LOUSTEAU EN LA CIUDAD

La amenaza fantasma

El embajador en Estados Unidos de Macri hizo un acto en la Ciudad para dejar en claro que no renunció a sus aspiraciones para ser jefe de Gobierno. Las ganas de los radicales. La incógnita de Carrió.

Werner Pertot
La supremacía macrista en la Ciudad de Buenos Aires ya lleva nueve años. Pero, bien visto, el PRO no pierde una elección desde 2003, cuando Mauricio Macri fue derrotado en su primer intento de ser jefe de Gobierno. Ese mismo año ganaron las legislativas, algo que se repetía en las sucesivas elecciones hasta su ascenso en 2007. Es decir que son ya 13 años de supremacía PRO en territorio porteño. En ese tiempo, hubo un solo candidato que los puso en problemas: Martín Lousteau. De allí se puede entender la oferta de una embajada, que el dirigente de ECO aceptó sin renunciar a sus aspiraciones porteñas. Pero también se pueden leer en esa clave las reuniones de esta semana de él con el presidente, el jefe de Gobierno y hasta la gobernadora bonaerense: el objetivo es desactivar su regreso a la arena porteña. En un acto con los radicales, Lousteau les dio malas noticias a los amarillos: no perdió las ganas de ser jefe de Gobierno.

El líder de ECO se mueve sobre el filo de un cuchillo desde que aceptó ser embajador de Mauricio Macri: es funcionario a nivel nacional y opositor en el ámbito porteño. Esa dualidad tiene el potencial de diluir el capital político, como explicamos hace un tiempo, del único candidato que puso en peligro esa supremacía del PRO en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Por qué Lousteau tiene esa capacidad? Quizás porque ocupa un lugar similar –salvando las distancias- al que supo conciliar en su momento Aníbal Ibarra: Lousteau se despegó con éxito del kirchnerismo, pese a haber sido el primer ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner y autor de la resolución 125 que desató el conflicto rural de 2008; hasta logró que Elisa Carrió lo “absolviera” al aire en un debate en TN; y expresa un espacio que puede llegar a agradar al porteño medio. La prueba es la distancia estrecha que logró en el ballotage porteño del año pasado con Horacio Rodríguez Larreta, que atragantó a más de un dirigente macrista aquella noche mágica. Cincuenta mil votos salvaron a Macri del desastre. Luego el líder del PRO admitió que, si hubiera perdido, no hubiera continuado la contienda presidencial. Faltó que le mandara saludos a los que llamaron a votar en blanco.

El líder de ECO se mueve sobre el filo de un cuchillo desde que aceptó ser embajador de Mauricio Macri: es funcionario a nivel nacional y opositor en el ámbito porteño.

 

La semana pasada la UCR porteña escenificó en el homenaje a Hipólito Yrigoyen el posicionamiento de Lousteau en la Ciudad. Unos 1300 invitados escucharon al líder de ECO, quien remarcó que el espacio porteño sigue existiendo y que va a tener presencia electoral en las próximas dos elecciones. También sostuvo que va a volver a competir por la Ciudad y le propuso a Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica, que lo vuelva a acompañar en la fórmula. Un guiño a Carrió, con quien mantiene una buena sintonía.

En contraste con las dificultades que enfrentó su bloque este año, Lousteau consiguió que lo acompañaran los que se fueron del interbloque, como Graciela Ocaña. También estaba el socialista Roy Cortina, que ya pide pista para encabezar la fórmula el año próximo. En las sombras, lo escuchaba Enrique “Coti” Nosiglia, uno de los sostenes electorales de Lousteau, junto con el presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti. Fue llamativa la presencia –en carácter “institucional”, según aclararon- de dos referentes del PJ porteño: Juan Manuel Olmos y Víctor Santa María.

Tres frases de Lousteau que los macristas tendrían que leer con atención:

* “No debería sorprender a nadie que ECO esté acá presente. Para realizar las transformaciones que pensamos es necesario ganar elecciones y es precisamente lo que nos proponemos”.

* Sobre el gobierno de Larreta: “No veo grandes cambios. Es parecido a la gestión anterior, antes había más plata que nunca en la historia de la Ciudad y ahora más todavía”.

* "ECO va a estar en 2017. La pregunta es si yo voy a competir, pero hay que dejar de discutir individualidades"

Son las declaraciones de un dirigente que se prepara para competir, no para aliarse. La pregunta es cuándo volverá. ¿Quiere que en 2017 el candidato sea Fernando Sánchez? Carrió será la que defina en buena medida cómo ocurrirán las cosas. Si se presenta en la Ciudad, obviamente Sánchez no competirá contra ella. “La estrategia electoral de la Coalición Cívica se definirá en marzo de 2017”, es la frase que se le escucha una y otra vez a los lilitos cuando se les pide definiciones. El dato es que allí estuvieron los dirigentes de la Coalición Cívica, algunos muy cercanos a Lilita. De todas formas hay que recordar que el bloque de ECO en la Legislatura se rompió y fue precisamente porque se fueron Maximiliano Ferraro y Paula Oliveto, los dos legisladores que responden a la líder de la CC.

Las declaraciones de Lousteau son las de un dirigente que se prepara para competir, no para aliarse. La pregunta es cuándo volverá. Carrió será la que defina, en buena medida, cómo ocurrirán las cosas.



Los radicales, en tanto, cruzan los dedos para que Lousteau vuelva el año próximo a competir. El dirigente es para ellos la esperanza blanca de volver a gobernar la Ciudad. Incluso algunos lo imaginan como un presidente que llegue desde el radicalismo y, ahora sí, reparta cargos entre los correligionarios.

Nada de esto le causa gracia a Larreta, que sigue intentando formar Cambiemos en la Ciudad, por ahora sin mucho éxito. Se destaca una metáfora de un radical recogida por una colega de La Nación: “Nosotros les proponemos matrimonio y el PRO quiere sexo sin compromiso”. Traducción: si quieren una alianza, deberán ceder ministerios porteños a la UCR. Algo que no se le pasa por la cabeza a ningún macrista. De todas formas, no cesan los intentos por neutralizar a Lousteau y convertirlo en un candidato que compita en las internas de Cambiemos. Por ahora, no parece ser la posibilidad que más lo tienta. Pero es muy pronto para asegurar que esté descartada. No por nada en su visita al país el embajador tuvo reuniones con Larreta, con la gobernadora María Eugenia Vidal y con el presidente Macri.

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