VOTO ÚTIL

Macristas antes que moralistas

¿Por qué ciudadanos habituados a defender absolutos morales apoyan hoy a un candidato procesado y sospechado de corrupción como Macri?

Sebastián Fernández
“Lo que ocurre es que actualmente lo político se expresa en un registro moral. En otras palabras, aún consiste en una discriminación nosotros/ellos, pero el nosotros/ellos en lugar de ser definido por categorías políticas, se establece en términos morales. En lugar de una lucha entre 'izquierda y derecha' nos enfrentemos a una lucha entre 'el bien y el mal'”
 
Chantal Mouffe / En torno a lo político

En una columna asombrosa aún para los generosos estándares de La Nación, el periodista Héctor M. Guyot se pregunta si "el sueño democrático del 83 fue herido de muerte por la versión autoritaria, facciosa y gangsteril que impuso el kirchnerismo."

El notable análisis político rico en adjetivos concluye llamando a votar por Macri pese a la simpatía que el autor manifiesta hacia los "verdaderos progresistas" como Margarita Stolbizer.

Hace seis meses, el cineasta Juan José Campanella anunció su intención de colaborar con la campaña presidencial de Margarita Stolbizer. La semana pasada explicó que en realidad las únicas opciones en estas elecciones son el oficialismo o la coalición opositora CAMBIEMOS, explicitando así su voto a Mauricio Macri.

En una reciente columna, Marcos Novaro, sociólogo y ex asesor de Margarita Stolbizer, también llamó a votar por Macri. Entre las razones invocadas se destaca el valor que el líder del PRO le asignaría a los DDHH, ya que “los entiende como cemento de la convivencia, a diferencia del ideologismo faccioso que los convirtió en arma de quienes se consideran moralmente superiores al resto del universo y se victimizan constantemente para legitimar atropellos contra los derechos ajenos.”

Durante casi toda su carrera política, la Mentalista Carrió explicó sus explosivos cambios tácticos por decisiones morales. Tal o cual alianza no podía continuar por un dilema ético irresoluble o, al contrario, el acercamiento a tal candidato era necesario para frenar algún apocalipsis inminente aunque siempre esquivo. Hasta no hace mucho solía aclarar con ahínco que su límite era Macri. A fines del año pasado, dejó de lado sus reticencias morales e impulsó la alianza con el Jefe de Gobierno porteño con un contundente argumento electoralista: “Si vamos separados del PRO en primera vuelta, gana el PJ”.

Optando por hacer política electoral, han elegido ser macristas antes que moralistas. Esta decadencia de la Heidipolitik es una gran noticia que deberíamos saludar todos, no sólo los macristas.


Tanto el periodista atormentado por el autoritarismo gangsteril, como el cineasta indignado, el sociólogo reticente al ideologismo faccioso y la Mentalista Carrió compartieron durante años un diagnóstico similar sobre el kirchnerismo, centrado en la pérdida de valores morales, las intenciones inconfesables y las denuncias éticas. Fueron, en ese sentido, entusiastas de la Heidipolitik.

¿Por qué ciudadanos habituados a defender absolutos morales apoyan hoy a un candidato procesado y sospechado de corrupción como Macri? Probablemente el temor a una victoria oficialista los haya incitado a cambiar el voto a Stolbizer por uno más eficaz desde el punto de vista electoral. Eligieron de esa manera un mal menor para terminar con uno mayor, dejando de lado el enfrentamiento entre “el bien y el mal” que señala Chantal Mouffe.

Eso no significa que Stolbizer no represente una opción “política” sino que apoyarla equivale a una decisión más centrada en una cierta soberbia moral que en la búsqueda real de poder.

Optando por hacer política electoral, han elegido ser macristas antes que moralistas. Esta decadencia de la Heidipolitik es una gran noticia que deberíamos saludar todos, no sólo los macristas.

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