- Opinion
- 02.04.2017
EDUCACIÓN
Paritaria cerrada (hasta nuevo aviso)
El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, decidió cerrar por decreto la paritaria docente, con lo que garantizó un conflicto prolongado. Los datos de la Auditoría que muestran una desinversión educativa.
Hace seis años que la Ciudad conseguía cerrar sin problemas la paritaria docente y no perdía días de clases. Este año, viene sumando paro tras paro. ¿Qué pasó? El Gobierno porteño quedó entrampado en la pelea nacional por bajar el porcentaje de las paritarias y en la discusión en provincia de Buenos Aires, donde Vidal se propone quebrar la columna vertebral de los gremios docentes. Si bien Larreta tenía los recursos para cerrar la paritaria antes, no tenía forma de justificarlo políticamente. No obstante, el jefe de Gobierno se metió en su propia trampa cuando dio por cerrada unilateralmente la paritaria y dio un aumento del 18% en dos cuotas, más 1000 pesos por única vez en cinco cómodas cuotas de 200 pesos. Una garantía de conflicto ad aeternum.
Todos los gremios presentaron al día siguiente del anuncio que hizo la ministra de Educación, Soledad Acuña, un pedido de que reabra la paritaria. El miércoles 5 se sumarán al paro nacional convocado por CTERA y luego le espera a Larreta un cronograma de conflicto perpetuo: el 4 de abril habrá una Jornada Nacional contra la impunidad cuando se cumple 10 años del asesinato del maestro Carlos Fuentealba. Los docentes marcharán con antorchas frente al Congreso. El 6 de abril se sumarán al paro general. El 7 de abril habrá reunión de los secretarios generales para ver cómo continúa el plan de lucha. Algo me dice que cerrar la paritaria en forma unilateral no fue la mejor idea.
El jefe de Gobierno se metió en su propia trampa cuando dio por cerrada unilateralmente la paritaria y dio un aumento del 18% en dos cuotas, más 1000 pesos por única vez en cinco cómodas cuotas de 200 pesos. Una garantía de conflicto ad aeternum.
El macrismo le contrapone a la discusión salarial un debate sobre la calidad educativa, en un quid pro quo un tanto falso (¿docentes mal pagos mejoran la calidad de la educación?). No obstante, no viene mal que revisemos cómo se manejó el macrismo en la Ciudad con el presupuesto educativo. Se sabe: se redujo año a año. A esto, el PRO suele oponer que crecieron otras áreas presupuestarias por el traspaso del subte, de la policía y la política de urbanización de villas que anunció Larreta. Si sube un área, baja otra, argumentan. Por eso, este gráfico muestra qué porcentaje del presupuesto se le destinó a la educación año por año, pero excluyendo transporte, vivienda y seguridad, para que no distorsione el porcentaje. El resultado sigue siendo un ajuste a la educación:
Fuente: equipo de la auditora Cecilia Segura
Una de las partidas que más sufrió recortes fue la de mantenimiento de la infraestructura de las escuelas públicas. El equipo de la presidenta de la Auditoría, Cecilia Segura, indicó que durante la gestión PRO se modificó la forma en la que se hacía el mantenimiento: se tercerizó el servicio en empresas privadas y el Ministerio de Educación pasó a tener el rol de controlar que las obras se hicieran correctamente. En este otro bonito gráfico, se puede ver como perdieron participación en el presupuesto las áreas de mantenimiento e infraestructura a partir de 2012:
Fuente: equipo de la auditora Cecilia Segura
El gráfico deja en claro que la participación de la infraestructura escolar comenzó a caer a partir de 2012 y sigue en una línea descendente desde entonces. Pero además, según pudo relevar el equipo de Segura, se puede verificar una subejecución de los fondos disponibles. Según pudieron establecer los auditores, en los dos mandatos de Mauricio Macri se dejaron sin gastar 727 millones de pesos que estaban disponibles para mejorar las escuelas públicas. “Dinero suficiente para construir 50 escuelas”, acota Segura. Los fondos se subejecutaron no importa de qué origen vinieran: los que venían del endeudamiento o de la venta de activos del Estado (los terrenos de Catalinas Norte) se subejecutaron en un 47% entre 2008 y 2013, los fondos transferidos por el Estado nacional, en un 24, 55%. La inversión en infraestructura escolar fue claramente por debajo de la inflación: creció un 42% entre 2012 y 2015, mientras que el IPC CABA marca un 122% en esos años. “El desfinanciamiento se ve claramente cuando el presupuesto de 2013 es en términos nominales idéntico al de 2012 o el de 2015 inclusive menor que el de 2014, esto implica que en términos reales 2013 y 2015 fueron años negativos para los fondos de esta área”, advirtieron en el equipo de Segura.
"Lamentablemente, el macrismo ha abandonado a cada escuela a su suerte y esto, obviamente, ha aumentado mucho la inequidad educativa y reforzado la desigualdad. Hoy el futuro educativo de los chicos está ligado a sus posibilidades económicas porque el Estado porteño está ausente. La gestión de Bullrich en la Ciudad redujo la calidad educativa y puso al Estado porteño al servicio de la educación privada. Es paradójico que el ministro intente defender su gestión al frente del Ministerio de Educación de la Nación haciendo referencia a su actuación en Buenos Aires porque no hay un solo índice que le dé bien", advierte Segura.
Desde la Auditoría vienen observando con preocupación, además, cómo se conduce la Dirección General de Mantenimiento en el control de las obras que hacen las empresas privadas. Allí encuentran dos casos: empresas que tienen incumplimientos, pero no se las sanciona, y empresas que son sancionadas, pero vuelven a ganar licitaciones “como si su desempeño hubiera sido optimo”. No se trata sólo de los salarios docentes: en otros lugares donde debe intervenir el Estado, como las 11 mil vacantes que reclaman madres y padres en sentadas en el Ministerio de Educación, hay fuertes deudas en torno al derecho a la educación.
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