Quieren proteger a los murales del subte

Se trata de una auténtica galería de arte bajo tierra. Las estaciones del subte guardan unas 450 intervenciones artísticas. Cien de ellas son murales, firmados por algunos de los más renombrados artistas plásticos argentinos. Ahora impulsan un proyecto de ley en la Legislatura porteña para que se los declare Patrimonio Cultural de la Ciudad. De esta manera quedarían protegidos de posibles intervenciones y además tendrán que ser conservados y restaurados.
 
En las 85 estaciones que componen la red de subtes, se encuentran obras de Rogelio Polesello, Luis Felipe Noé, Antonio Seguí, Florencio Molina Campos, Raúl Soldi, Prilidiano Pueyrredón; Quino, Horacio Altuna, Nine, Fontanarrosa y Hermenegildo Sábat. Y reproducciones de Benito Quinquela Martín.
 
El proyecto está impulsado por la Defensoría del Pueblo porteño y ya ingresó en la Comisión de Cultura, que dirige el legislador Omar Abboud (Pro). “La intención es, por un lado, destacar el valor patrimonial de los murales y de los revestimientos decorativos; y por otro, darle a esos elementos una protección que asegure su conservación ya que la empresa Metrovías suele realizar renovaciones estéticas que podrían alterar los murales”, explicó a Clarín Bárbara Rossen, subsecretaria de Derechos Urbanos, Espacio Público y Medio Ambiente de la Defensoría. “Queremos que estas obras se preserven y se mantengan”, dijo Rossen.
 
Entre las obras que se pretenden proteger hay también muros revestidos con azulejos, con un enorme valor histórico. La mayoría de ellos se puede ver en las estaciones de la línea A, la más antigua de todas.
 
Por su parte la empresa Metrovías viene llevando a cabo un Plan de Gestión Cultural y Patrimonial, que apunta a revalorizar las estaciones, e incorporó en los últimos años decenas de obras de arte de artistas contemporáneos, como Milo Lockett, Pablo Siquier, el misionero Ignacio de Lucca y Guillermo Roux, entre muchísimos otros.
 
El libro “Arte en el Subte”, que publicó Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), hace una detallada compilación del tesoro artístico bajo tierra: “Una galería de arte de 54 kilómetros subterránea, ecléctica y dinámica”, como describieron sus editores.
 
El proyecto que ingresó a la Legislatura busca también que se declare Patrimonio Cultural de la Ciudad a los revestimientos decorativos de las estaciones Avenida de Mayo, Moreno, Independencia y San Juan de la línea C; y a los arcos y barandas de hierro forjado de las entradas de las estaciones.