AN EVENING WITH AL PACINO

Al Pacino pasó por el Teatro Colón

El actor respondió durante una hora y media las preguntas de Iván de Pineda y del público presente. Recitó un poema y bailó un tango.

Un grande del cine y el teatro pasó por Buenos Aires. Al Pacino se presentó anoche ante un Teatro Colón colmado que ansiaba por escuchar lo que tenía para decir. El evento, "An evening with Al Pacino", se promocionó hace tiempo y, si bien no se sabía de qué se iba a tratar, nadie quiso perdérselo aunque las entradas costaran miles de pesos.

Con la moderación de Iván de Pineda, el actor recorrió su vida privada y de la industria del séptimo arte. Contó que de chico era tímido pero que "una mujer vino a decirle a mi madre que yo debería estar en un escenario. Y ella me apoyó. Creo que la actuación me ayudó a escapar de mí", dijo para después asegurar que aún la "extraño mucho". 

En cuanto a El Padrino, obra en la que interpretó a Michael Corleone, Pacino relató que "todos querían que me echaran de El Padrino, menos Francis" Ford Coppola. "Un año después de hacer The Panic in Needle Park, me llama Francis. Me cuenta que quiere hacer esta película, y yo pensé, bueno, voy a ser Sonny. A mí me decían Sonny en la escuela así que estaba bien. No, quiero que seas Michael, me dijo. ¿Yo? Conozco al tipo, no puedo ser yo, soy petiso, pensé. Cuando viajé a Los Angeles para filmar, todos me querían echar. Me miraron y me dijeron, sos petiso. Serías muy bueno si fueras alto. Pero para Francis yo tenía que estar ahí", relató.

"Me llama Francis y me cuenta que quiere hacer esta película, y yo pensé, bueno, voy a ser Sonny. A mí me decían Sonny en la escuela así que estaba bien. No, quiero que seas Michael, me dijo".



También reconoció su admiración por su compañero de película, Marlon Brando"Si vienen de otro planeta y preguntan qué es un actor, la respuesta es Marlon Brando. Amaba estar ahí, cerca de él. Era un tipo muy, muy generoso. El no quería que me echaran de El Padrino", contó. 

Pacino narró que "un día le saqué una foto desde lejos, con una Polaroid, y me vio y me dijo, a ver qué tenés ahí. Una foto, le dije. Qué buena, ¿me la puedo quedar? En ese momento pensé, esto es una estrella", bromeó. En otro momento contó que "nos detenemos a comer en el set, era en un hospital. El comía patas de pollo y me quedé mirando sus manos y pensando '¡qué mierda hace con sus manos!' ", dice mientras hace gestos y ruidos vulgares al comer. "Ahí supe: esto es una estrella de cine", rió. 

Por otro lado, reconoció que fue difícil abandonar el papel de Michael Corleone, a quien interpretó en las tres películas. Pero a los espectadores también les costó hacerlo. "Una vez iba manejando, me distraje y choqué. Me bajé, el dueño del otro auto estaba enojado, le dije 'es mi culpa, ok', hasta que me miró, y me dijo, 'está bien, está bien es mi culpa', retrocedió y se fue". La anécdota desató carcajadas en el público.

"Sobre el futuro pienso que si uno está haciendo lo que le gusta, tiene la esperanza de seguir haciéndolo. Nada más. Si tuviera la chance de ser otra cosa, sería actor".



En  cuanto a su futuro, a si le gustaría ser director de cine, Pacino dijo "me miro al espejo y sigo acá, sigo haciendo lo que me gusta" y aseguró que se considera a sí mismo como actor y no como director. "Sobre el futuro pienso que si uno está haciendo lo que le gusta, tiene la esperanza de seguir haciéndolo. Nada más. Si tuviera la chance de ser otra cosa, sería actor". Por último esgrimió que lo bueno de ser actor "es que podés ser otro todo el tiempo" y aseguró que, a pesar de haber conseguido la fama con el cine, el teatro es su "hogar" porque "ahí está el peligro".

El encuentro duró aproximadamente una hora y media. Respondió preguntas de Iván de Pineda y del público y luego recitó el poema The Ballad of Reading Gaol, de Oscar Wilde. Para el cierre bailó "Por una cabeza" junto a la bailarina Judith Kovalovsky, en un homenaje a Perfume de Mujer, la película que lo hizo acreedor de un Oscar.

Los famosos y políticos dieron el presente

Adrián Suar, productor de la llegada de Al Pacino al país, estuvo sentado junto a sus hijos Margarita y Toto en el balcón central. También participó de la velada Florencia Torrente , la hija mayor de su ex, Araceli González. Cerca de ellos estuvo Lucila Polak , la novia argentina de Pacino, acompañada por su hija, Camila Morrone.

Dieron el presente Susana Giménez, que llegó acompañada de su hija, Mercedes Sarrabayrouse; Mirtha Legrand; Norma Aleandro; Mariana Fabbiani;  Zulemita Menem; Benito Fernández; Diego Leuco y Martín Seefeld, entre otros.

Los representantes de la política que asistieron a la velada fueron el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, junto a su mujer, Analía Maiorana, que  tuvieron acceso directo al meet and greet con el actor. También estuvo presente el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, Darío Lopérfido, Marcos Peña, Ángel Mahler, María Laura Leguizamón, Carlos Melconián, Augusto Rodríguez Larreta y el embajador de los Estados Unidos, Noah Mamet, entre otros.

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