- Informes
- 02.03.2017
INFORME ESPECIAL
En el nombre de Sandra
¿Quién es la orangutana Sandra? La historia de el animal que sufrió maltratos y que sirvió como preludio a la discusión del Ecoparque.
Tiene 30 años. Nació en Alemania, pero llegó a la Argentina a los nueve. Pasó por diversos lugares de encierro hasta llegar al Zoológico porteño. Y es una orangutana. Sandra -de ella hablamos- es un caso testigo que sirvió como preludio a la discusión del Ecoparque. Fue la primera animal que fue defendida en una causa ante los maltratos con la perspectiva de que es un sujeto de derecho y no el argumento que se usaba antes, que era la compasión ante una criatura que sufre.
Los que intervinieron para lograr esto fueron los integrantes de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), con el patrocinio del abogado Andrés Gil Dominguez. El juez Gustavo Letner les permitió querellar en primera instancia y, tras un largo proceso, el 18 de diciembre de 2014 la Sala II de Casación Penal, que integran Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David, les rechazó un pedido de Habeas Corpus pero reconoció que Sandra era un sujeto de derechos.
Los integrantes de AFADA iniciaron, entonces, un amparo. En primera instancia, tras un extenso estudio con especialistas nacionales e internacionales, la jueza en lo contencioso administrativo Elena Liberatori les falló a favor: "La orangutana Sandra tiene derecho a no ser sometida a malos tratos o actos crueles", indicó la magistrada, quien por primera vez en la historia del Poder Judicial reconoció a Sandra como “persona no humana”.
El Gobierno porteño, pese a su discurso ecologista, apeló la decisión. Pero perdió la batalla: los camaristas Fabiana Schafrik, Fernando Lima y Mariana Diaz le ordenaron a Larreta que debía mejorar sustancialmente sus condiciones de vida. No obstante, resolvió no trasladarla de momento a un santuario por los peligros que indicaron los peritos. En el Ministerio de Modernización habían señalado que para trasladar a Brasil exigían que se le trate una tuberculosis con quimioterapia y esto ponía en riesgo a Sandra.
Sandra estaba originalmente en un recinto con piso de cemento y sin posibilidad de treparse a nada. En su hábitat natural, los orangutanes están la mayor parte del tiempo en los árboles. Los camaristas ordenaron al Gobierno porteño seguir buscando alternativas de traslado, si implican una mejora de las condiciones de Sandra. "En concreto, el GCBA deberá mantener el recinto de la orangutana en condiciones adecuadas a su especie; establecer indicadores de bienestar animal, de complejidad conductual y de estados afectivos; explorar la posibilidad de formar estructuras sociales bajo supervisión; planificar actividades diarias, nutrición y observaciones clínicas periódicas; así como mediciones no intrusivas y regulares del estrés", indicaron.
El Gobierno porteño mejoró el espacio con una serie de troncos que simulan un árbol. Hoy a la orangutana le toma 27 segundos ir de un lugar al otro. A partir de esto, Liberatori tomó dos nuevas resoluciones: el 29 de septiembre del año pasado estableció un régimen de visitas mensual para corroborar el estado de la orangutana. Y el 27 de diciembre dispuso que los especialistas dispusieran una serie de indicadores del bienestar de Sandra. En una segunda etapa, deberán decidir si se la traslada o si se construye un recinto más grande, acorde a sus necesidades.
“Nosotros promovimos una acción de amparo contra la concesión del zoológico y el Gobierno porteño para hacer valer los derechos que Sandra titulariza a partir de este reconocimiento de que es una persona no humana. Lo que pedíamos y seguimos pidiendo es que o Sandra sea relocalizada en un santuario, si está en condiciones de ser trasladada, y si no está en condiciones y se debe quedar en el zoo, que se le construya un superrecinto. Un recinto que se asimile lo más posible a un hábitat natural”, indicó Gil Dominguez, quien destacó que “la situación actual es de cautiverio y de violación de derechos”. A fines de marzo, se presentará un informe con la evaluación general. El abogado planea avanzar con presentaciones judiciales en el mismo sentido sobre las elefantas y los chimpancés.
