Cerraron alrededor de 500 salones de fiestas en CABA desde el inicio de la pandemia

Uno de los sectores más golpeados económicamente por el impacto de la pandemia es sin dudas el de los salones de fiestas. Cerrados durante gran parte del último año y medio y luego limitados en sus opciones de apertura, muchos tuvieron que bajar la persiana.

Un 65% de los salones de ciudad de Buenos Aires y de la Provincia debieron cerrar desde que irrumpió el coronavirus en el país, según el relevamiento de la Asociación de Salones de Eventos de Buenos Aires (ASEBA). Según consignó el diario La Nación, la cifra representa unos 500 salones en la ciudad de Buenos Aires (y 700 en la Provincia). Esto incluye a salones infantiles, multiespacios y salones de fiesta tradicionales.

En la actualidad pueden funcionar con la habilitación del rubro gastronómico y con un aforo del 70%. El último DNU, publicado el 6 de agosto, establece que siguen suspendidas en todo el país las actividades en discotecas, salones de fiestas, bailes, o actividades similares.

“Como mínimo uno o dos salones por mes fueron cayendo en CABA durante este año y medio, por lo menos unos 30 a 40 salones bajaron sus persianas, de los medianos a grandes, sin contar los salones infantiles”, dijo a La Nación Rodrigo Zabalegui, socio gerente del salón Gran Córdoba, en Villa Crespo, y miembro de CEECBA (Cámara de Espacios para Eventos de la ciudad de Buenos Aires), una subcámara que funciona dentro de la AHRCC (Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés). Y señaló que “el hecho de que continúe la prohibición del baile hace que la actividad todavía no arranque, estamos paralizados. A nivel Gobierno porteño nos dijeron que posiblemente a partir de septiembre ya habilitarían el baile en salones de fiestas, con algún tipo de aforo seguramente”.

Luciano Fiora, presidente interino de la Asociación de Organizadores de Fiestas, Reuniones y Eventos Empresariales y sus Proveedores de la República Argentina (AOFREP) consideró que los salones de Capital Federal se vieron más perjudicados que los de provincia o el interior porque ahí tienen posibilidad de espacios más abiertos y al aire libre, algo que no sucede en CABA.