- Sociedad
- 20.02.2020
SALUD
Grave advertencia de un especialista en dengue: “Hoy la Ciudad entera está pintada de Aedes aegypti”
Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de Exactas UBA, aseguró que no se cumplió con el Plan Maestro que se diseñó para la Ciudad en 2016. Y advirtió que “está todo dado para que tengamos un cuadro parecido” al de ese año.
Distribución espacial de casos confirmados de dengue según antecedente de viaje. Residentes de la CABA. Fuente: Boletín Epidemiológico Semanal, Ministerio de Salud, CABA.
Mientras el mundo se preocupa por el coronavirus, a nivel local el dengue prolifera y el escenario es preocupante. “Hoy la Ciudad entera está pintada de Aedes aegypti, ves el mapa y hay sensores positivos prácticamente en todos los barrios”, advirtió Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos (GEM) que funciona en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Tranquilamente un infectado puede llegar hoy a una manzana donde está el mosquito y generar un brote. Por lo tanto, si bien no podemos decir que vaya a haber una epidemia de dengue, está todo dado para que tengamos un cuadro parecido al de 2016″, alertó el especialista.
Entrevistado por Nex Ciencia, Schweigmann sentenció que “es tarde para la prevención, claro. Estamos a mitad de febrero, en el pico del proceso. Ya hay mosquitos y ya están infectados. Si yo descacharro ahora, si le saco el cacharro que acumula agua estancada -el objeto donde pone sus huevos-, se van a buscar otro, es decir, estaría favoreciendo la dispersión”.
En la Ciudad de Buenos Aires, hasta el 8 de febrero pasado, se habían detectado 70 casos de dengue (62 con antecedentes de viaje, la mayoría a Paraguay). El pico habitual en la Argentina se da a mediados de febrero, pero esta vez en un contexto con cifras de dengue históricas para la región América Latina y Caribe: más de tres millones de casos confirmados entre 2019 y 2020 y más de 1.500 decesos.
“Si tomamos la epidemia de 2016 como referencia, Misiones tiene una cantidad de casos enorme, en una situación claramente subnotificada. En Garupá, por ejemplo, está prácticamente toda la población afectada. Esto no aparece en el Boletín Epidemiológico, pero los mismos efectores de salud misioneros que alertaban en 2016, alertan ahora. En la región, sobre todo en Brasil y en Paraguay, la epidemia es histórica. Acá está por verse”, expresó el especialista. Y remarcó un agravante: “Está entrando DEN-4. La epidemia anterior fue con el 1 y el 2. Y cuando cambia el serotipo, hay mayor posibilidad de enfermedad grave y muerte”.
Schweigmann explicó que el mosquito “Aedes aegypti se mueve en un radio de 40 ó 50 metros, es raro que cruce la calle: si en la manzana está todo lo que necesita, se queda ahí. Esa es la unidad epidemiológica que hay que cuidar”. Al respecto, recordó que esa herramienta de prevención está en un plan maestro que diseñó para la Ciudad de Buenos Aires en 2016. “Está escrito, quedó muy bonito, pero no se está tomando en cuenta. Por ejemplo, la prevención contra Aedes aegypti no se incluyó en los planes de estudio de las escuelas, algo tan sencillo como que los chicos puedan identificar cómo son las larvas y cuál es el mosquito de las rayitas blancas. Y lo central: que la prevención hay que hacerla en invierno, cuando los huevos que quedaron en estado de latencia aún no eclosionaron, es decir, un programa que dure todo el año y no una campaña en febrero. Porque ya sabemos que la fumigación no sirve para nada. No sirve para los huevos, no sirve para las larvas, no cumple ningún rol”.
Según contó el especialista a Nex Ciencia, los sensores que opera el equipo del GEM detectaron Aedes aegypti en lugares donde antes no se lo encontraba: en la costanera, en el Centro. “Comprendimos que esa nueva presencia coincidía con grandes obras, túneles, edificios”, agregó. E hizo referencia a los tachos de 200 litros y las mezcladoras de las obras en construcción, que acumulan agua de lluvia, favoreciendo el ciclo del insecto. Para Schweigman se necesita una campaña puntual de concientización para arquitectos, ingenieros y trabajadores de la construcción, para establecer un protocolo y que esos posibles reservorios se tapen y/o vacíen periódicamente.
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