- Comunas
- 30.06.2016
COMUNA 12
Arte a cielo abierto en Villa Urquiza
En el barrio de Villa Urquiza se ha configurado una galería con obras de prestigiosos muralistas locales e internacionales.
El barrio de Villa Urquiza tiene la particularidad de contar con muchas obras murales en sus calles. Todo comenzó en 2007 cuando el artista italiano Blu pintó un mural enorme en la calle Holmberg y Rivera. Era un niñito blanco, de gesto sombrío que en su interior lucía escenas fabriles. Lo hizo sobre un baldío en la zona de la ex AU3. Este trabajo es hoy el epicentro del Distrito de Arte Villa Urquiza.
El arte urbano en la Ciudad de Buenos Aires es una disciplina en ascenso desde hace años gracias a exposiciones continuas, tours y actividades de fomento. “La presencia de festivales internacionales como Meeting of Styles ha sido fundamental porque logró que artistas extranjeros colaboraran con los mejores talentos locales”, según cuenta a Pura Ciudad Matt Fox-Tucker, fundador de Buenos Aires Street Art.
“En Buenos Aires es fácil pintar. No hay necesitad de obtener autorización del gobierno, sólo el permiso del dueño de la pared. Muchos propietarios tienen una relación especial con los artistas y les gusta la idea de que un mural colorido venga a tapar rayones”, manifiesta Matt Fox-Tucker.
El sitio especializado Grafitimundo explica a Pura Ciudad cómo está compuesto el mapa de Buenos Aires, “El arte urbano, generalmente, se encuentra en los barrios porteños donde convive lo comercial con lo residencial, como por ejemplo, Palermo, Colegiales y Villa Crespo. Aquí el arte urbano se hace presente gracias a murales que han sido comisionados por locales y restaurantes. En los últimos tiempos surgieron dos grandes áreas para el desarrollo del arte urbano: por un lado, en la zona sur, el barrio industrial de Barracas se transformó en la nueva meca del movimiento y Villa Urquiza, al norte, es otro punto importante para la escena local”.
Villa Urquiza tiene su corazón en Holmberg y Rivera, allí donde Blu, un artista a quien no se le conoce ni el rostro, utilizó el muro de un baldío para gestar su bebé-fábrica. Su creación sobrevivió los avatares del vandalismo y la disconformidad vecinal. Tal fue la aceptación de este trabajo que en 2012 el Gobierno de la Ciudad transformó este baldío en una plaza con esculturas de Clorindo Testa.
Cruzando Holmberg en sentido sur se alzó una plaza gemela. El 16 de julio de 2013 se instalaron andamios y grúas. El artista local Martín Ron, quien también hizo trabajos en estaciones de subte y la imagen de Carlos Tévez en Fuerte Apache, plasmó su técnica hiperrealista para pintar escenas oníricas que incluyen rostros desorbitados, patinetas y animales.
“Pinto escenas fantásticas que conviven con la calle. Uso la ilusión óptica del hiperrealismo, con figuras en 3D, para que parezca que se salen de la pared. En este caso, el skate gigante sostiene situaciones relacionadas con la música. El chico sentado es la parte realista. E incluí a tres personajes que existen: mi amigo Gabriel Dotta, el “Chaqueño”; el DJ es Leonardo Caruso, del CGP Comunal 12 (actual Sede Comunal), y hay una imagen de Clorindo Testa, como homenaje”, explicó ante la prensa en aquel entonces.
El edificio de cuatro pisos mide 14 metros en altura y 25 metros de largo, y el proyecto también incluyó una pared de 3.1 metros en altura y 20 metros de largo que forma una parte importante del mural. Ron terminó la súper obra de 412 m2 el 3 de agosto. Ese día quedó terminado el nodo, la meca, el punto de encuentro del arte urbano en Villa Urquiza y alrededores. Nació así el Distrito de Arte Villa Urquiza. Esto fue un proyecto ideado por el fundador de Buenos Aires Street Art, el periodista británico Matt Fox-Tucker, y su amigo Guliherme Zauith, fotógrafo de San Pablo, Brasil.
