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- 18.07.2017
COMUNA 4
Reubicarán a familias que viven a la vera del Riachuelo
Como parte del traslado por la contaminación que provoca el Riachuelo, el Instituto de la Vivienda de la Ciudad trasladará a residentes hasta un complejo de Barracas y otro en Villa Soldati.
Los vecinos de la Villa 26, ubicada entre la calle Perdriel, el paredón de la calle Pedro de Luján y el Riachuelo, están siendo trasladados desde hace dos años hacia complejos habitacionales que se inauguran en predios pertenecientes al Gobierno de la Ciudad. En enero de 2015, 125 familias fueron reubicadas en un complejo de Barracas, y ahora le llegó el turno al resto de los habitantes de la zona.
En este marco se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad la disposición conjunta N° 746/IVC/17 que establece que las autoridades se encargarán de mudar a 64 familias de la Villa 26 al complejo habitacional construido en la calle San Antonio 721, en el barrio de Barracas “en virtud de la contaminación ambiental y sanitaria de la Cuenca Matanza Riachuelo de la Ciudad” y solicita un servicio de traslado para tal fin.
Por otro lado, mediante la disposición conjunta N° 747/IVC/17 se solicita “servicio de mudanza para 54 familias pertenecientes a la Villa 26 a fin de trasladarlas hacia el Complejo Lacarra 2047 en el barrio porteño de Parque Avellaneda- en virtud de la contaminación ambiental y sanitaria de la cuenca Matanza Riachuelo en la Ciudad de Buenos Aires”.
De esta manera, 118 familias podrán comenzar a vivir alejadas de la contaminación de esa zona, al mismo tiempo que el Gobierno porteño continúa ayudando a los vecinos de esa zona a llegar a mejores lugares, donde podrán preservar su salud.
En 2008, la Corte Suprema estableció que el Estado Nacional, la Ciudad de Buenos Aires, los municipios bonaerenses a través de los que se extiende la cuenca Matanza Riachuelo y 44 empresas que vierten allí sus desechos, debían hacerse cargo del traslado de los habitantes de la Villa 26, a fin de preservar su salud.
Asimismo, la Corte dispuso que a medida que se concretara el traslado de la población, debía construirse en la margen del Riachuelo, el denominado “Camino de Sirga”, un acceso que permita al personal especializado limpiar la orilla del río para luego continuar con las aguas.
El Cuerpo Colegiado que supervisa el saneamiento denuncia que, a pesar del paso del tiempo, el curso de agua sigue contaminado y hay fallas en el control sobre los establecimientos industriales y los basurales a cielo abierto, informa Clarín.
"Las regulaciones adoptadas por ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo) deberían haber reducido la contaminación, pero no lo han hecho y, por el contrario, la mantienen", señalan en un comunicado conjunto la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Greenpeace Argentina, la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos (ACDH) y la Asociación de Vecinos por La Boca, que integran el Cuerpo Colegiado.
Las ONG aseguran que ACUMAR no obtuvo resultados en materia de control de la contaminación industrial. Y que, si bien ese organismo informa que el 45% de las industrias declaradas como agentes contaminantes ya han sido reconvertidas, no hubo una mejora en la calidad del agua o del aire. Porque, según el Cuerpo, continúan vertiéndose en la cuenca más de mil toneladas anuales de sustancias tóxicas, metales pesados e hidrocarburos.
Uno de los motivos, explican, es que como las normativas de vertidos son laxas, aun cuando se cumplan el Riachuelo seguirá contaminado y no mejorará la calidad de vida de la población de la cuenca.
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