metalurgias y muchos locales están vacíos, no me gusta que se llene de edificios aunque entiendo que reanima el barrio que se necesite más gente trabajando.
Se está yendo la dietética de avenida San Martín entre Espinosa y Dickman, que tiene alimentos de la colectividad, los conozco hace 30 años. Ellos alquilaban, el dueño del local tiene 90 años y los hijos quieren vender para construir un edificio. Nos abastecían para las fiestas, una pena.
Ya se nos había ido Fierro que estaba en San Martín entre Nicasio Oroño y Fragata Sarmiento, era caramelería, tenía vinos y productos importados, no eran de la colectividad pero traían productos para las fiestas sin tener que salir del barrio. Una pena perder estos lugares, me duele en el corazón. Se fueron muchas tiendas también.
 
¿Cómo nos enteramos de las actividades del centro cultural?
Nos pasa algo interesante, viene gente de otros barrios que se entera de nuestras actividades por distintos medios, por ejemplo el otro día una señora que viene a danza dice: “me lo mandó mi prima que vive en Israel que recibe el boletín de los viernes”. Gente que no nos conocía antes, se está armando un grupo nuevo de gente.
En la inauguración formal del 24 de agosto hubo muchísima gente, se quedó gente afuera, hicimos un recital que salió hermoso.
 
Muchas de las actividades son gratuitas. Otras son con entrada o a la urna.
Para ponerse en contacto con Sefarad:
E-Mail: [email protected]
Facebook: @eSefarad
Twitter: @eSefarad
Youtube: eSefarad
Teléfono: 4581-5138


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