CIUDAD

La sonrisa de Larreta

Horacio Rodríguez Larreta asumió frente a la Ciudad en un escenario inédito para el PRO. No sólo le esperan años de gobierno en sintonía con la Nación, sino la posibilidad de suceder a Mauricio Macri en la presidencia. Dos mujeres podrían cruzarse en su camino.

Werner Pertot
Distendido, bromista, con otro aire. Así se lo vio a Horacio Rodríguez Larreta. Razones no le faltan para festejar. Asumió como jefe de Gobierno la semana pasada en un contexto que no podría ser más propicio: tendrá un gobierno nacional y otro bonaerense del mismo signo político. Conseguirá el traspaso de la Policía Federal y de otras áreas que implicarán mayores ingresos a las arcas porteñas que saldrán de los fondos nacionales. Pero hay algo más en la sonrisa de Larreta: el nuevo jefe de Gobierno no lo dirá ni ahora ni por mucho tiempo, pero así como fue sucesor de Macri en la Ciudad se imagina idéntico escenario en 2019 o en 2023.  En distinta forma, dos mujeres podrían interponerse a su sueño de ser presidente: Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal.

Antes de soñar, por supuesto, Larreta deberá resolver algunos problemas concretos de la gestión porteña. El primero que se avecina es el traspaso de los agentes de la Federal a la Ciudad y su fusión con la Policía Metropolitana. El entredicho con el kirchnerismo siempre fue por quién financiaba a las tropas: esto está saldado, dado que Larreta ya anunció que los fondos los pondrá la Nación. Se trata de un hecho que le dará rédito político tanto a Macri como a Larreta y es probable que en este caso no se escuchen demasiadas quejas de otros gobernadores por la reasignación de fondos federales al distrito más rico del país.

Sin embargo, el traspaso implica algunos problemas concretos a resolver. Larreta explicó que lo que recibirá es  “la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, que es de donde dependen las comisarías. Después habrá un trabajo de unificación con la Metropolitana para crear una sola fuerza”. Y que esto implicará “empalmar los salarios y los escalafones”. Mientras los salarios sean mayores, no encontrará resistencia en la Federal. Sí puede ser que la haya en otros aspectos: diversos periodistas le señalaron a Larreta la relación entre la Federal y diversos negociados y  mafias (mencionaron a los cuidacoches, cuya eliminación es un caballito de batalla del PRO), pero el jefe de Gobierno descartó ese problema. Sostuvo que, a lo sumo, se trata de casos puntuales y no hay hechos sistémicos. Si elige ignorar voluntariamente ciertas prácticas de la Federal, no habrá grandes cambios en la seguridad porteña. Si elige combatirlas, tendrá problemas también.

El traspaso de la Policía Federal a la Ciudad implica algunos problemas concretos a resolver. Larreta explicó que lo que recibirá es  “la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, que es de donde dependen las comisarías. Después habrá un trabajo de unificación con la Metropolitana para crear una sola fuerza”. Y que esto implicará “empalmar los salarios y los escalafones”. 


Otros traspasos seguirán al de la policía, como el de la Villa 31. Larreta sostuvo que va a revertir la desinversión en vivienda de las dos gestiones macristas. En rigor, culpó al gobierno kirchnerista por la falta de urbanización de las villas, aunque diversos estudios académicos, además de informes de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera (ASAP), indican que el PRO hizo escasos esfuerzos económicos por urbanizarlas. Habrá que ver si la política de vivienda ahora cambia. El nuevo jefe de Gobierno indica que sí, pero que se recurrirá a fondos federales. “El hecho de que nos pasen los terrenos, porque muchas están en predios ferroviarios, más poder acceder a programas de vivienda federales nos permitirá acelerar el proceso de urbanización”, sostuvo.

A estas transferencias se sumarán otras como las de los fueros judiciales y del puerto, que vendrán con sus propios problemas. Larreta, sin embargo, confía en resolverlos y tiene un panorama político inmejorable: Macri barrió con el principal peligro que podía tener en términos de adversario al enviar a Martín Lousteau a la embajada de Washington (esto, pese a las promesas de Lousteau de que seguirá siendo opositor porteño  a miles de kilómetros de distancia). El jefe de campaña de Daniel Scioli, Jorge Telerman, se sumó a la gestión de Larreta para darle una impronta de pluralismo. No hay amenazas evidentes a la carrera política del jefe de Gobierno desde otros partidos políticos. Sí desde el propio.

Otros traspasos seguirán al de la policía, como el de la Villa 31. Larreta sostuvo que va a revertir la desinversión en vivienda de las dos gestiones macristas. En rigor, culpó al gobierno kirchnerista por la falta de urbanización de las villas, aunque diversos estudios académicos, además de informes de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera (ASAP), indican que el PRO hizo escasos esfuerzos económicos por urbanizarlas.


Michetti es ahora vicepresidenta, lo que impactará en su carrera política de forma positiva o negativa, según como juegue sus cartas. Es un lugar de mucha visibilidad, pero también puede ser un sitio ceremonial donde la congelen y la saquen de la escena. La vicepresidenta no parece tener intenciones de que eso suceda: ya consiguió instalar sus oficinas en Casa Rosada –lo que da la idea de que buscará manejar algunas funciones ejecutivas y no meramente tocar la campanita en el Congreso- y ubicó a su dirigente Marina Klemenzewicz a cargo del área de vivienda nacional. Todo indica que Michetti no se rindió y que podría volver a intentar conseguir la jefatura de Gobierno en 2019, lo que le cortaría el camino al sueño de Larreta si lo que planea son dos mandatos y luego la presidencia. Este año, le fue muy mal en ese intento: Macri jugó todo a favor de su delfín y la derrotó. Sólo el tiempo dirá si estos se repite.

La segunda mujer que puede interponerse en el camino de Larreta proviene de su propio riñón: Vidal surgió como una figura del Grupo Sophia, encargada del área social. Creció como la favorita de Macri y tenía perspectivas de ser jefa de Gobierno. Mucho se especuló sobre su pase a provincia y las intenciones de Larreta de quitarse del medio una posible competidora. Si ese hubiera sido el plan, sorpresas te da la vida: ahora Vidal es gobernadora y, según como le vaya en la dificultosa gestión bonaerense, podrá (o no) tener perspectivas de suceder a Macri. Está claro que nada de esto saldrá a la luz hoy, cuando todos enfrentan las dificultades de nuevos gobiernos. Pero está en potencia. Este es el kilómetro cero desde el que veremos desarrollar el camino que tendrá cada uno de esos dirigentes. 

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