ENTREVISTA

Willy Crook, testigo del rock

"Arriba del escenario no hay empate, así que tratá de estar lo más positivo posible y cantar como un jabalí herido".

Por Nayla Díaz
Willy Crook nació en Villa Gesell y su vasta carrera musical lo llevó a ganarse el título de “embajador del buen gusto”. Participó en bandas de la talla de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Riff y los Abuelos de la Nada. Como solista editó cuatro discos de estudio y en la actualidad es considerado uno de los referentes del funk en Argentina.

En una entrevista concedida a Nueva Ciudad, el guitarrista, cantante y saxofonista habló de su paso por los Redondos, Omar Chabán y su nuevo disco, del cual adelantará algunas canciones este sábado en Makena. Dueño de un perfil bajo, asegura que llegó a la conclusión de que era “más o menos bueno” gracias a que el periodista Bobby Flores pasaba sus canciones en su programa.

¿A partir de ese reconocimiento te diste cuenta de tu potencial?
Un poco. Cuando empecé a hacer música como solista y saqué mi primer disco fue toda una sorpresa para mi. De repente me di cuenta de lo que estaba pasando y me dije: Acabo de  pasar la frontera invisible de marinero de transatlántico a capitán de un botecito. Estoy muy contento de haberlo hecho, a lo largo de estos años he desfilado por los escenarios con los Funky Torinos, todos músicos de mucho peso.

¿Qué están preparando para el show del sábado en Makena?
Estamos ensayando canciones con aires de soul de los 80’ además del repertorio de siempre, pero con una sorpresa. Digamos que el leit motiv para esta ocasión es que estoy presentando material de un nuevo disco que está en ciernes. A pesar de que tuvo muchos tropezones el proceso, el material ya me arde en las manos.

Pasó mucho tiempo desde el último disco, ¿Qué te impulsó a volver a grabar?
Creo que este disco nace como un reconocimiento al público que me acompañó siempre. Al principio, cuando comencé a idearlo, se me presentaron muchas dificultades al punto que llegué a pensar: quizás ya no tengo nada más para decir. Y cuando es así lo más recomendable es que si no tenés nada que decir, no hables. Con el tiempo, sin embargo, me di cuenta que solo era cuestión de arrancar.

Y en este tiempo, ¿Qué te sirvió de inspiración?
Es muy caprichosa la suerte de los caminos de este mamífero llamado el rock. Tenés que esperar lo mejor pero estar preparado para lo peor. Lo que te pasa tiene que ver con lo que hacés. En mi caso, yo no cambie un fracaso medio por cien grandes éxitos.

¿Te fuiste reinventando a lo largo del tiempo?
Reformular las cosas es parte de la prerrogativa del artista, siempre y cuando no termines en amaneramientos de estilo, como decía Oscar Wilde. Lo que yo hago es simplemente música que me gustaría oír. Por eso voy combinando los elementos de acuerdo a lo que quiero escuchar. Mi personalidad se evapora cuando me pongo a trabajar; quiero oír buena música.

Tu carrera es inmensa, ¿Sentís que el público te hace ese reconocimiento?
No tanto, y quizás porque se trata de gente que no vio a Patricio Rey en vivo y yo me fui antes de tiempo. Tenía que descubrir mis cosas, desde aquellos comienzos mi promiscuidad de estilo ya estaba en pie.

Omar Chabán murió con el peso de ser considerado casi el único responsable por la tragedia de Cromañón, ¿Vos qué pensás?
Cromañón era una verdad silenciosa a gritos. Fue una tragedia, no algo premeditado, no me parece justo que él haya quedado como único responsable. Las bandas y el rock le debemos mucho a Chabán. En el año 81, en tiempos donde el rock estaba perdidísimo y había muchos prejuicios, Chabán supo mantener el Einstein, un lugar cuya grilla normal eran Soda Stereo, Virus, Sumo, Patricio Rey. Todos grupos que dejaron huella y que más que leyenda son historia.

¿Y cómo ves la escena hoy?
Faltan lugares para tocar, las bandas tienen que pagar. La situación no es fácil, tampoco para mi que soy un exponente del rock clase media. Todas las salas tienen capacidades para 400 personas, debería haber más salas, más chicas.

Más allá de las dificultades, ¿Qué sucede cuando subís a tocar al escenario?
Me entretengo con mis juguetes y dejo lugar a mis músicos para hacer sus cosas. En general siempre hay  buena onda, y si no resolviste los conflictos antes, arriba del escenario no hay empate, así que tratá de estar lo más positivo posible y cantar como un jabalí herido.

¿Qué va a ver el público el sábado?
Va a ver a los Funky Torinos en una cuerda floja sin riel porque sus integrantes van y vienen. Pero por lo pronto, este sábado estarán Aimé Cantilo en guitarra y voz, Rocío Ditegui en los coros, Nacho Porqueres en bajo, Juanito Moro -hijo de Oscar- en batería y el maestro Ángel Sucheras en piano.

¿Y Crook tocará el saxo o la viola?
Toco la viola y canto. Me acostumbré así para componer, y me sirve para dirigir a los músicos. Además, la guitarra está más metida en el asunto, el saxo no va en todos los temas y tampoco me vuelve tan loco.

¿Será por eso entonces que te fuiste de Los Redondos?
Justo el otro día charlando con Skay (Beillinson) le decía que en gran parte creo que me fui de la banda porque había saxo en todos los temas, y no era que me molestaba tocar, me molestaba oirlo. El paladar manda.

Tenés buena relación con Skay, ¿Con el Indio qué tal?
Skay y Poli son mis hermanos mayores y bueno, el Indio también, pero un Indio que no es este, que no reconozco mucho. Espero que sea feliz haciendo lo que hace pero yo no lo reconozco.

*Willy Crook & Funky Torinos, Sábado 13 en Makena, Fitz Roy 1519. A las 21.

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