CIUDAD

Dos espías rusos en la Ciudad de Buenos Aires: la historia de Artem Dulcev y Anna Dulceva

Tal como sucedió en la serie The Americans, una pareja de espías rusos vivió en la Ciudad por años. Hace días, volvieron a Rusia con sus hijos, que no sabían quiénes eran.

Hace unos días, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, recibió con honores a dos espías rusos que vivieron en la Ciudad de Buenos Aires, haciéndose pasar por expatriados argentinos. Estos agentes, que usaban los nombres de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, formaban parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB, sucesor de la KGB). Durante su estadía en la capital argentina, adoptaron la identidad de una familia común, similar a la trama de la serie estadounidense The Americans. Más tarde, se trasladaron a Liubliana, la capital de Eslovenia, donde también mantuvieron una fachada de vida normal hasta que fueron descubiertos y detenidos a finales de 2022.
 
Esta semana, fueron liberados como parte de un histórico intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos, el más importante desde la Guerra Fría, según informaron fuentes estadounidenses.
 
Según consignó El Destape, el intercambio incluyó a 24 personas, entre ellos los hijos de la pareja que había pasado varios años en Argentina antes de ser liberada por Eslovenia. Entre los prisioneros también había periodistas, opositores, agentes de servicios secretos, y, por primera vez, activistas y defensores de derechos humanos.
 
Los verdaderos nombres de Muños y Gisch son Artem Dulcev y Anna Dulceva, quienes admitieron ser agentes encubiertos de Rusia. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, explicó que Moscú decidió incluirlos en el intercambio debido a la amenaza de perder la patria potestad de sus hijos si permanecían en prisión.
 
Los hijos de la pareja, criados en Argentina, desconocían sus orígenes rusos hasta que fueron trasladados a Moscú. Peskov relató que los niños ni siquiera hablaban ruso y que el presidente Putin les saludó en español al recibirlos, diciendo "buenas noches" cuando bajaron del avión en el que fueron transportados, en medio de una ceremonia con flores y alfombra roja.
 
El recorrido de los espías en Buenos Aires y traslado a Eslovenia
 
En 2012, los espías se instalaron en la Ciudad de Buenos Aires, donde se casaron por segunda vez —la primera había sido en Rusia— y donde nacieron sus dos hijos. Hasta 2017, vivieron en el barrio de Belgrano, llevando una vida aparentemente normal: pagaban sus impuestos y enviaban a sus hijos a la escuela, integrándose en la sociedad como cualquier otra familia.
 
Ambos obtuvieron la ciudadanía argentina después de vivir en Buenos Aires, y porque sus hijos nacieron en el Hospital Italiano, el 14 de junio de 2013 y el 5 de agosto de 2015, respectivamente. Sus pasaportes argentinos eran auténticos y no presentaban irregularidades.
 
En 2017, se mudaron a Eslovenia, donde continuaron su vida bajo la identidad de expatriados argentinos. Allí, sus hijos asistieron a la British International School, mientras Ludwig dirigía una empresa de informática y María Rosa manejaba un negocio de galerías de arte en línea. Sin embargo, tras investigaciones, se descubrió que ambas empresas eran solo una fachada.
 
En diciembre de 2022, fueron detenidos por las autoridades eslovenas y condenados a 19 meses de prisión en Liubliana, tras declararse culpables de espionaje. Al cumplir su condena, fueron liberados y este viernes recibieron una recepción con honores por parte de Putin en Rusia.


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