- Opinion
- 18.12.2016
La amenaza fantasma de Lousteau
Rogue one
El embajador en Estados Unidos tuvo un contrapunto picante esta semana con el jefe de Gobierno. La discusión sobre un Cambiemos porteño y la posibilidad de jugar por afuera
Hasta hace unos meses, el jefe de Gobierno porteño parecía tener todo bajo control: salvo la tragedia de Costa Salguero no tuvo sobresaltos importantes en su primer año, con una agenda tomada por los conflictos nacionales; su principal rival externo se había ido a miles de kilómetros como embajador de Estados Unidos, lo que suponía licuar su capital como opositor porteño; su eterna adversaria interna, la vicepresidenta Gabriela Michetti, quedó convenientemente complicada por un escándalo judicial y se dedica a contestar preguntas incómodas sobre el origen de los fondos que le robaron de su casa.
El diablo está en los detalles de la negociación: los macristas solo quieren dar unos lugares en las listas, mientras que ECO exige una interna.
Todo marchaba en orden hasta que Lousteau empezó a dar indicios de volver a competir en la Ciudad. Allí arrancaron los cálculos del macrismo porteños sobre cómo podrían neutralizarlo si consiguen que Elisa Carrió sea la candidata de Cambiemos. Lousteau tuvo como compañero de fórmula a Fernando Sánchez, por lo que quedaría en un lugar incómodo si tuviera que enfrentarla. Algunos macristas aventuran que no se animaría a presentarse. “Se equivocan”, señalaban en la UCR porteña.
El fin de semana pasado, en una amigable entrevista en Clarín, a Larreta le preguntaron por Lousteau: “Es un muy buen embajador de Macri en Estados Unidos. Lo está haciendo muy bien” se divirtió el jefe de Gobierno.
-Ya dijo que el año próximo competirá electoralmente con su espacio...
-Yo tengo mucha confianza en mi trabajo, en mi equipo y en el apoyo de la gente.
-Digamos que es más rival que aliado...
-Bueno si la decisión de él es competir -lo toreó Larreta.
Pocos días después, Lousteau levantó el guante y dio la primera señal de cómo puede ser la campaña 2017: "En la Ciudad no veo demasiados cambios, veo una gestión que marcó prioridades que no se están cumpliendo particularmente en educación y salud. Es una fuerza que decidió sus políticas de la ciudad. Nosotros pensamos distinto", retrucó el embajador en Estados Unidos. No obstante, le jugó una carta a Larreta: el hacerlo quedar como el que no quiere acordar e ir a internas: "No sé si seré candidato. Esa es una decisión colectiva de ECO que es una fuerza muy democrática. –dijo Lousteau- Lo que tiene que suceder en la Ciudad es que se consolide Cambiemos como un espacio amplio, como pasa en el resto del país". Incluso, señaló que el año pasado no compitieron en internas porque no lo aceptó el macrismo: "En 2015, el PRO no permitió que en Buenos Aires se debatiera adentro en Cambiemos. Creo que este año, Rodríguez Larreta, como jefe de Gobierno, tampoco quiere discutir hacia adentro", le soltó Lousteau.
A diferencia de otros momentos, en los que Larreta no suele contestar para no darle entidad a sus adversarios, esta vez el jefe de Gobierno no se quedó callado. Al parecer, no podía quedar como el que rompe el diálogo, así que salió a responderle con su habitual forma de pasarle la pelota al otro. "Hay que preguntarle a Lousteau esa contradicción: yo soy del equipo de Macri. Continúo con la gestión de Macri en la Ciudad, una buena herencia. Venía muy bien en la Ciudad y la mantenemos. Si Lousteau me cuestiona a mí, está cuestionando a Macri y su gestión en la Ciudad", razonó. “Yo no tengo ninguna contradicción. La contradicción la tiene él”, insistió.
Lousteau debería evitar que su espacio caiga en las mismas prácticas que ocurrían en los noventa, más si aspira a ser jefe de Gobierno.
En el radicalismo, principal sostén de Lousteau, advirtieron que Larreta es la principal traba para llegar a un acuerdo en 2017 e ir a internas: “Larreta no es del equipo de Macri. Es del equipo de Larreta. Si fuera de Macri, no estaría frenando un acuerdo que le permitiría al PRO sumar a la UCR, la Coalición Cívica y hasta al Partido Socialista a la alianza”, señaló un dirigente radical. Entre bambalinas, la negociación está trabada porque los macristas sólo ofrecen algunos lugares en la lista de legisladores en 2017 y en ECO quieren una interna completa, en la que puedan desbancar al candidato PRO. “Encima, quieren que armemos un solo bloque en la Legislatura para garantizarse todas las leyes”, comentaba un correligionario. Por ahora, se trata de una guerra de declaraciones en las que no está claro si llegarán o no a un acuerdo.
Lousteau deberá, además, atender otros frentes: su principal aliado, el titular de la UCR porteña, Emiliano Yaccobiti, continúa persiguiendo judicialmente al periodista Alejandro Bercovich, lo que podría traerle dolores de cabeza al líder de ECO. El dirigente radical lo querelló por un millón de pesos a raíz de las denuncias de presuntos casos de corrupción en la UBA que hizo el periodista. El colmo es que el abogado que patrocina al radical no es otro que Alejandro Pereyra, integrante del directorio del ENACOM. La estrategia de perseguir judicialmente a periodistas para evitar investigaciones sobre corrupción fue muy utilizada por el menemismo. Lousteau debería evitar que su espacio caiga en las mismas prácticas que ocurrían en los noventa, más si aspira a ser jefe de Gobierno.
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