“Yo creo que el Ecoparque es la consecuencia del caso Sandra. Si no hubiera existido Sandra no tendríamos hoy un proyecto de Ecoparque. Es positivo que el Gobierno de Buenos Aires haya revocado la concesión y, como Estado, se haga cargo de la administración. Pero hasta ahora seguimos hablando de un proyecto de Ecoparque. No tenemos en claro en qué se quiere transformar y tampoco tenemos en claro cuál es el plan ideado para todas las especies”, indicó el abogado.
Los que intervinieron para lograr esto fueron los integrantes de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), con el patrocinio del abogado Andrés Gil Dominguez. El juez Gustavo Letner les permitió querellar en primera instancia y, tras un largo proceso, el 18 de diciembre de 2014 la Sala II de Casación Penal, que integran Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David, les rechazó un pedido de Habeas Corpus pero reconoció que Sandra era un sujeto de derechos.
Los integrantes de AFADA iniciaron, entonces, un amparo. En primera instancia, tras un extenso estudio con especialistas nacionales e internacionales, la jueza en lo contencioso administrativo Elena Liberatori les falló a favor: "La orangutana Sandra tiene derecho a no ser sometida a malos tratos o actos crueles", indicó la magistrada, quien por primera vez en la historia del Poder Judicial reconoció a Sandra como “persona no humana”.
El Gobierno porteño, pese a su discurso ecologista, apeló la decisión. Pero perdió la batalla: los camaristas Fabiana Schafrik, Fernando Lima y Mariana Diaz le ordenaron a Larreta que debía mejorar sustancialmente sus condiciones de vida. No obstante, resolvió no trasladarla de momento a un santuario por los peligros que indicaron los peritos. En el Ministerio de Modernización habían señalado que para trasladar a Brasil exigían que se le trate una tuberculosis con quimioterapia y esto ponía en riesgo a Sandra.
Sandra estaba originalmente en un recinto con piso de cemento y sin posibilidad de treparse a nada. En su hábitat natural, los orangutanes están la mayor parte del tiempo en los árboles. Los camaristas ordenaron al Gobierno porteño seguir buscando alternativas de traslado, si implican una mejora de las condiciones de Sandra. "En concreto, el GCBA deberá mantener el recinto de la orangutana en condiciones adecuadas a su especie; establecer indicadores de bienestar animal, de complejidad conductual y de estados afectivos; explorar la posibilidad de formar estructuras sociales bajo supervisión; planificar actividades diarias, nutrición y observaciones clínicas periódicas; así como mediciones no intrusivas y regulares del estrés", indicaron.
El Gobierno porteño mejoró el espacio con una serie de troncos que simulan un árbol. Hoy a la orangutana le toma 27 segundos ir de un lugar al otro. A partir de esto, Liberatori tomó dos nuevas resoluciones: el 29 de septiembre del año pasado estableció un régimen de visitas mensual para corroborar el estado de la orangutana. Y el 27 de diciembre dispuso que los especialistas dispusieran una serie de indicadores del bienestar de Sandra. En una segunda etapa, deberán decidir si se la traslada o si se construye un recinto más grande, acorde a sus necesidades.
“Nosotros promovimos una acción de amparo contra la concesión del zoológico y el Gobierno porteño para hacer valer los derechos que Sandra titulariza a partir de este reconocimiento de que es una persona no humana. Lo que pedíamos y seguimos pidiendo es que o Sandra sea relocalizada en un santuario, si está en condiciones de ser trasladada, y si no está en condiciones y se debe quedar en el zoo, que se le construya un superrecinto. Un recinto que se asimile lo más posible a un hábitat natural”, indicó Gil Dominguez, quien destacó que “la situación actual es de cautiverio y de violación de derechos”. A fines de marzo, se presentará un informe con la evaluación general. El abogado planea avanzar con presentaciones judiciales en el mismo sentido sobre las elefantas y los chimpancés.
“Yo creo que el Ecoparque es la consecuencia del caso Sandra. Si no hubiera existido Sandra no tendríamos hoy un proyecto de Ecoparque. Es positivo que el Gobierno de Buenos Aires haya revocado la concesión y, como Estado, se haga cargo de la administración. Pero hasta ahora seguimos hablando de un proyecto de Ecoparque. No tenemos en claro en qué se quiere transformar y tampoco tenemos en claro cuál es el plan ideado para todas las especies”, indicó el abogado.
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