- Comunas
- 18.07.2017
AUMENTO DE TARIFAS
Los clubes de barrio continúan en riesgo por los tarifazos
Tras el fuerte aumento de las tarifas, los clubes de barrio recibieron promesas de subsidios y ayudas económicas, pero muchos todavía siguen esperando y no pueden afrontar los gastos.
Un nuevo tarifazo en los servicios volvió a golpear al grueso de las instituciones sociales y deportivas de la Ciudad de Buenos Aires. Varios clubes lograron ingresar al RUID y cuentan con subsidio del Gobierno. Mientras, los más chicos deben paliar la situación para no tener que cerrar sus puertas.
A un año del feroz tarifazo implementado por el Gobierno Nacional, los clubes de barrio de la Ciudad resisten la suba en los servicios de luz, agua y gas, y sólo algunas entidades sociales pudieron salir adelante. Sin embargo, un nuevo aumento volvió a poner en aprietos a la mayoría de los clubes porteños.
En la Ciudad, 4 de cada 10 instituciones deportivas no pueden afrontar el elevado precio de las tarifas, por lo que muchos optan por usar los servicios lo mínimo posible. “El dinero que ingresa se destina a pagar las facturas que nos llegan”, indicó a revista Qué Cristian Font, presidente del Observatorio de Clubes de Barrio.
Desde el Gobierno porteño afirman que la Ciudad cuenta con programas para asistirlos. Una de las iniciativas del Ejecutivo para paliar la situación y otorgar una ayuda a las entidades es el plan de conversión a luces LED, que hoy alcanza a alrededor de 70 entidades, y que garantiza ahorrar cerca de un 50 % en energía. Sin embargo, “el tarifazo es tan brutal que le termina ganando a ese plan”, relató Font. Para el dirigente, “la solución es una tarifa social que, a juzgar por la voluntad política, está muy lejos”.
Otro parche es el plan del reintegro del 40% que, para conseguirlo, hay que sortear numerosas trabas burocráticas. El primer requisito para acceder a ese beneficio es tener todos los papeles al día, algo que muchas instituciones no pueden cumplir. En ese sentido, según la Secretaría de Deportes, sólo el 25 % de los clubes porteños están en grado de formalidad.
El mecanismo de cobro resulta riguroso para las instituciones, que primero deben pagar la factura y luego, en un lapso de cinco meses, reciben el reintegro. “En la Ciudad no han podido cobrar ninguna devolución de ese 40 %”, contó Font a revista Qué.
Por otro lado, las entidades que no cumplen con los requisitos para inscribirse en el Registro Unico de Instituciones Deportivas (RUID), están fuera de todo. “Los organismos de control se ponen muy estrictos para aprobar las inscripciones. Pero después, cuando el Gobierno necesita de nuestras instalaciones, todo se aprueba muy rápido, y no te piden documentación ni papeles al día”, se indignó el titular del Observatorio de Clubes de Barrio.
La primera consecuencia es el cese de actividades. Y la segunda, el alejamiento de los socios. “El Gobierno dice que lucha contra la drogadicción, pero genera políticas para que los clubes de barrio cierren”, finalizó Font.
Nilda Petraglia, coordinadora de Deportes del club José Hernández de Mataderos, señaló a revista Qué que deben abonar “un montón de facturas que llegan con aumentos, y se hace cuesta arriba pagarlas, dejándose de lado otras cosas para pagar las facturas”. La entidad, tuvo que aumentar aranceles y cuotas sociales.
En el club Colegiales, su presidente Carlos Funes, también se mostró preocupado por la problemática. “La luz aumentó un 700 %, el gas un 800% y el agua un 1000 %”. Allí, la Comisión Directiva aumentó la cuota y los aranceles cinco veces. “Subimos un 40 por ciento y la gente se quejó. Empecé a perder pibes, adultos y socios. No sólo aumentó el costo de una manera monstruosa, sino que, además, bajaron nuestros recursos. Ya lo viví en la década del 90”, relató Funes a revista Qué.
Según la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el incremento en las tarifas de los servicios públicos y la falta de políticas públicas se han convertido en una de las principales problemáticas de los clubes de barrio. Cabe aclarar que el principal ingreso de estas asociaciones es la cuota social, pero si las aumentan para cubrir los gastos, pierden socios que no pueden pagar la cuota.
En la Comuna 11, el Imperio Juniors, es el único club que tienen los vecinos. Según Manuel Tascón, miembro de la Comisión Directiva, “no tenemos clubes competidores por la zona, y aparte los aranceles y nuestras actividades son de las más competitivas. En nuestro caso, el tarifazo está golpeando, en el sentido que no nos permite hacer obras como planificamos”, expresó Tascón en diálogo con revista Qué. “Queremos ampliar el club, pero no podremos hacerlo este año”.
En la Ciudad de Buenos Aires, de un total de 380 clubes de barrio, 205 están inscriptos en el RUID. En el último año, pudieron cumplir con los requisitos para poder ingresar al programa de asistencia subsidiaria que brinda el Gobierno de la Ciudad solamente 34 instituciones sociales. En cuanto a las demás, al igual que hace un año, no poseen la documentación necesaria y, con los nuevos tarifazos, temen verse obligados a cerrar sus puertas.
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