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- 17.02.2020
INFLACIÓN
Aumenta la morosidad en las expensas de los consorcios porteños
Las expensas superaron a la inflación. Cada vez más familias se atrasan con los pagos y se demoran las reparaciones en los edificios.
Los alquileres, el ABL, los servicios públicos, las cuotas hipotecarias. Todo lo que tiene que ver con el costo de la vivienda viene sufriendo aumentos que cada vez cuestan más a los porteños. El año pasado, las expensas en la Ciudad subieron por encima de la inflación general del distrito. Así, cada vez más familias tienen problemas para pagarlas y las reparaciones en los edificios se postergan, incluso aquellas que suponen algún riesgo, informa Clarín.
El dato surge del relevamiento que mes a mes realiza la Dirección de Estadísticas y Censos del Gobierno porteño. En diciembre, las expensas promedio que paga una familia tipo en Buenos Aires completaron un aumento del 51,8% en el año. Si el costo mensual era de $ 2.368 en diciembre de 2018, un año más tarde se fue a $ 3.598.
Ese salto supera al 50,6% de inflación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el mismo organismo en el distrito. La serie estadística permite observar otros aspectos. Uno, que si la canasta mensual de consumos de esa familia tipo es de $ 48.000 por mes, los $ 3.598 que se destinan a las expensas equivalen al 7,5% del total de los gastos. El otro punto es que los números muestran claramente el daño de la inflación y la devaluación en los últimos tiempos: hace cinco años, en diciembre de 2014, las expensas promedio eran $ 698, y representaban el 7% del total de gastos de la canasta medida entonces.
El aumento del 51,8% es un promedio, pero para muchas familias el aumento fue bastante mayor. "Hubo casos del 70% de incremento o más. Si hay abusos y uno presenta una queja en el Registro de Administradores, la respuesta llega un año después. La gente se cansa, cada vez concurre menos a las asambleas. Es un descontrol absoluto", explica a Clarín Samuel Knopoff, presidente de la Federación de Consorcistas (FEDECO)
Los gastos generales de los consorcios subieron básicamente por dos temas. Primero, el costo salarial de los encargados de edificios. Según informaron en la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA), el año pasado los trabajadores tuvieron dos cuotas de aumentos del 11,5% en marzo y mayo, otras dos de 9,5% en julio y noviembre, más una tercera a pagar en marzo próximo. Además, percibieron un bono no remunerativo de $ 5.000 pagado en dos cuotas $ 2.500 en octubre y noviembre. Aparte, los encargados cuentan con un bono de fin de año que equivale al 20% del salario básico de convenio, y que se paga junto al aguinaldo.
"Muchos consorcistas nos están llamando para ver cómo reemplazar al encargado con una empresa de limpieza que no vaya todos los días. El costo del encargado es un 50% o más del total de gastos del consorcio", comentó a Clarín Alicia Giménez, titular de UCRA.
El otro impulsor del aumento para los consorcios fue la inflación en los gastos de limpieza y mantenimiento del edificio, sobre todo en aquellos que tienen servicios comunes. En muchos casos, y por el encarecimiento de la energía, en el invierno hubo edificios donde se apagaban las calderas o se controlaba mucho la calefacción común.
Por el lado de los gastos comunes, el Gobierno porteño eliminó algunos de requisitos burocráticos, para bajar los costos. Según explicaron en la Secretaría de Atención Ciudadana, quitaron la obligatoriedad de presentar el certificado de libro seguro y llevar un libro de datos periódicos, lo que significó un ahorro de $ 18.000 anuales para un edificio promedio. También espaciaron los controles de los tanques de agua (supone un ahorro de $ 15.000 por año) y las fumigaciones ($ 26.000 al año), entre otros cambios.
Pero los consorcistas dicen que en muchos edificios estos ahorros fueron marginales. Y lo sostienen en un dato: el aumento de la morosidad. De acuerdo a un informe de la Asociación Civil de Administradores de Consorcios, en septiembre un 30% de las familias ya tenía problemas para pagar al día las expensas. Esto llevó a que muchas administraciones tomaran la decisión de cobrarles cuotas extra a los que sí pagan al día, para compensar el déficit.
La otra cara del encarecimiento de las expensas y el salto de la morosidad es la falta de mantenimiento. Muchos consorcios no tienen más remedio que postergar reparaciones. Y no solamente las estéticas, como puede ser la pintura o la iluminación, también otras situaciones, como eventuales arreglos en fachadas y balcones, que suponen un riesgo de accidentes.
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