PALERMO

Dos de los acusados por la violación grupal en Palermo se declararon inocentes

En una ampliación de su declaración indagatoria, dos de los seis acusados aseguraron que tuvieron un mínimo contacto con la víctima. No transcendieron los nombres de los declarantes.

Dos de los seis acusados por la violación grupal a una joven de 20 años en Palermo ampliaron su declaración indagatoria. Se trata de Franco Lykan e Ignacio Retondo que se calificaron como inocentes. También aseguraron que tuvieron un mínimo contacto con la víctima, informaron hoy fuentes judiciales.
 
La ampliación de la declaración fue ayer, luego de que el juez en lo Criminal y Correccional 21, Marcos Fernández, y el titular de la Fiscalía 48, Eduardo Rosende, les ampliaran la imputación con nuevas pruebas.
 
Según consignó Infobae, en su declaración Retondo contó su versión de los hechos y qué ocurrió esa madrugada. La transcipción a la cual accedió el medio indicó: que “se encontraron el día anterior al hecho todos ellos tipo seis de la tarde, en la casa de un amigo que vive en villa Adelina, adonde suelen ir, donde pintó quedarse a comer unos choripanes, hasta la noche. Después decidieron ir con Lykan y Lautaro a la a casa de Lykan, ahí se cambió Lykan y luego fueron a su casa, aproximadamente a las 3 de la mañana. El dicente se cambio, le pidió quinientos pesos a su padre, él accedió y arrancaron para San Telmo, a Lo de Luca Prodan”, por la casa donde vivía el fallecido cantante de Sumo, convertida en centro cultural.
 
De allí fueron a Plaza Serrano, para beber vino, hacer una vaquita para comprar marihuana. Le convidaron cocaína. Tocaron la guitarra en la calle, pidieron monedas y se dirigieron a la discoteca donde conocieron a la víctima.
 
Retondo indicó cómo conoció en la madrugada del hecho a la víctima y a los otros tres detenidos: Ángel Rámos, Alexis Cuzzoni y Thomas Domínguez. Lo que declaró difiere con respectó a lo que contó la joven de 20 años: “Estando en Plaza Serrano, el dicente quiso ir a un baño químico que está ahí. Fue y estaba ocupado. Se queda ahí esperando un rato, vuelve a tocar la puerta y nadie le contestaba. Hasta que abre la puerta y se encuentra con una chica semi desnuda sentada, apoyada sobre la puerta del baño. Automáticamente el dicente cierra la puerta y cruza y va a buscar a dos chicas que estaban en la plaza para que le den auxilio porque el dicente no la quiso tocar. Estas chicas la sacan, la llevan a la plaza con ellas y esta chica no paraba de vomitar, se sentía muy mal”. La chica a la que se refiere Retondo, sería la víctima de la posterior violación.
 
El relató de Retondo continúa explicando que ante el estado de la joven descompuesta llamaron al la policía y al SAME y que se la llevaron en ambulancia. Luego, narra que siguió vagando por la zona con sus dos amigos (Lykan y Ciongo) hasta que vuelve a aparecer la chica descompuesta con los otros tres que luego fueron detenidos.
 
“Estuvieron ahí un rato tocando y tomando cerveza, hasta que aparecen estos tres pibes con la piba. El dicente no los conocía, a ninguno, tampoco Likan y Ciongo. La chica se acerca le dice que le había gustado mucho una canción que estaba tocando, y nada, le habla sobre la canción y esa fue la única conversación que tuvo con la chica. Ella le preguntó si le parecía linda y le dijo que sí, porque no le iba a decir que le parecía fea, y nada más, eso fue lo único. Estuvieron ahí un rato más, y arrancaron a caminar en la dirección que habían venido, todos”.
 
Infobae cnosignó que Retondo relató, siempre en su versión de los hechos, qué ocurrió en el Volkswagen Gol, con los vecinos que comenzaban a confrontarlos.
 
“El dicente ve pasar a una mujer de vestido rojo con dos criaturas, y decide ver qué pasaba en el auto y ve a Ciongo con la chica besándose, ella le tocaba la cara, él la pierna y ahí les dijo el dicente que la corten, que había un montón de gente, que se fueran y ahí se vuelve a sentar adonde estaba, a esperar, le pregunta al de rastas si tenía el porro y le dice que lo tenía un amigo que estaba a la vuelta. Ahí el dicente se para, se va a la vuelta, vuelve, le da una pitada y ahí ve que el de rastas se fue para adonde estaba el que supuestamente estaba filmando y el dicente va detrás de él”, afirmó.
 
“Con respecto al acto sexual que observó, el dicente la vio a ella subirse arriba de él, moverse, estaba apoyada en la parte de arriba de la guantera, lo que sería el torpedo del auto, ponía caras, se veía eso. El dicente le dijo a Ciongo que no daba entrar al auto, los otros decían ‘mira cómo se mueve’, hablaban que querían sumarse, y no sabe por qué Ciongo se subió, no sabe qué le dio”, continúo.
 
“A la chica la vio inclinarse hacia Ciongo, no sabe si hacia sus genitales o su boca, no lo vio, sólo la vio inclinarse. A preguntas sobre en qué condición la vio a la chica, dice que la primera vez que la vio, la vio bien, hablaba, no la vio tambalearse ni nada, fue el único contacto porque la segunda vez ya caminaba abrazada al chico con el que se subió al auto. Al principio iba caminando bien, charlaba, no la vio mal, como ser re pasada o algo así”, agregó.
 
El texto continúa: “El pibe le preguntó si estaba filmando, el tipo le dice que no, el pibe le dice si le muestra y el tipo le dice que no y se para con una piedra en la mano. Ahí empieza como un enfrentamiento en el que se vuelven hacia el auto, ahí le pegan, en el ojo, en la cara, le empieza a sangrar la nariz y empieza a correr hacia un restaurante, se mete ahí. Ahí le prestan un hielo, el dicente tenía sangre en su remera, se va al baño, se limpia, sale y ve todo el enfrentamiento desde el restaurante y ahí, al rato viene un policía, lo va a buscar y lo lleva para el auto, le pregunto si estaba con los del auto, le dijo que sí, le puso las esposas y todo lo que paso después”.
 
Básicamente, Retondo aseguró que el encuentro fue consentido y que “se considera totalmente inocente”.
 
La imputación contra los seis acusados, hasta ahora, es por “abuso sexual con acceso carnal, agravado por la participación de dos o más personas y lesiones leves, que concurren de manera real entre sí”, delito con una pena de entre 8 y 20 años de cárcel.


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