- Opinion
- 09.07.2016
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
200 años inviables
Festejamos doscientos años en los cuales a veces fuimos totalmente independientes y otras veces no tanto. De la que no nos hemos podido independizar es de la imbecilidad para encarar cuestiones que justamente rodean lo patriótico y lo nacional.
La primera reflexión que pasa por mi cabeza al respecto tiene que ver con esta lógica demencial a través de la cual festejamos dos Bicentenarios importantísimos en 6 años. 9 de julio de este año, doscientos años de la Independencia, 25 de mayo de 2010, doscientos años del primero Gobierno patrio. O sea tuvimos un primer Gobierno patrio pero no éramos independientes. En fin, después uno se pregunta porque nos fue como nos fue hasta ahora. Seguro que algún profesor de historia se enoja por esto, pero a mi me quiebra psicológicamente.
"El progre falopa siente que de alguna manera estamos resignando soberanía por invitar a un representante tan importante del reino del cual nos independizamos".
Como todo en Argentina, los preparativos para los festejos trajeron intensas polémicas. Lo primero que impactó muy especialmente en el corazón del progre falopa es la visita del Rey Juan Carlos. Una pavada supina pero el progre falopa siente que de alguna manera estamos resignando soberanía por invitar a un representante tan importante del reino del cual nos independizamos. Raro, como mínimo. Aunque si lo mirara desde un lado positivo podría decir que le estamos enrostrando nuestro evidente y maravilloso éxito.
Otros iluminados decidieron sentirse casi violados con que los festejos se hagan en el Teatro Colón, un espacio donde se difunden artes de neto corte europeo. ¡Y encima se llama Colón! Que espanto vivir en las mentes de esa gente que ya es bastante grande y reflexiona como si fuera una criatura de 4 años.
Lo cierto es que festejamos doscientos años en los cuales por momentos fuimos totalmente independientes y por momentos no tanto de otras naciones del mundo. De la que no nos hemos podido independizar es de la imbecilidad para encarar cuestiones que justamente rodean lo patriótico y lo nacional.
En este sentido, podemos hablar desde un par de ángulos distintos para ilustrar nuestra inmadurez.
"Seguimos criticando a Messi porque no canta el Himno aunque ya casi en ninguna competencia internacional pasan alguna parte del Himno que no sea puramente instrumental porque para muchos giles la Patria pasa por ahí…."
Pareciera que tenemos algún tipo de trauma con la libertad. Y somos bastantes contradictorios con el tema. Pienso en los pibes para la liberación de Cristina Elisabet. Explícame por el amor de todo ¿de qué te querés liberar?
Y lo vivimos a diario con proclamas estúpidas y evoluciones bobas de aquel “yanquis go home” de otra época devenido en críticas a McDonald's o discusiones sobre si alguien puede criticar a Estados Unidos usando un IPhone. Como si discusiones de este estilo sirvieran para algo.
Seguimos criticando a Messi porque no canta el Himno aunque ya casi en ninguna competencia internacional pasan alguna parte del Himno que no sea puramente instrumental porque para muchos giles la Patria pasa por ahí….
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