Por qué la compra de barbijos con sobreprecios en el GCBA salpica a Felipe Miguel

En plena conferencia de prensa sobre la pandemia de coronavirus el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no pudo ocultar su incomodidad ante la pregunta sobre la compra de barbijos profesionales a tres mil pesos la unidad, un precio muy por encima de lo que cotiza en el mercado. Le pasó el micrófono para responder a su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, quien se limitó a decir que se está estudiando el tema. Lo cierto es que el asunto lo salpica directamente: su apellido aparece en torno a la polémica compra.

Tal como reveló la Revista Noticias, la compra por un monto de 45 millones de pesos fue hecha a la empresa Green Salud que le pertenece al abogado Ignacio Saenz Valiente, quien además de tener un grupo de compañías con el nombre Green, también es director del Grupo Clarín y la empresa Telecom. Según consignó la periodista Cynthia García y difundieron, entre otros, el ex legislador José Cruz Campagnoli, Sáenz Valiente es socio de Rodrigo Miguel, el hermano del ministro coordinador porteño, en la firma de seguros Green Ocean Trust & Insurance.

Además, de acuerdo a lo publicado por el periodista Martín Suárez, la firma Green Salud comparte domicilio con la fundación Club de la República, una ONG que preside Rodrigo Sebastián Miguel, hermano de Felipe. Ambas están ubicadas en Av. Santa Fe 768, 7mo Piso.



“Estamos evaluando las diferentes compras y una vez que tengamos el análisis hecho se dará a conocer, todas las compras son transparentes y cumple con los procedimientos legales que tiene que cumplir”, justificó el jefe de Gabinete cuando su jefe le pasó el micrófono en plena conferencia.

Según consignó el portal Letra P, en la Ciudad no habrá purga de funcionarios ante esta denuncia, como sí ocurrió en la cartera de Daniel Arroyo a nivel nacional tras el escándalo de los sobreprecios en la compra de alimentos, porque en el Ejecutivo local defienden lo actuado: argumentan que Green Salud era la única que tenía stock al momento de realizar la compra, tras tres llamados a licitación con falta de oferentes. La pregunta –que generó cruces en el propio Gobierno de la Ciudad- es por qué se optó por buscar un único proveedor y no varios que permitieran llegar al stock requerido.