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- 24.04.2020
EMERGENCIA SANITARIA
Proponen una tarjeta alimentaria en reemplazo de bolsones de comida en escuelas porteñas
La iniciativa del Frente de Todos apunta a evitar aglomeraciones. Se podría solventar con los “recursos monetarios ahorrados por la suspensión" de comedores mientras dure la interrupción de clases por la pandemia de coronavirus.
El reparto de alimentos en escuelas porteñas en el marco de la pandemia de coronavirus y el aislamiento obligatorio generó múltiples reclamos -y hasta un fallo judicial- en la Ciudad desde su puesta en marcha, no sólo por la poca cantidad y mala calidad sino también por las condiciones de entrega, que muchas veces se tradujeron en largas filas de espera y aglomeraciones. Por eso, el Frente de Todos (FdT) prepara un proyecto de ley que apunta a reemplazar los bolsones con alimentos que reparte el Gobierno de la Ciudad por una transferencia directa a las familias a través de una tarjeta, similar a la tarjeta alimentaria que utiliza el Plan Argentina contra el Hambre a nivel nacional.
Según consignó Página 12, el proyecto que el bloque del FdT está terminando de ajustar dispone suspender, mientras continúe la interrupción de clases, “todos los contratos de concesión vinculados al Programa Asistencia Alimentaria y Atención Comunitaria” que dependen de la Dirección General de Servicios a las Escuelas del Ministerio de Educación e Innovación y destinar los “recursos monetarios ahorrados por la suspensión" a "la constitución de un instrumento de transferencia directa dirigido a la totalidad de los beneficiarios”.
Los legisladores Matías Barroetaveña y Santiago Roberto elaboraron el proyecto base, que establece como mecanismo de transferencia monetaria una tarjeta magnética a través de la cual se realizará una “bonificación única cada diez días hábiles”, que es el plazo que cubre actualmente la llamada “canasta nutritiva” que reparte el gobierno porteño cada quince días. Sería para “adquirir únicamente alimentos perecederos y no perecederos que cubran necesidades alimentarias esenciales, debiendo quedar taxativamente excluidos productos que contengan alcohol, tabaco o que sean perjudiciales para la salud en general”.
Hasta ahora, la canasta que comenzó a repartirse el primero de abril se da a cada alumno –a través de sus responsables- según el tipo de ración que recibía hasta la suspensión de clases: desayuno/merienda, refrigerio o almuerzo. Pero acceden a la canasta sólo quienes hayan iniciado el trámite de la beca Alimentaria, la tengan del año anterior o que reciban desayuno o refrigerio en el establecimiento educativo. El proyecto propone además no diferenciar según el tipo de asistencia alimentaria que reciben los chicos.
En los fundamentos del proyecto se detalla que “se ha estimado el costo mayorista de cada una de las canastas que se entregan actualmente en $ 619,31 para la canasta que incluye desayuno y almuerzo, $ 189,29 para la canasta que incluye desayuno o merienda y $212,57 para las que sólo incluyen refrigerios”. Al respecto, Barroetaveña advirtió –en diálogo con Página 12- que la propuesta redundaría en un ahorro porque “se están pagando sobreprecios de hasta el 300 por ciento, razón por la cual ya hicimos varios pedidos de informe”.
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