- Opinion
- 14.10.2024
OPINIÓN
"Jorge Macri lanzó su reforma educativa", por Werner Pertot
Luego de anunciar cambios en secundaria, modificó la forma de enseñanza en las primarias a partir del año que viene.
De hecho, si se historizan las reformas educativas que lanzó de un tiempo a esta parte la gestión PRO, todas ellas fueron decididas “desde arriba” primero por Soledad Acuña, ahora por Mercedes Miguel, pero en ningún caso tuvieron un correlato participativo que escuchara lo que docentes, estudiantes y familias podían tener para decir.
En 2012, todavía con Mauricio Macri como jefe de Gobierno, vino la Nueva Escuela Secundaria (detrás de la cual estuvo la actual ministra de Educación). La reforma llevó a una toma de secundarios extensa y que tal vez se podría haber evitado de haber escuchado. Cinco años después, vino la Secundaria del Futuro con Horacio Rodríguez Larreta. Otra vez tomas por parte de los chicos y chicas que se resistían a las pasantías obligatorias como parte de la currícula en empresas que ni les iban a pagar. Ahora, con Jorge Macri, se anunciaron reformas en la secundaria y en la primaria. Otra vez, no hubo instancias participativas. Es como si creyeran que escuchar los problemas concretos en la enseñanza que ve un docente en el día a día, de alguna forma, sería malo para la toma de decisiones.
Sobre las reformas que anunciaron, me voy a limitar a enunciarlas y el año que viene mediremos en todo caso si efectividad. Las de secundaria son una prueba piloto para que los estudiantes dejen de pasar “por año” y pasen a aprobar por materias, de forma parecida a como ocurre en las universidades. La reforma es parecida a la que anunció Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Un ejercicio divertido –que les dejo para hacer en sus casas- es como trataron los medios macristas uno y otro anuncio. El resultado es cantado: lo que era malo con Kicillof pasó a ser bueno con Jorge Macri.
La realidad es que el mundo es menos blanco y negro y más el mundo educativo, donde no hay soluciones fáciles para problemas complejos como el abandono escolar, la falta de lectocomprensión, etc.
En la primaria, la cosa se pone más compleja. El Gobierno porteño decidió dejar atrás los enfoques de Piaget de la psicogénesis que plantean que hay que acompañar a cada estudiante en sus tiempos de aprendizaje y por eso en los primeros años no se corrigen errores ortográficos o gramaticales. Ese esquema será dejado de lado para volver a uno anterior, más “estructurado”, donde los tiempos ya no serán los de el o la estudiante sino los de la institución. Ese enfoque lo llaman "conciencia fonológica". Se trata de un modelo lingüístico de enseñanza "estructurado, sistemático y explícito" donde "se corrige errores sin miedo" y "se enseña de manera explícita cada componente del lenguaje".
En esta línea se vuelve a la idea de "decodificación" y "reconocimiento visual" de las palabras, es decir la asociación entre grafema y fonema: "la enseñanza de los sonidos y las letras que representan". Adiós al constructivismo y sus estudios sobre la psiquis infantil.
Nuevamente, veremos cómo esto impacta realmente en el aprendizaje que no solo quiere decir mejorar en las pruebas estandarizadas que tanto gustan al Gobierno porteño sino ver avances concretos y reales en el aula.
En relación a las matemáticas, el anuncio fue más difuso. Solo se dijo que buscarán que los ejemplos sean más de la vida cotidiana. El único problema que le veo a esto: los ejemplos actuales ya son de la vida cotidiana. Hay que pisar un aula más seguido, antes de diseñar una reforma. ¿No les parece?
Habrá además un incremento de las horas de Lengua y Matemática en los primeros años para reforzar los problemas que está habiendo en esas áreas.
También la reforma plantea cambiar las dinámicas de organización dentro del aula. Es que el nuevo diseño prevé instaurar una "flexibilización de los grupos para potenciar los aprendizajes", centrada en tres ejes: heterogeneidad en los agrupamientos, electividad de los participantes y cantidad de participantes. El primero establece que los y las alumnas podrán reagruparse dentro de su grado, como sucede hasta ahora, o "entre diferentes grados, promoviendo la rotación". El segundo supone que esos agrupamientos "pueden formarse por designación de los docentes según criterios pedagógicos o por elección de los estudiantes basándose en sus intereses", lo que implica que los grupos "pueden ser más pequeños o más grandes, dependiendo del objetivo pedagógico". Otra vez leo acá cosas que ya ocurren en las escuelas y que se presentan como nuevas.
De nuevo, se trata de cambios que serán medidos en lo concreto y por la efectividad que realmente tengan.
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