CULTURA

Fernando Martín Peña renunció a la ENERC

Después de 25 años, el investigador y conductor de "Filmoteca, temas de cine" anunció su salida del organismo que depende del INCAA. Dijo que la conducción "está perpetrando un desastre".


El crítico e investigador de cine Fernando Martín Peña, creador del ciclo televisivo "Filmoteca, temas de cine", renunció a su trabajo como docente en la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), en medio de sus críticas a la gestión cultural del Gobierno de Javier Milei y la dirección que ha tomado el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales).
 
La decisión del creador de la Filmoteca Buenos Aires, dedicada a la preservación y difusión del cine, se conoció luego de que apuntara contra la quita de los subsidios a lo que la administración libertaria llamó "películas sin espectadores", que fue anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, informa Perfil. 
 
"Eso no es nada. Durante el año 2024 el Estado está financiando un (Luis) Caputo, una (Patricia) Bullrich, un (Federico) Sturzenegger, otros cuadros de segunda línea que fracasaron espectacularmente una e incluso dos veces en la función pública", escribió en un posteo en la red social X, refiriéndose a los ministros de Economía, de Seguridad y de Desregulación y Transformación, que formaron parte de otros gobiernos. "Ustedes siempre nos salen mucho más caros", agregó.
 
Días después de aquel mensaje, optó por dar un paso a costado en su labor como docente en la escuela cinematográfica, luego de 25 años, mediante una publicación en su cuenta de Instagram. "Venía postergando esta decisión desde la horrible gestión anterior, que allanó el camino para el desastre que está perpetrando la actual", comenzó diciendo.
 
"Pasé muchos años gratos allí, no sólo en el aula sino colaborando con mis copias con INCAA TV, realizando tareas diversas para el Festival de Mar Del Plata (incluyendo su dirección), restaurando más de medio centenar de películas argentinas, organizando ciclos de cine que abrieron la ENERC a la comunidad", siguió.
 
En ese sentido, destacó: "Buena parte de esas actividades las hice cobrando poco o directamente sin sueldo, porque creo que algo hay que devolverle al Estado que nos formó", dijo sobre el organismo que actualmente conduce el economista Carlos Pirovano.
 
"Desde hace algunos años, sin embargo, el INCAA comenzó a retroceder en sus políticas de preservación y difusión, lo que hace innecesaria y frustrante mi presencia allí", comentó quien es una figura clave en estos aspectos del cine nacional. Y agregó: "Soy un vestigio de un pasado seguramente imperfecto pero más feliz, que ahora sobra".
 
"Entre las estupideces que cacarea esta gestión para justificar su planificada destrucción del cine argentino, la obsecuencia permisiva de UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) y la lógica que premia la ignorancia y castiga el conocimiento, no veo nada promisorio y ningún sitio para lo que yo puedo o sé hacer", manifestó Peña.
 

Por otro lado, mencionó que otro de los motivos de su alejamiento se da por sus "dudas en la capacidad" de enseñar: "Creo que la brecha generacional se ha vuelto insalvable y un par de situaciones vividas últimamente apuraron mi decisión porque, a diferencia de los otros factores, este sí tiene que ver conmigo y con una creciente dificultad para hacerme entender".
 
"De esto no puedo culpar a nadie. Seguiré enseñando en otros espacios, donde mis limitaciones no son aún tan evidentes", sostuvo. "Un gran abrazo a quienes compartieron estos años conmigo, a las y los alumnxs que disfrutaron y me hicieron disfrutar el tiempo allí, a mi querido cómplice Luis Ormaechea y a los y las colegas docentes y no docentes que hicieron felizmente suya la escuela todos estos años", concluyó en su posteo.
 
El viernes último, el Ministerio de Desregulación y Transformación que conduce Sturzenegger anunció que el Gobierno "no subsidiará más películas sin espectadores" y presentó por decreto una serie de modificaciones sobre el funcionamiento del INCAA. Entre ellas, se determinó que las producciones que aspiren a un subsidio deberán conseguir financiamiento propio por, al menos, el 50%, y se fijó un tope máximo de cada producción.


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