HUMOR SOCIAL Y BALOTAJE

Significantes vacíos

En esta semanas hemos visto aparecer (de manera bastante espontánea) una “cadena equivalencial” basada en el temor al retorno de políticas neoliberales. El “no a Macri” fue eficaz para despertar energía participativa; habrá que ver si le alcanza al FPV.

María Esperanza Casullo
En un post reciente, Diego Reynoso disecciona con brillantez lo que llama la estrategia “gentista” (por no decir simplemente populista) de Cambiemos. Dice entonces:

"De este modo "cambiemos", necesitamos un "cambio", funciona como un significante vacío y flotante para "LA GENTE". "La gente quiere un cambio". De hecho, no lo inventaron en Argentina ni en esta elección. La misma idea la tuvo la Alianza para el Cambio de 2000, que llevó a la presidencia a Vicente Fox en México. El cambio, la necesidad de un cambio, cambiemos, permite que cada uno llene con su propia expectativa lo que quiere que signifique el "cambio". Algunos, quieren cambiar políticas concretas, otros los modales, otros al partido de gobierno, otros liberar el cepo cambiario, otros las importaciones, otros las exportaciones, otros las retenciones, otros ganancias, otros el gasto del estado, otros la república y así sucesivamente. No se hasta donde Mauricio (y no Macri) puede despertar identificación afectiva, pero lo cierto es que "Mariú" en cierta medida pudo. Por esa razón, paradójicamente, hay una "razón populista" o, en este caso, "gentista" imposible de evitar. Quizás "cambiemos" tenga fuertes dosis de republicanismo pero, es claro, que con eso no movilizan. Como dijo un economista conocido, que le dijo Duran Barba (palabras mas, palabras menos): "No propongas nada, no expliques nada. A la gente no le importa lo que propongas. Y no des explicaciones, no queremos en campaña dar esas explicaciones". Por eso, y aunque todo pueda pasar, uno podría decir el 22 de noviembre: El populismo ha muerto, viva la razón populista. O el populismo ha muerto, viva el gentismo (que para el caso es lo mismo)." 

El diagnóstico es clínicamente acertado. La unidad semántica “Cambiemos” remite a muchas cosas al mismo tiempo o a ninguna; queda a cargo de quien escucha este nombre determinar qué cosas cambiarán (la que no le gusta) y qué cosas sí. Un jubilad@ puede pensar que desaparecerán los “patios militantes”, que le molestan, pero continuará la gestión actual PAMI “que funciona tan bien”. Otro podrá pensar que se liberará la venta de dólares pero se ampliará el PROCREAR “que es un programa buenísimo”. (He escuchado ambos argumentos, o variaciones similares, en los últimos días.)

Cambiemos llevó adelante una estrategia "gentista", por no decir simplemente populista.


Cambiemos sabe esto sin duda. De hecho, una cosa notable en esta campaña es que el candidato de Cambiemos y su equipo están diciendo, y prometiendo, lo menos posible. Mauricio Macri se tomó vacaciones desde el día 25 de octubre, se niega a decir quien será su ministro de economía, no ha anunciado públicamente un gabinete salvo por la cartera de Educación, y sus pronunciamientos sobre sus posibles políticas públicas son amplios y hasta contradictorios: se dice que se buscará sacar el cepo pero no se dice cuándo ni cómo, se arreglará con los buitres pero no se sabe por cuánto, y así. Cuando un miembro del “equipo” de Macri se olvida de las indicaciones y realiza una afirmación demasiado categórica es rápidamente desmentido por el resto--como Carlos Melconian, de quien dijeron que “no era un vocero de Mauricio”. Sin duda, esta es la estrategia adecuada ya que el “vaciamiento” del significante “cambio” le dio buen resultado.

El Frente para la Victoria, por su parte, tuvo un problema especular a esta fortaleza de Cambiemos: gobierna hace doce años en los cuales protagonizó transformaciones, éxitos, derrotas y enfrentamientos. Está lleno de cosas: YPF, el Matrimonio Igualitario, el conflicto con el campo, los patios militantes de Cristina Fernández, las inundaciones, los trenes. tiene a Cristina Fernández de Kirchner, una presidenta que gusta de la sobreexposición. El significante “Frente para la Victoria” no está lo suficientemente vacío. Prácticamente todos los votantes tienen una opinión sobre el ciclo kirchnerista: algunos lo aprecian, y otros lo detestan. Esto dificulta ampliamente la construcción de una estrategia “gentista” para Daniel Scioli.

En esta semanas, hemos visto aparecer (de manera, agregamos, bastante espontánea) una “cadena equivalencial” basada en el temor al retorno de políticas neoliberales. El “no a Macri” fue eficaz para despertar energía participativa; habrá que ver si le alcanza al FPV.

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