“Estamos muy emocionados con el proyecto” dijo a Pura Ciudad Matt y agregó: “Martin está pintando una obra verdaderamente fantástica al lado de Blu. El barrio ya tiene mucho street art y graffiti del bueno y organizamos tours de arte callejero en esta zona, y la idea con este mural fue para convertir a esta zona en Villa Urquiza en unos de los mejores lugares – si no el mejor – para ver el street art en Buenos Aires”.
La galería de arte a cielo abierto despierta tal respeto que no ha sido vandalizada con pintadas en aerosol ni mucho menos. En ese recoveco de baldíos y murallones ha florecido el arte callejero. Se pueden ver distintos trabajos como “Fábrica de Obreros”, que data de 2013 y es del artista Jiant sobre el Pasaje Rufino 3027, en un muro de la empresa de pesaje industrial Gregorutti & Asociados.
El artista australiano Fintan Magee visitó la ciudad en enero de 2014 para hacer cuatro murales en menos de dos semanas. El más grande mide tres pisos y medio, y está en la fachada de un estudio de arquitectura del barrio. El proyecto llevó 2 días y medio para terminar. Se titula “La desplazada” o “Los desplazados”. La mujer caminando en el agua con una gallina en su mochila se inspira en las terribles inundaciones que destruyeron a la ciudad de Brisbane en 2011 (donde creció el artista), así como en los temporales del 2 abril de 2013, donde miles de vecinos sufrieron pérdidas materiales.
El artista Primo dejó su huella en Iberá al 3900. Se trata de un músico tocando un instrumento de viento. El negro impera en el trabajo, mientras que la silueta del músico está hecha en tonos fríos. Sólo violetas y azules perfilan este gran trabajo hiperrealista. También lo hizo en Rómulo Naón 3274, donde pintó una indígena amazónica con un entorno forestal verde. Está sobre un largo paredón que tiene varios trabajos de los artistas Martin Ron (una tortuga gigante con una cartuchera de balas) y Fintan Magee (niños jugando). A pocas cuadras, al 3000 de la calle, sobre la ochava, también se encuentra otro interesante trabajo gráfico.
Por otra parte, el artista Ice hizo mural en la ochava de Bretón al 4300. En tonos cálidos se aprecia los detalles de la lucha de guerreros samurái. Fue a pedido del dueño de casa. Un caso similar se da en Combatientes de Malvinas 3500, donde la ochava está pintada con un bosque y un simpático escocés de barbas rojas y traje verde.
Sobre uno de los terrenos de Holmberg al 2000 el artista Gualicho junto a El Marian hizo una composición de más de 15 metros de largo por ocho de alto. Se trata de dos niños con gomeras que apuntan hacia el espectador. Están rodeados por ornamentos y criaturas minimalistas, típicas del artista Gualicho.
El arte urbano también late en el subte. A fines de agosto del año pasado, la agrupación BA Street Art designó a Animalito Land, Ice, Luxor y Oz Montania para intervenir el andén sentido a Juan Manuel de Rosas (Línea B) con diseños hiperrealistas e inspirados en historietas.
Las plazoletas y huecos también son una buena referencia en lo que respecta a arte urbano. Caso de ello son las que están sobre Estomba al 2600 y Roosvelt al 4000. En estos casos, como las paredes están tan visibles, son territorio de disputa, donde muchas veces grandes piezas se pierden debajo de pintadas vandálicas. Lo mismo ocurre con la zona de las vías.
También vale contar que hay vecinos artistas. Uno de ellos es Oveja. También arquitecto e historietista. Vive y tiene su taller en Coghlan. Es el último miembro activo de eMePeCe, colectivo artístico surgido en 2006 sobre los muros del Hospital Pirovano.
COMENTARIOS