COMUNA 6

Peligra una casona de Caballito ante una posible demolición

La casona más antigua del barrio de Caballito corre peligro de demolición, en el lugr funciona un centro cultural.


La casona más antigua del barrio de Caballito, que fuera declarada patrimonio de la Ciudad hace más de 10 años y donde vivió el ex obispo Jerónimo Podestá y su mujer Clelia, corre peligro de demolición, denunciaron organizaciones barriales y la hija de la esposa del ex cura que vive allí, donde actualmente funciona un centro cultural.
 
"Repudiamos el intento de destrucción de la casa de avenida Gaona 1367, construida en 1864, en la que vivieron los queridos obispo Jerónimo Podestá y su esposa Clelia, luchadores por los derechos humanos", destaca un comunicado de SOS Caballito.
 
La organización denunció que "hoy intiman a Clelia (hija) a desalojarla en pocos días violando la Ley del Congreso Nacional de 2014, que la declaró patrimonio cultural e histórico de nuestro pueblo".
 
La casa de 250 metros cuadrados "era originariamente del hijo del mazorquero de Juan Manuel de Rosas, y desde 1981 vivió mi padre del corazón, el obispo Podestá, que murió en 2000, y mi mamá hasta el 2013", contó a Télam Clelia Isasmendi, la actual habitante de la vivienda, donde funciona la administración del Festival Internacional de Cine Político y otras dos organizaciones.
 
"Llevamos años peleando por la casa", dijo la mujer, quien precisó que piden "que se pare el desalojo; que el Estado se haga cargo de pagarle al dueño, que se mantenga la condición de patrimonio y que funcione el Centro Cultural Interreligioso", uno de los objetivos del lugar.
 
"Nos ayudó mucho Jorge Bergoglio cuando era cardenal, y siendo papa siempre me pregunta, cómo va la casa", dijo Clelia tras enfatizar que "van a pasar arriba de mi cadáver antes de destruirla". Sobre la situación legal del lugar, Clelia aseguró que "esta casa no era nuestra, tiene un dueño, se compró con hipoteca de un prestamista en el 97".
 
"Por su pasado histórico es declarada en 2004 patrimonio histórico, luego se la remata por la deuda que tiene y la Ciudad saca una ley de expropiación que no prospera. En 2014 sale una ley nacional que establece que la casa se declare de uso público y pasa a depender del Ministerio de Cultura y de la Comisión Nacional de Museos como Patrimonio Histórico", precisó.
 
La mujer señaló que en la actualidad "el dueño de la casa pide el desalojo porque el Gobierno no le pagó; él está en su derecho de pedir el desalojo, pero si nos desalojan inmediatamente la derrumban".
 
Está en juego el antecedente de que en 2013 quisieron construir una torre en un terreno lindero y cuando empezaron a demoler "tembló la casa", aseguró la mujer. "Entonces hicimos un pedido de amparo y el juez nos dio la razón y prohibieron esa construcción; por eso si nosotros dejamos la casa, la tiran inmediatamente abajo con cualquier excusa", expresó.
 
Por su parte, el Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Amor, ratificó a Télam que la casa "está declarada por ley nacional 'Museo Podestá' porque en este lugar vivió el sacerdote y obispo católico argentino Jerónimo Podestá, y está protegida bajo la condición de patrimonio histórico".
 
En este marco, Amor afirmó que va a solicitar en forma inmediata "una audiencia con las autoridades nacionales porque esta casa depende de Nación y son ellos quienes deben instrumentar las medidas y partidas para la expropiación".
 
A su vez, añadió que pretende introducir en la Ciudad de Buenos Aires "la reafirmación de la protección histórica y si fuera necesario una ley de expropiación por parte de la Ciudad. Lo voy a hablar también con las autoridades católicas para buscar una definición porque acá se trata de una decisión política", planteó.
 
Podestá, quien se desempeñó como obispo de Avellaneda en la convulsionada década del 60, fue un precursor del movimiento de curas tercermundistas que emergió en América Latina y el mundo, impulsando la experiencia de curas obreros, la renovación de la Iglesia y la teología de la liberación.
 
Este pensamiento lo distanció de la estructura eclesiástica y el Vaticano dispuso su alejamiento de la sede episcopal de Avellaneda en 1967, lo que lo llevó más tarde a unirse a Clelia Luro e impulsar el movimiento de sacerdotes casados a favor del celibato opcional.

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