- Opinion
- 20.08.2017
LO QUE DEJARON LAS PASO PORTEÑAS
Ganadores, heridos y muertos
Elisa Carrió se consolidó como una figura central en la alianza Cambiemos. Filmus mantiene su caudal histórico, pero lejos de asegurarle una victoria al kirchnerismo. Lousteau, en problemas.
La victoria PRO fue contundente. Una vez más, ganaron en todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Si se hila más fino sobre los resultados se puede ver que el triunfo de Carrió fue mayor en la zona norte de la Ciudad. Por ejemplo, en la comuna 13 (Nuñez, Belgrano y Colegiales) obtuvo el 60,5 por ciento de los votos contra un 14 por ciento de Filmus; en la 14 (Palermo), el 60,7 contra el 15 por ciento de Filmus; en la 2 (Recoleta), el 66 por ciento contra el 12: son más de 50 puntos de ventaja. En el sur, en cambio, la diferencia era menor, pero notable: en la comuna 4 (La Boca, Barracas), Filmus sacó el 25 por ciento contra el 41 de Carrió y en la comuna 8 (Lugano), el Frente para la Victoria obtuvo el 28 por ciento de los votos contra el 38 por ciento de Lilita. Y esa diferencia de 10 puntos fue la menor que hubo en toda la Ciudad.
La elección no la ganó un macrista puro. La ganó Carrió. Y el ganador tiene derechos. ¿Qué lugar ocupará Carrió de ahora en más en la alianza Cambiemos?
Está claro que en este escenario se consolida la hegemonía del PRO, que viene ganando elecciones legislativas en continuado desde 2003 y ejecutivas desde 2007 y cuenta, gracias a su alianza con Carrió, con un bloque de 32 legisladores sobre sesenta (si mejoran en octubre, podrían ser 33). Pero hay un pequeño detalle: la elección no la ganó un macrista puro. La ganó Carrió. Y el ganador tiene derechos. ¿Qué lugar ocupará Carrió de ahora en más en la alianza Cambiemos? ¿Nos podemos imaginar ministerios ocupados por la Coalición Cívica tanto en la Ciudad como en la provincia de Buenos Aires, donde Carrió también terminó ayudando? Es dudoso. Pero la líder de la Coalición Cívica tiene otros intereses. Recordemos que sus campañas contra el presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti -hasta ahora, tan útil para el oficialismo- y contra Daniel “El Tano” Angelici quedaron stand by por la campaña. ¿Cómo seguirá eso? Si hay algo que el 49,55 por ciento le dio a Carrió es mucho aire y posibilidad de vetar más acciones de sus aliados. En los días siguientes a la elección, no dio ninguna señal: el viernes pasado partió de vacaciones.
Filmus, en tanto, pudo festejar haber relegado a Lousteau, pero los números, como vimos, no son muy promisorios. Tanto él como Mariano Recalde fueron derrotados por el PRO en sucesivas elecciones y, con ese núcleo de votos que conservan, no parecen todavía poder cambiar ese statu quo.
Filmus, en tanto, pudo festejar haber relegado a Lousteau, pero los números, como vimos, no son muy promisorios. Tanto él como Mariano Recalde fueron derrotados por el PRO en sucesivas elecciones y, con ese núcleo de votos que conservan, no parecen todavía poder cambiar ese statu quo. Hagamos memoria: en la elección de 2007, Macri le ganó a Filmus en el ballotage. En la primera vuelta, Filmus había sacado un 23 por ciento, que equivalía a 409 mil votos. En 2011, se repitió el resultado. En ese caso, en la primera vuelta, Filmus obtuvo un 27,8 por ciento, 495 mil votos. En 2015, Mariano Recalde cosechó un 21,9 por ciento, unos 400 mil votos. En esta elección (que es legislativa, no ejecutiva y en la que el voto se dispersa más), la lista interna de Filmus obtuvo 294 mil votos y todas las listas combinadas de Unidad Ciudadana llegaron a 391 mil votos, el equivalente a un 20,7 por ciento. Como vemos, se mantiene cerca de sus marcas históricas, tal vez un poco más abajo. Lo que está claro es que están lejos de ampliarlas. Ese es el desafío para los dirigentes kirchneristas, que fueron los únicos que organizaron una interna durante las PASO, aunque las listas que perdieron no lograron colar legisladores.
Para Lousteau, las noticias de esta elección son entre malas y pésimas. Si lo comparamos con su performance en 2015, cayó a un 13 por ciento, que equivale a 246 mil votos. Prácticamente la mitad que en la primera vuelta de 2015.
Para Lousteau, las noticias de esta elección son entre malas y pésimas. Si lo comparamos con su performance en 2015, en donde obtuvo el 25 por ciento de los votos (465 mil personas) en primera vuelta y 48 por ciento (806 mil votos) en la segunda vuelta, ahora su candidatura se vio devaluada: cayó a un 13 por ciento, que equivale a 246 mil votos. Prácticamente la mitad que en la primera vuelta de 2015. ¿A dónde se fue el resto de los votos? Si pensamos en los opositores a Macri, claramente su decisión de apoyarlo en el ballotage nacional de 2015 y luego de aceptar ser su embajador en 2016 no lo ayudó. Si pensamos en quienes veían a Lousteau como una opción dentro del oficialismo, su separación del Gobierno, y la salida de Carrió y de Graciela Ocaña de ECO evidentemente también lo perjudicaron por ese lado. Los propios partidarios de Lousteau tienden a pensar que la mayoría de los votos se los llevó Carrió. No obstante, sigue siendo un buen candidato para el radicalismo, que llegó a tener elecciones con el 2 por ciento en la Ciudad. Si Lousteau no quiere que su sueño de ser jefe de Gobierno en 2019 se esfume, tendrá que repensar su estrategia.
Por su parte, Sergio Massa tuvo un módico festejo: al menos su candidato no quedó por debajo del piso de las PASO como le ocurrió en 2015 con Guillermo Nielsen. Esta vez Matías Tombolini quedó en un cómodo cuarto lugar con el 3,91 por ciento de los votos, apenas unas centésimas delante del Frente de Izquierda y los trabajadores (FIT), que lo superó en la lista de legisladores con el 4,38 por ciento de los votos. Si se repiten estos resultados, Myriam Bregman –que encabeza esa lista- será legisladora porteña, en una Legislatura predominantemente amarilla, donde los negocios fluirán como el agua.
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