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- 19.04.2017
REPARACIÓN
¿Quién se hace cargo del arreglo de las veredas rotas?
La responsabilidad del arreglo de veredas depende de las circunstancias en que fueron rotas.
La regla indica que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires , es el responsable por el buen estado de la vereda y su reparación. Sin embargo, hay excepciones.
La responsabilidad recae sobre los vecinos frentistas cuando se realizaron obras en el frente de la propiedad que dañaron la acera, cuando la vereda fue mal reparada, en casos de desgaste por el uso normal de peatones o vehículos y cuando la vereda se deteriora por mal uso.
Cuando a la acera la rompen empresas de servicios públicos o privados, como empresas de telefonía, agua potable, energía, gas o televisión, el arreglo de los daños debe correr por cuenta de la compañía que realizó la apertura. Si las empresas no cumplen con la reparación o con las condiciones de obra, se las puede denunciar ante el ente que las regula, por la línea gratuita 147 o en la Sede Comunal correspondiente.
En cambio, si la vereda está rota como consecuencia de obras de pavimentación, repavimentación o recapado de calles y avenidas, o por trabajos relacionados con el alumbrado público, la señalización luminosa, la demarcación y el corte de raíces de árboles o la extracción de aquellos que fueron plantados por la comuna, el responsable es el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
Durante esta temporada el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad realiza en otoño refuerzos programados en la frecuencia de barrido manual y mecánico por la cantidad de hojas de los árboles que caen en esta época del año.
“Realizamos refuerzos en la frecuencia del servicio de barrido de la Ciudad, especialmente en las zonas donde hay más árboles, para prevenir que se acumulen residuos y se tapen los sumideros. Aproximadamente 2500 personas trabajan en el servicio de barrido de la Ciudad todos los días”, expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Amiente y Espacio Público porteño.
La cantidad de hojas que caen en otoño son un desafío adicional para la limpieza de la ciudad, se convierten en un tipo de residuo especial que requiere un tratamiento específico para evitar los anegamientos. Por eso mismo, se hace este refuerzo en la limpieza de las calles porteñas y ante todo, en las zonas más comprometidas.
La mayor parte de los árboles se encuentran en las veredas donde uno de los inconvenientes más importantes es la obstrucción de los sumideros. También es importante la participación de todos los ciudadanos: hay que recordar que al estacionar hay que respetar la distancia de 20 cm del cordón para que se pueda limpiar, y a un metro de los contenedores para que el camión los pueda vaciar.
Cada vecino al barrer las veredas puede eliminar rápidamente las hojas de la vía pública. Las hojas que se junten deben ser embolsadas y dispuestas en los contenedores para su disposición final.
Los árboles de Buenos Aires son especies introducidas porque la vegetación original de la ciudad era, básicamente, el pastizal. Los originarios del norte de nuestro país, como el Jacarandá, Tipa y Lapacho, pierden sus hojas a fines del invierno o al principio de la primavera; pero la gran mayoría de los árboles de la ciudad renuevan la totalidad de su follaje cada temporada.
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