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- 22.06.2016
COMUNA 6
Protesta en una escuela de Caballito por la situación edilicia
Los alumnos del Colegio N° 17, del barrio de Caballito, denuncian la faltan bancos, falencias edilicias y problemas de seguridad. Hicieron el reclamo al gobierno porteño, pero sin éxito.
En el Colegio N° 17 "Primera Junta", Av. Rivadavia al 5100, en el barrio de Caballito, cada jornada es como si los alumnos jugaran al juego de la silla porque no hay suficientes bancos para todos. Según un relevamiento realizado por los mismos estudiantes, el faltante equivale en total a un curso completo que se queda sin bancos o sillas.
Tras varios pedidos al gobierno porteño, los alumnos de la escuela decidieron contar este y otros reclamos a los vecinos del barrio con una gran bandera que colgaron en el frente del edificio y una exhibición de fotos que da cuenta del desastroso estado de los muebles escolares. Hoy se movilizarán junto a otros colegios secundarios al Ministerio de Educación porteño para pedir el boleto educativo, el aumento de presupuesto y la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas.
El inventario que realizó el Centro de Estudiantes concluyó que para los 630 alumnos que asisten a la institución, hay 470 mesas y 505 sillas. De ese relevamiento se desprendió también que hay 138 bancos de madera que datan de 1950 y 1960, es decir, que el 22 por ciento del mobiliario tiene más de cinco décadas de antigüedad, muchos de los cuales se encuentran en pésimo estado. Por ese motivo los estudiantes colgaron una enorme bandera en el frente de la escuela que exige más “sillas y bancos” para la escuela.
“En estos bancos estudiaron nuestros papás. Hoy son asientos que están viejos, rotos, tienen clavos salidos o les falta el respaldo”, contó a Página 12 Lucía Murase, presidenta del Centro de Estudiantes. La alumna relató que la primera hora de cada día de clases comienza con un recorrido por las aulas para rastrear mesas y sillas que no estén en uso, rutina que “molesta a los alumnos y a los profesores. Ya entregamos cartas al Ministerio y supimos que abrieron un expediente, pero la realidad es que nunca avanzó. También juntamos firmas y hace un mes le entregamos un petitorio al vicejefe de gobierno, Diego Santilli, pero todavía no nos dieron respuestas”, agregó.
En la espera de más bancos y en mejor estado, los estudiantes se reunieron para limpiar y arreglar los muebles donde estudian. “Nos juntamos un sábado, aprovechando la jornada de apoyo escolar y entre padres, alumnos y docentes limpiamos los pizarrones, que también son muy viejos, y recuperamos más de 30 sillas y 30 mesas”, contó Murase a Página 12.
La situación mobiliaria no afecta solo a los alumnos, sino también a los profesores. Según consideró Débora Najnsztejn, profesora de Historia, “dar clases en una escuela que tiene más alumnos que sillas es un problema, porque los chicos pierden mucho tiempo pasando por las aulas para encontrar una silla libre”. Los muebles donde trabajan los docentes, contó Najnsztejn a Página 12, no están exentos del deterioro: “Las mesas y sillas están todas en el mismo estado, y si faltan asientos en el aula preferimos dar clases parados para que las usen los chicos”. En ese sentido, señaló que “todas las mejoras en las condiciones de cursada fueron a pulmón, con el esfuerzo de estudiantes, padres y docentes”.
En el edificio de la Av. Rivadavia al 5100, además del Colegio N° 17 funcionan otras dos escuelas: la Escuela de Comercio Nº 23, en el turno tarde, y la Escuela de Comercio N° 29, por la noche. A esa situación, que de por sí genera complicaciones por superposición de actividades, se suman falencias graves, como “ventanas tapiadas con plástico, paredes en mal estado e instalaciones eléctricas con cables pelados”, enumeró Najnsztejn a Página 12.
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