OPINIÓN

La Ley IRSA: Larreta consiguió darle su regalo del Día del Amigo al empresario Elsztayn

El jefe de Gobierno avanzó en plena campaña con la habilitación de una zona de la Costanera Sur para que se haga un barrio de lujo, estilo Puerto Madero.

Werner Pertot
Larreta con Elsztain. Foto: Revista Apertura.


En el Día del Amigo, Horacio Rodríguez Larreta había mandado un proyecto a la Legislatura para rezonificar los terrenos de lo que alguna vez se iba a llamar la Ciudad Deportiva de La Boca y permitirle al Grupo IRSA construir un barrio con torres de lujo, algo que viene intentando hacer desde hace décadas. Esta semana Larreta consiguió pasarle por encima a fallos judiciales, esquivar informes de impacto ambiental en zonas de humedales y aprobar en primera lectura el proyecto.  Lo hizo en el medio de un escándalo por el número de votos que reunió y el que –sostienen de la oposición- tendrían que haber reunido. Ahora habrá una audiencia pública (al igual que hubo con Costa Salguero) y luego podrán cerrar el negocio para que haya un Puerto Madero 2, con torres de 145 metros.

La Ley IRSA -vamos a empezar a decirle por su nombre- fue aprobada con 37 votos a favor y 20 en contra. A favor estuvieron por supuesto los votos de Vamos Juntos (de Larreta y Graciela Ocaña), la UCR - Evolución y el Partido Socialista, mientras que el Frente de Todos (FdT), el Frente de Izquierda y Autodeterminación y Libertad votaron en contra. Hubo ausencias llamativas, como la de un legislador de Margarita Stolbizer, ahora aliada a Juntos por el Cambio.

La construcción de este barrio VIP es un viejo anhelo del Grupo IRSA, que compró los terrenos por 50 millones de dólares y se llevará más de mil de millones por el negocio. Detalle: eran terrenos del Estado que habían sido donados al Club Boca Juniors para que se hiciera una Ciudad Deportiva y terminan siendo para un negocio de un privado. Para eso tuvo que intervenir en su momento el menemismo, que permitió la venta de los terrenos, y el macrismo-larretismo que fomentaron los cambios en la zonificación para que el negocio sea redondo.

El barrio que se proyecta es un verdadero Puerto Madero 2, con torres de lujo de hasta 145 metros, hoteles también VIP, oficinas, etcétera. Para este megaemprendimiento no se hizo un informe de impacto ambiental pese a que se encuentra frente a la Reserva Ecológica y en una zona de humedales protegida internacionalmente. Tampoco se evaluó qué impacto tendrá sobre la villa Rodrigo Bueno. Son dos temas que no parecen preocupar a Larreta.

Esta liviandad con la que se trató el proyecto llevó a que fuera frenado por el Poder Judicial, justamente porque no estaba el estudio de impacto ambiental. Fue a través de una precautelar del juez Guillermo Scheibler, cuyo fallo no acataron en el PRO e intentaron votar la ley igual, pero no le dieron los números en esa oportunidad. Pero Larreta siempre tiene disponible otro juez. En este caso, el juez Luis Ammirato consideró que el estudio de impacto ambiental y la audiencia se pueden realizar luego de la primera votación, en el marco del proceso de doble lectura.

Este proceso, no obstante, tampoco está exento de polémicas. Tanto la oposición porteña como las ONG que se oponen a ese negocio inmobiliario advirtieron que tuvo un “tratamiento exprés” con tan solo dos plenarios de comisiones previos (e insisto: sin estudio de impacto ambiental, ¿qué información tenían los legisladores sobre lo que estaban votando? ¿Sobre la base de qué se está dando la discusión?) y en un mes de trámite legislativo (sin las intervenciones judiciales, se hubiera votado en dos semanas). También advirtieron que debía haberse votado con mayoría de dos tercios (40 votos) y se aprobó con 37. Esto es porque se trata de un espacio público. Larreta dijo que no, que era privado (pese a que fue del Estado) y por eso se puede aprobar con menos votos. Intentó lo mismo con el Costa Salguero, pero le salió mal: un fallo le declaró inconstitucional  esa ley de venta de los terrenos.

En la Costanera Sur, por ahora, Larreta tiene más suerte. La Ley IRSA ahora deberá pasar por una audiencia pública en plena campaña (la de Costanera Norte tuvo un récord de más de siete mil personas anotadas y duró meses), y luego podrán darle la última votación para cerrar el negocio. Ya con esta primera votación, las acciones de IRSA treparon un 3,3 por ciento.  Un verdadero regalo del Día del Amigo.

Mientras tanto, al resto de la sociedad nos quedan algunas preguntas: ¿cómo se está pensando la Ciudad? ¿Es realmente un barrio de lujo lo que necesita en este momento? ¿Cómo se va a revertir la dinámica de privatización permanente de terrenos públicos y el extractivismo urbano si seguimos por este camino? Todos interrogantes que vale la pena hacerse.

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