¿Se ha formado una pareja?

En política, sacarse una foto con otro dirigente no es nunca un hecho inocente. Difundirla a la prensa, mucho menos. Los retratos de dirigentes juntos comunican. Mandan mensajes de una eventual alianza. Imprimen ideas en el electorado, que a veces puede ser un globo de ensayo y nada más. También ponen en guardia a otros sectores políticos. La imagen que mostró juntos la semana pasada al embajador argentino en Washington, Martín Lousteau, y al referente del Frente Renovador, Sergio Massa, prendió un reguero de especulaciones sobre un posible acuerdo entre los dos dirigentes. Un dato a tener en cuenta es que la foto fue difundida por contertulios de Massa y no por el líder de ECO. Lousteau, de hecho, salió a aclarar que no hay “nada extraño” con el encuentro y que él sigue en el mismo lugar. El dirigente sigue en busca de mantener su perfil en la Ciudad con ECO, mientras buena parte de su espacio forma parte de Cambiemos a nivel nacional. En territorio porteño, todos están conversando con todos para rearticular el centroizquierda no kirchnerista. O algo similar a lo que fue UNEN. No obstante, si se hace un mínimo análisis de lo ocurrido, queda claro que Massa necesita a Lousteau más de lo que Lousteau necesita a Massa.

"En política, sacarse una foto con otro dirigente no es nunca un hecho inocente. Difundirla a la prensa, mucho menos".

La difusión de la foto “casual” entre Massa y Lousteau en un café en el centro de Filadelfia, sin embargo, puede haber complicado las conversaciones que existían. Queda claro que al embajador argentino no le cayó muy en gracia tener que salir a dar explicaciones por el encuentro. "Tenés un líder de la oposición que viene a Estados Unidos a una Convención para ver cómo funciona el sistema, que se reúne conmigo, que soy el embajador. Me parece lo más natural del mundo. Me reúno con todos los que vienen. No hay ninguna cosa extraña", dijo. "Él representa a su espacio y yo represento a mi espacio", remarcó. Más que un acercamiento, la foto parece haber contribuido a un alejamiento. Sobre todo la difusión de la imagen, orquestada por el massismo, de la que no queda claro si Lousteau fue consultado previamente.

En sus declaraciones públicas, Lousteau también dejó entrever que se está debatiendo quién representará a ECO en 2017 y que, por lo tanto, podría no ser él. "Es una decisión colectiva que vamos a tomar. Depende mucho desde donde uno crea que está contribuyendo más", indicó. Entre los dirigentes de ECO, una gran mayoría quisiera verlo a él al frente de la boleta. Todavía no está claro si eso será lo que decida el dirigente. Lousteau podría llegar a esperar a 2019 para volver a lanzarse a una candidatura. Su frente sufrió una importante ruptura cuando los dos legisladores de la Coalición Cívica abandonaron el bloque y ahora está en pleno proceso de sumar aliados para las elecciones que vendrán el año próximo.

Las conversaciones -admitidas públicamente por la mayoría de las partes- incluyen al socialismo, a Libres del Sur y también al massismo. No obstante, en el caso de este último, no es seguro que se pueda llegar a un acuerdo a nivel nacional. Por lo pronto, los radicales porteños dejaron en claro que no tienen ninguna intención de romper Cambiemos. “En la Ciudad, seguimos con ECO y en lo nacional vamos a fortalecer Cambiemos. El resto, son especulaciones”, comentaron en la UCR porteña.

Está claro que Massa está necesitando un buen candidato en la Ciudad de Buenos Aires. Un acuerdo con Lousteau le vendría como anillo al dedo. El razonamiento inverso no necesariamente es cierto: Lousteau no necesita, por lo pronto, casarse con un candidato nacional".

Está claro que Massa está necesitando un buen candidato en la Ciudad de Buenos Aires no sólo para el año que viene sino para 2019. Hasta ahora, sus candidatos porteños hicieron una elección olvidable: Guillermo Nielsen obtuvo el 0,9 por ciento de los votos el año pasado en las PASO porteñas y no logró ni entrar en la primera vuelta. Un acuerdo con Lousteau –que demostró una buena performance el año pasado, al punto de que quedó a tres puntos del PRO en el ballotage- le vendría como anillo al dedo a Massa. El razonamiento inverso no necesariamente es cierto: Lousteau no necesita, por lo pronto, casarse con un candidato nacional. De hecho, una de sus virtudes en la elección porteña pasada fue el no quedar vinculado a ninguno de los candidatos de Cambiemos. En ese momento hizo todo lo posible porque no lo pegaran a una opción nacional. Ahora que es embajador de Mauricio Macri, en los mentideros políticos se analiza la posibilidad de que termine formando parte de la interna del PRO en las PASO porteñas, pero el ex ministro de Economía podría definir seguir jugando con su espacio. Todavía no está todo dicho.

En tanto, siguen las conversaciones entre los distintos sectores que buscan reeditar algo parecido a lo que era UNEN, la alianza que implotó en 2014 para dar lugar al acuerdo entre Elisa Carrió, los radicales y Macri. Las charlas apuntan, sobre todo, a reeditar el espacio en territorio porteño. El socialista Roy Cortina, distanciado de la conducción nacional del PS, podría aceptar un acuerdo local con el massismo. Libres del Sur también tuvo un acercamiento con el líder del Frente Renovador. El proyecto del espacio que conducen Humberto Tumini y Victoria Donda también incluye sumar a otros peronistas, pero no a los radicales, que no acordarían con Massa. Es dudoso que Lousteau decida romper con la UCR porteña que funciona, en los hechos, como su base de sustentación. Algunos incluso sueñan con incluir al FIT en ese gran acuerdo opositor, una posibilidad que tiene cero chances de prosperar. Habrá que ver si pueden sumar a otros sectores, como Proyecto Sur y el MST, que ya fueron juntos en el pasado. Massa –hay que recordar- fracasó en convertir a Pino Solanas en su candidato porteño el año pasado. El kirchnerismo, en tanto, no tendría ningún lugar en ese acuerdo. Si las conversaciones terminan ampliando ECO el año que viene, sólo el tiempo lo dirá.