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- 26.09.2016
COMUNA 15
El Barrio Agronomía celebra sus 112 años
Durante toda la semana los vecinos de Agronomía festejarán el aniversario del barrio con varias actividades organizadas por su Junta de Estudios Históricos.
El barrio Agronomía cumplió 112 años y los vecinos festejarán durante toda la semana con distintas actividades organizadas por su Junta de Estudios Históricos. El sábado hubo una visita histórica al Barrio Rawson; hoy lunes a las 11 horas se realizará una visita al Museo de la Facultad de Veterinaria, Av. Chorroarín 280; mañana martes a las 10.30 horas invitan al Museo Universitario de Maquinaria Agrícola “Ing. Agr. Mario Cesar Tourn”, Av. San Martín y Nogoyá; y el miércoles a las 10.30 horas habrá una visita guiada al Jardín Botánico “Lucien Hauman” de la Facultad de Agronomía, entrada por Av. De Los Constituyentes y Llerena o Av. San Martín y Nogoyá. Todas las actividades son gratuitas.
Agronomía tomó su nombre como consecuencia de la inauguración del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria el 25 de septiembre 1904. Con el tiempo, comenzaron a radicarse en los alrededores inmigrantes extranjeros, estudiantes y trabajadores llegados desde el interior. Este barrio con su peculiar paisaje de intimidad se caracteriza por ser el lugar elegido por familias de varias generaciones.
Uno de sus vecinos más destacados fue el escritor Julio Cortázar. El autor de “Rayuela” vivió junto a su madre María Herminia Descotte y a su hermana Memé en la apacible casa de la calle General Artigas 3246, ubicada en el triángulo delimitado por las calles Tinogasta, Zamudio y Av. San Martín, más conocido como Barrio Rawson.
Por aquel entonces, el joven Cortázar ejercía como profesor de nivel secundario en escuelas de las Ciudades de Chivilcoy y Bolívar por lo que visitaba el barrio los fines de semana o en vacaciones. En el año 1951, poco antes de radicarse definitivamente en París, escribe “Bestiario”, y en el cuento “Ómnibus” deja retratado el clima del barrio:
“A las dos, cuando la ola de los empleados termina de romper en los umbrales de tanta casa, Villa del Parque se pone desierta y luminosa. Por Tinogasta y Zamudio bajó Clara taconeando distintamente, saboreando un sol de noviembre roto por islas de sombra que le tiraban a su paso los árboles de Agronomía. En la esquina de Avenida San Martín y Nogoyá, mientras esperaba el ómnibus 168, oyó una batalla de gorriones sobre su cabeza, y la torre florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes, alto hasta dar vértigo. Pasó don Luis, el relojero, y la saludó apreciativo, como si alabara su figura prolija, los zapatos que la hacían más esbelta, su cuellito blanco sobre la blusa crema. Por la calle vacía vino remolonamente el 168, soltando su seco bufido insatisfecho al abrirse la puerta para Clara, sola pasajera en la esquina callada de la tarde”.
Agronomía, uno de los barrios menos poblados de la Ciudad, posee tanto características propias como aquellas comunes a todos. Luego de que a fines del 2005 Parque Chas fuera declarado el barrio 48 de la Capital Federal, los nuevos límites del barrio Agronomía son: Av. San Martín, Gutenberg, Campana, Av. Salvador María del Carril, Av. De los Constituyentes y Av. Chorroarín.
“Agronomía está conformado con el aporte de dos zonas históricamente bien diferenciadas: una, la heredera de parte de la Chacra de los Jesuitas; la otra, del antiguo Talar de Altube correspondiente al trazado original de Villa Devoto, el que así queda seccionado arbitrariamente. La extensión que había pertenecido a la legendaria Chacarita de los Colegiales sufrió múltiples cambios por litigios referentes a la tenencia de las tierras”, cuentan desde la Junta de Estudios Históricos.
Hacia fin de la década de 1880, el Estado se propuso recuperar los terrenos que le pertenecían por lo que se iniciaron una serie de acciones tendientes a lograr este fin: mensuras, legislaciones, juicios y arriendos, los que resultaron en la venta de algunas fracciones, la perdida de otras, así como el recupero de una buena extensión para la que no se tenía un destino muy preciso. Así, la vasta zona de quintas y cultivos sufrió continuos vaivenes que todavía no se habían estabilizado a principios del siglo XX cuando se determinó que allí se instalara la flamante Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires.
Como la reapropiación de los terrenos se fue dando de a poco, no hubo una planificación general de los mismos, y cuanta nueva institución pública requería ubicación iba a parar a esas tierras de aparente disponibilidad. De esa manera se fueron asentando así el Cementerio del Oeste, los Hospitales Alvear y Tornú, el Instituto de Oncología Angel Roffo, los asilos Garrigós, de Contraventoras y San Martín, depósitos del ferrocarril, la mencionada facultad, escuelas , clubes y núcleos dispersos de viviendas, todo lo que otorgo al barrio el carácter diverso que hoy presenta.
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