FERIA DEL LIBRO

Martín Kohan aseguró que en Argentina “nos encontramos teniendo que discutir lo más básico”

El escritor y ensayista participó de una charla en el stand de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y cuestionó los recortes en la cultura. “No hay modo más eficaz de vaciar la dimensión de cada una de nuestras subjetividades que aplastando las expresiones culturales”.


El docente, escritor y ensayista, Martín Kohan, participó de una charla en el stand de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en la Feria del Libro 2024. "Cómo pensar la identidad en tiempos de crisis" fue el tema que abordó, en un encuentro que se desarrolló en el stand de la institución (1605) ante decenas de personas y fue coordinada por el periodista Facundo Alé.

Bajo ese contexto, Kohan analizó el presente del país y se refirió a los ataques que recibió durante los últimos meses la cultura y referentes de la misma. Según expuso, Argentina, como sociedad, se encuentra “teniendo que discutir lo más básico”, ya que consideró que “el hecho de que en una sociedad es necesario desarrollar prácticas culturales se suele dar por sabido y ha dejado de ser obvio”.

"Así como no hay una sola identidad, no hay una única cultura. La premisa de que solamente con un desarrollo cultural, en una sociedad, cada uno de nosotros, a su modo y con sus propios recorridos de identidad, se constituye y se enriquece en la base de cualquier pensamiento, supone qué significa la cultura en una sociedad", enfatizó.

Otro de los tópicos que desarrolló el escritor fue la cultura democrática. En su exposición deslizó que "hay cierta ilusión de progreso, de que ciertas formulaciones sociales se discuten, se elaboran, se establecen y quedan”, no obstante, recalcó que “no se controla la dinámica histórica de una sociedad”.



“Si algo que parecía consolidado se resquebrajó, habrá que volver a dar las discusiones y abrir una zona de revisión y de autocrítica. Si eso no estaba tan consolidado como suponíamos, también tiene que haber errores propios", opinó.

Y continuó: "Lo que sí uno podría reclamar, y no es mucho pedir, es que, dado que estos debates sobre la democracia y sobre los valores democráticos tienen 40 años de desarrollo, ya que como sociedad lo hemos venido discutiendo y elaborando colectivamente a lo largo de cuatro décadas, sería deseable reabrir la discusión, pero no abrirla como si estuviéramos en el punto cero”.

Finalmente, hizo hincapié en la intervención de la virtualidad, más precisamente el funcionamiento de las redes sociales al comentar que, en ese ámbito, “hay una gran dificultad para que ciertas cuestiones se discutan y se elaboren”.

“Tecnológicamente, nada lo impide. Yo, un poco por obstinación, un poco porque soy del siglo XX, insisto en que no hay por qué darlas por perdidas como un espacio de discusión posible. Pero es tremendamente difícil dar una discusión en esos espacios porque predominan las prácticas de la violencia y del vituperio, de la agresión y de la denigración, que hacen imposible cualquier debate", evaluó.

En consecuencia, reconoció que “el debate puede ser álgido y subido de tono”, para nada “armónico, ni de consensos”. “No es que tenga una concepción pacifista de los intercambios; una discusión puede ser muy intensa, pero no es eso lo que tiende a pasar en las redes. No son discusiones intensas, son violencias que impiden la discusión. Cuando se intenta una discusión álgida, está comprobado empíricamente, ponés un argumento ahí y lo que obtenés la mayor parte de las veces es silencio. O sea, alguien entra, agrede, responde, y si la respuesta contiene un argumento no es excepcionalmente lo que vuelve, es una respuesta al argumento o un insulto más violento, o nada, porque no habían entrado para discutir", concluyó.

COMENTARIOS