COMUNA 11

El Gobierno porteño posterga la mudanza de la cárcel de Devoto

El Gobierno de la Ciudad frenó la construcción de la nueva penitenciaría en Marcos Paz por la quita de fondos de la coparticipación. Rodríguez Larreta les había prometido a los vecinos del barrio que el traslado era inminente.


El 12 de marzo de 2018, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta anunció la mudanza de la cárcel de Devoto y que los internos serían trasladados a un nuevo predio en Marcos Paz. En el lugar se construirían viviendas y espacios verdes.
 
Se estimaba que la nueva cárcel de Marcos Paz iba a estar terminada para septiembre de año pasado, pero esto no sucedió. Rodríguez Larreta firmó el convenio y oficializó el contrato; comenzó la construcción en Marcos Paz, con capacidad para 2.240 internos. Pero en marzo del año pasado llegó la pandemia de coronavirus.
 
A mediados de noviembre pasado, y en el marco de los anuncios de la planificación del presupuesto 2021, el Gobierno de la Ciudad comunicó que el proyecto del traslado de la cárcel de Devoto, y la obra de Marcos Paz, estaban cancelados por la quita de fondos de la coparticipación. La UOCRA denunció que 400 de sus trabajadores habían sido despedidos por la paralización de la obra.
 
Gonzalo Aguilar es uno de los referentes en la lucha de los vecinos por la erradicación de la cárcel. Llegaron a reunir 7 mil firmas y a agrupar hasta a 200 personas. Las distintas asociaciones del barrio siempre los apoyaron. “Más allá de las promesas, las esperanzas siempre se renuevan. Aquella vez del anuncio nos pareció la oportunidad en la que más cerca estábamos: había un gobierno nacional, provincial y de la Ciudad del mismo partido político. Hoy el proyecto parece haber fracasado. Necesitamos que la obra se termine y que se concrete el traslado”, cuenta a Clarín.
 
En Devoto, la pandemia modificó el paisaje de los alrededores de la unidad penitenciaria. Las visitas estuvieron suspendidas hasta octubre y los comercios de la calle Bermúdez permanecieron cerrados, por lo que prácticamente no hubo movimientos. En esos días, los familiares sólo podían acercarse a depositar mercadería para los detenidos.
 
“Creo que la gente nunca confió del todo en el último anuncio, porque no hubo inversiones”, opina José Pintimalli, de la inmobiliaria del barrio que lleva su nombre. “Si hubiese sido algo seguro, se hubiera visto compra y venta de inmuebles. No hubo compra de propiedades en las inmediaciones de la cárcel. Lo único que se pudo ver son refacciones en alguna que otra vivienda. Pero el público que busca propiedades sigue sin interesarse por la zona”.


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