COMUNA 14

Los plazos de la obra del Paseo Gigena vencieron y debería haberse inaugurado hace un año

El proyecto inmobiliario Paseo Gigena debería haberse inaugurado hace casi un año, de acuerdo al contrato firmado por la desarrolladora y el Gobierno de la Ciudad, sin embargo, la obra privada multimillonaria sigue sin poder inaugurarse debido a un error de cálculo: construyeron el edificio sobre caños maestros que proveen de agua potable a 500.000 porteños.


El proyecto inmobiliario Paseo Gigena, ubicado entre las avenidas Dorrego y Bullrich, en Palermo, debería haberse inaugurado hace casi un año, de acuerdo al contrato firmado por la desarrolladora y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, la obra privada multimillonaria, vinculada al ministro de Economía, Luis Caputo, y al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, sigue sin poder inaugurarse debido a un error de cálculo o negligencia: construyeron el edificio sobre caños maestros que proveen de agua potable a 500.000 vecinas y vecinos porteños.
 
El edificio de cinco plantas y tres módulos se levantó sobre un terreno de la Ciudad frente al Hipódromo de Palermo, está casi listo, pero la empresa pública de aguas Aysa, se negó a habilitar los servicios de agua y cloacas hasta que no se finalice la obra hídrica mayor, debido al riesgo que correrían el edificio y las personas por la ubicación de caños de alta presión debajo del paseo comercial. Nunca debería haber ocurrido, de acuerdo con Aysa, pero el edificio se construyó igualmente sobre los caños maestros, reveló elDiarioAR.
 
La compleja obra hídrica ya cuenta con un financiamiento de $3.019 millones provenientes de fondos públicos de la Ciudad. Se trata del corrimiento de los caños, que compromete además la provisión de agua potable a gran parte de la población porteña. El presupuesto inicial de la megaobra hídrica es 48 veces el canon mensual que la Ciudad va a cobrar por la concesión del espacio público, por lo que el emprendimiento terminó siendo un alto costo para las arcas del Estado porteño.
 
Los caños atraviesan en forma transversal un sector del predio donde se edificó el Paseo Gigena. Existen riesgos altos de continuar con la obra, si llegara a existir un eventual problema con las cañerías, el edificio podría sufrir daños importantes y, por consecuencia, también las personas. “No se puede construir sobre caños maestros un edificio donde habrá tránsito de gente”, afirmó una fuente consultada.
 
La responsable del proyecto es la desarrolladora BSD. También interviene la constructora Coinsa, dirigida por Martín Maccarone, también allegado al ministro Caputo. La empresa financiera que Caputo dirigía antes de ingresar a la función pública con Macri, Axis Inversiones, alquilaba oficinas en el edificio de Coinsa, en el barrio de Palermo.
 

Además, Caputo y Bausili participaron en la financiación de Paseo Gigena a través de su consultora Anker Latinoamérica. Los ahora funcionarios que se dedicaban al sector privado, formaron el fideicomiso y recaudaron al menos US$46 millones para la construcción de este edificio. Garantizaban a sus inversores recuperar su apuesta económica en unos siete años. El problema de infraestructura que impide la inauguración de la obra, que ya había sido advertido por Aysa en 2021. En el contrato, no hay mención alguna a que el edificio se construiría sobre los caños maestros de Aysa y que requeriría una megaobra de infraestructura para operar.
 
BSD ganó la licitación para construir su edificio sobre el viejo estacionamiento del Hipódromo en 2019. La obra se demoró por la pandemia, explicaron en la empresa. En junio de 2021, BSD firmó un contrato con la Ciudad en el que se comprometió a finalizar la obra en un plazo de 12 meses, con una prórroga de entre 3 y 7 meses más. Los plazos están vencidos desde marzo de 2023. BSD afirmó que la empresa sufrió “restricciones de insumo”, como sucedió en muchos otros desarrollos inmobiliarios y que eso determinó que “los tiempos se estiraron en todos los proyectos de construcción”.
 
La desarrolladora BSD respondió a elDiarioAR que “el pliego (de la licitación) mencionaba algo (sobre la presencia de los caños maestros) pero no se sabía con exactitud la traza ni el estado de los mismos. La obra tuvo que tener consideraciones especiales dada la presencia de los mismos”.
 
En la gestión de Rodríguez Larreta contradijeron a BSD. Sostuvieron que ni las autoridades ni la empresa se percataron de la ubicación de los caños maestros hasta que BSD comenzó a pedir los permisos para avanzar con la obra y surgió el problema. También sostuvieron que la Secretaría de Obras Públicas de la Ciudad y Aysa llegaron a un acuerdo para que el privado realice una obra para disminuir la posibilidad de algún problema en la infraestructura del edificio y de los caños maestros mientras se ejecuta la megaobra para el corrimiento de los mismos.
 
Además, hay un estudio pendiente para determinar si existe una alternativa al corrimiento. “Ya hay oficinas y locales alquiladas y hay empresas funcionando en Paseo Gigena”, explicó una fuente porteña.
 
La licitación establecía que la concesión sería por 15 años y una única prórroga de 5 años más. Sin embargo, el contrato entre la empresa y la Ciudad establece que el contrato tiene una vigencia de 20 años, de acuerdo a la cláusula quinta del contrato. Los 20 años recién corren a partir del Acta de Inicio de Usos y Explotación Comercial del espacio, dice el documento. Es decir, esta demora no cuenta sino que la concesión comienza cuando se inaugure el edificio.
 
“La licitación establecía que si la inversión superaba en un determinado porcentaje a la propuesta presentada, los 5 años de prorroga se incorporan al periodo de los 15 años de concesión”, respondió BSD. Es decir, la Ciudad cedió por cinco años más una concesión con sólo un “compromiso de inversión de un 25% superior a la inversión propuesta en la oferta”, según el pliego.
 
En la gestión saliente explicaron a elDiarioAR que “La Legislatura porteña autorizó una concesión por 15 años, más cinco de prórroga, pero antes de que se firme el contrato la empresa presentó una propuesta con una mayor de inversión y la Secretaría de Desarrollo Urbano determinó que el proyecto era válido y que respetaba el pliego. Por eso se le agregaron 5 años más al contrato”.
 


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