"La guerra interna del PRO por la Capital", por Werner Pertot

La Ciudad de Buenos Aires es, hace 16 años, el bastión del PRO. Perder ese distrito genera mucho nerviosismo dentro del partido amarillo, sobre todo por la posibilidad de que Martín Lousteau se quede con la candidatura de Juntos por el Cambio. Esto llevó a varios encontronazos la semana pasada entre dirigentes del PRO. Primero fue Patricia Bullrich, que acusó a Horacio Rodríguez Larreta de querer "entregar la Ciudad" a cambio de un apoyo para su proyecto presidencial. Luego se sumaron otras voces como las de María Eugenia Vidal o Néstor Grindetti, quienes remarcaron que el candidato tiene que ser del PRO. Por su parte, Jorge Macri advirtió que él no traicionó a nadie por sacarse una foto con Patricia Bullrich siendo ministro de Larreta. En el resto de Gabinete no opinan lo mismo y de ahora en más Larreta parece decidido a sumarle competencia a su ministro de Gobierno.

La discusión se desató luego de una foto de Larreta y de Diego Santilli, que pasaron a saludar por el encuentro radical del fin de semana pasado. Esto, sumado a las suspicacias que hubo por una foto de Larreta con Martín Lousteau y otra del senador con la ministra de Educación, Soledad Acuña, fue suficiente para prender el ventilador sobre una nueva interna. Se le puede sumar también que Lousteau habló de que las fórmulas serán cruzadas (es decir, él y una vice del PRO, ¿Acuña, por ejemplo?).

La que arrojó la primera piedra fue Patricia Bullrich, como no podía ser de otra manera. "El PRO tiene que conservar la Ciudad como su lugar, su semillero. Es una decisión de él (de Larreta) porque si por su candidatura presidencial quiere entregar una Ciudad, no creo que tenga que ser así".

La respuesta del larretismo llegó con los tapones de punta de la mano de uno de los armadores nacionales de Larreta, el diputado Álvaro González: “Bullrich hace populismo político y es una oportunista que no respeta el cargo que tiene en el PRO donde no la votó nadie y es presidenta a dedo".

En el entorno de Lousteau, interpretan que hay mucho nerviosismo en el sector de Bullrich por la cercanía que muestran el senador y el jefe de Gobierno. En tanto, desde el sector de Bullrich sostienen que todo está más en el terreno de la amenaza hacia Jorge Macri después de la foto con la presidenta del PRO, que molestó y mucho en el gabinete porteño. "Hasta lo amenazaron con meterle un montón de listas en la interna", dicen.

Jorge Macri está decidido a ser él candidato del PRO definitivo para suceder a Larreta. Pero está claro que no es la primera opción de Larreta. De hecho, el jefe de Gobierno puede que se distancie un poco de su ministro de Gobierno en los próximos meses y fomente a otras figuras como Soledad Acuña o Fernán Quirós. Incluso, en un reportaje, lo incluyó a Emmanuel Ferrario, vicepresidente primero de la Legislatura.

Es decir, la idea es hacerle sentir a Jorge Macri que no tiene ningún cielo ganado. De hecho, Larreta se propone no apoyar a ningún candidato a jefe de Gobierno de aquí al año que viene y mostrarse en buenos términos con todos. Sí, incluyendo a Lousteau.

Jorge Macri sintió el frío que le mandaron desde el resto del Gabinete y se defendió en otra entrevista por su foto con Bullrich: "No siento que haya ninguna traición. Somos parte, todos, de la misma fuerza. Patricia lo que dijo es que el PRO tiene que tener su propuesta. No entiendo cual podría ser la traición que Patricia o Mauricio elijan a alguien del equipo de Horacio como un buen candidato. Nunca Horacio me dijo que se sienta traicionado".

El primo de Mauricio ya consiguió que el ex presidente lo apoye y también que otros dirigentes se pronuncien a favor de que haya un candidato del PRO. Su estrategia parece ser dejar a Larreta sin alternativa que apoyarlo.

Todo esto, por supuesto, escaló cuando se conoció un video donde Bullrich le dice al jefe de Gabinete de Larreta que deje de criticarla en los medios: “La próxima vez te rompo la cara”, le tira. El affaire que vino después, con los larretistas acusándola de violenta y ella justificándose, no hizo más que ratificar el nerviosismo que hay en el PRO. No es solo la pelea presidencial. Es la posibilidad de perder su bastión. Y nada menos que a manos de la persona que estuvo por ganarle la segunda vuelta a Larreta en 2015.